MARÍA NO ESTARÁ, EL PNV SÍ
Artículo de Cayetano Gonzalez en “El Mundo” del 19 de junio de 2008
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que
sigue para incluirlo en este sitio web.
Sobre los 3.000 compromisarios del PP
que asistirán a partir de mañana en Valencia al XVI congreso de su partido
planeará la ausencia de María San Gil en el cónclave. Dicha ausencia, unida a
su próximo abandono de la presidencia de los populares vascos, tiene una
importancia que trasciende el campo de los sentimientos y de los afectos que la
noble, valiente y coherente política vasca despierta en muchos españoles, y no
sólo entre los votantes del PP, que han visto reflejados en ella la firmeza y
la constancia en la defensa de unos valores tan básicos como la libertad y el
derecho a la vida en el País Vasco, amén de la idea de España como nación.
No, la ausencia de María San Gil en
Valencia es mucho más que todo eso. Es la constatación clara y evidente de que,
como bien dijera en su día Esperanza Aguirre, «las cosas se han hecho mal, muy
mal» por parte de la actual dirección del PP. Rajoy se ha dejado muchos pelos
en la gatera desde su segunda derrota electoral ante Zapatero el pasado 9-M.
Pero ninguno de la dimensión política, de la trascendencia ética, del calado
moral que supone el abandono de la política por parte de María San Gil, basado,
según ha explicado la propia interesada, en la pérdida de confianza, a lo largo
de estos meses y no sólo durante los trabajos de elaboración de la ponencia
política, en el propio líder del PP y en su camarilla, por el nuevo rumbo que
estaban imprimiendo al partido.
La marcha de María San Gil, unida a la
baja como militante del PP de Ortega Lara, es un fracaso personal y político de
Mariano Rajoy, por mucho que tanto éste como su entorno se empeñen en querer
dar el asunto por zanjado y pasar página, como si eso restara un ápice de
gravedad a lo sucedido. El daño ya está hecho, y desde el punto de vista
electoral pasará factura a los populares en las próximas citas electorales,
empezando -casualidades del calendario- por las propias autonómicas vascas.
Paradójicamente, quien sí estará
presente en Valencia va a ser el PNV, merced a algunas enmiendas a la ponencia
política que pretenden suavizar lo que en ésta se dice, gracias a María San
Gil, sobre el partido fundado por Sabino Arana. Al canario Soria, al fontanero
Lassalle, a la diputada del canon digital, Beatriz Rodríguez-Salmones, así como
a algunos compromisarios del PP por Vizcaya, encabezados por un político gris
como Carlos Olazábal, les parece exagerado afirmar que «la actitud del PNV en
la lucha antiterrorista es siempre obstruccionista» y que «no se puede decir
que el PNV es partidario del terrorismo de ETA, pero sí podemos afirmar que no
colabora en su derrota». ¿Podrían señalar estos genios de la política y estos
profundos conocedores del PNV una sola medida de las adoptadas en los últimos
28 años por los poderes competentes del Estado en la lucha contra ETA que haya
recibido el apoyo de ese partido?
Pero como lo que ahora se lleva en el
PP es ser más simpático con los nacionalistas, algunos están dispuestos a hacer
el ridículo hasta límites insospechados, incluso aunque, a los cinco días de
finalizar el congreso de Valencia, el PNV vaya a intentar consumar en el
Parlamento vasco, con el apoyo de la franquicia de ETA, su desafío al Estado, a
través de la convocatoria de un referendo secesionista para el próximo mes de
octubre. Lo dicho: María San Gil y todo lo que ella representa no estarán en
Valencia, pero su asiento será torticeramente ocupado por los tactistas y
acomplejados que pululan en torno a Rajoy, con el consentimiento de éste. ¡Qué
bien se entiende la decisión que ha tomado María!