EL SÍNDROME ZAPATERO

Artículo de José María Carrascal en “ABC” del 02.05.08

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Espero que el PP no añada a los errores que está cometiendo el de criticar el pago del rescate por el «Playa de Bakio». Se pagó porque tenía que pagarse. Punto. Porque de no haberse pagado, sus tripulantes tal vez estarían a estas horas muertos, y 26 vidas valen más que todos los dólares del mundo. Sobre eso no debe quedar la menor duda ni haber la menor discusión.

El problema es otro, menos rotundo, pero no menos grave. El problema es que nuestras Fuerzas Armadas están defendiendo la libertad de los afganos, de los libaneses, de los bosnios, la de no sé cuántas personas en peligro mundo adelante, pero no están defendiendo la libertad de nuestros pescadores que faenan en aguas inseguras. ¿Para qué tenemos una Armada moderna? ¿Para qué tenemos unas unidades antiterroristas que exhibían hace poco su preparación? ¿Para qué tenemos una diplomacia? ¿Para concertar el pago de un rescate? Para eso basta una cuenta corriente en Londres, y nos podríamos ahorrar los Ministerios de Exteriores y de Defensa. Por cierto, ¿no encuentran ustedes un poco raro que la titular de Defensa se declare «pacifista»? ¿Incluye su pacifismo no perseguir a quienes secuestran españoles? Si nuestras Fuerzas Armadas están para defendernos, ¿por qué la fragata «Méndez Núñez» no protegía al atunero que faenaba una de las zonas más peligrosas de los mares y no está protegiendo a los siguen faenando allí, para que podamos tener pescado en nuestras mesas? Estoy seguro de que sus mandos y dotaciones estarían encantados de hacerlo. ¿O acaso doña Carme Chacón ha confundido defensa con deferencia, y cree que su Ministerio es una inmensa ONG? Pues sería demasiado pensar que la han puesto ahí para que pase revista en estado de buena esperanza a las tropas en las más alejadas regiones del planeta, algo que abre tan bien los telediarios. Aunque de un Gobierno que usa a las personas como servilletas de papel puede esperarse cualquier cosa.

Pero el verdadero problema del «Playa de Bakio» es el apuntado: que no se tomaran medidas para prevenir su secuestro, cuando la Consejería de Pesca del Gobierno vasco venía pidiendo desde hacía tiempo, ni para perseguir luego a los piratas, como hizo Francia tras el apresamiento de su velero. Se me dirá que no tenemos medios para ello. Pero si no se tienen, se buscan. Los amigos están precisamente para eso. Lo malo es cuando se ha quedado uno sin amigos, a consecuencia de una política exterior frívola y vacía, que nos convierte en receptores de todas las bofetadas que se pierden en un mundo donde los grandes nos ignoran y los pequeños se ríen de nosotros. ¿A qué nos han llevado los arrumacos con Fidel, con Chávez, con Morales, o la tan cacareada Alianza de Civilizaciones? Pues nos han llevado a la triste foto en Bucarest, imagen de soledad, y al secuestro del «Playa de Bakio», ejemplo de impotencia e incompetencia. Naturalmente que nos alegramos de la liberación de sus marineros, faltaría más. Pero ahora nos preocupan los riesgos que corren sus compañeros que faenan en las mismas aguas, una vez que circule entre los piratas la voz de que los españoles pagan sin rechistar y, encima, no toman represalias. ¿O quieren resolver también el próximo secuestro pagando un rescate? No nos extrañaría después de verles seguir negociando con una ETA que había vuelto a asesinar. No es el síndrome de Estocolmo. Es el síndrome de Zapatero, que consiste en premiar a los malos y castigar a los buenos, como ha hecho con las víctimas del terrorismo.

Todo por confundir la política nacional con la internacional y creer que puede engañar a los extranjeros, sean gobernantes o piratas, tan fácilmente como a los españoles. A ver si Moratinos se lo explica una tarde en la Moncloa, como Sebastián le explicó como funciona la economía. Aunque sin mucho éxito, a tenor de cómo va. Pero esa es otra historia. ¿O es la misma?