ZAPATERO EN EL ABISMO

 

 Artículo de Cayetano González en “El Mundo” del 28.06.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

El presidente del Gobierno tiene previsto comunicar en las próximas horas al Congreso su decisión de autorizar el inicio de los contactos del Ejecutivo con la banda terrorista ETA. Sería mucho más ajustado a la verdad de los hechos que Zapatero dijera que autoriza que continúen esos contactos, porque el Gobierno y el PSE llevan hablando con ETA y con Batasuna -que hoy por hoy, y pese a los esfuerzos de Patxi López y 'Pepín' Blanco, son lo mismo- desde hace bastantes meses.

Zapatero va a solemnizar en la sede de la soberanía popular la mayor irresponsabilidad que haya cometido ninguno de los anteriores presidentes. La irresponsabilidad consiste en que sin reconocerlo, ¡faltaría más!, va a oficializar que está dispuesto a negociar y a pagar un precio político para que una banda terrorista deje de matar y de extorsionar a los españoles.

Y eso el presidente del Gobierno lo va a hacer sin el apoyo del principal partido de la oposición, que tiene detrás a 10 millones de españoles, y en contra de la opinión de quienes más han sufrido la crueldad de ETA: las víctimas del terrorismo. Además, Zapatero va a incumplir de forma flagrante el punto 2 de la resolución que el Congreso de los Diputados aprobó en mayo del pasado año y que dice textualmente: «Si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia».

¿Le parece al presidente del Gobierno que la imagen chulesca y despreciable de García Gaztelu e Irantxu Gallastegi en el juicio por el asesinato de Miguel Angel Blanco demuestra la clara voluntad de los presos de ETA de reinsertarse y pedir perdón a las víctimas? ¿Qué piensa Zapatero de las otras dos bestias pardas de ETA que el pasado lunes la emprendieron a patadas contra el cristal blindado del cubículo de la Audiencia Nacional, donde se encontraban para ser juzgados por colocar un coche bomba en Santander? ¿Qué opinión le merece al presidente que ETA le pida en su último comunicado que garantice «que ninguna legislación, ordenamiento jurídico ni Constitución sea obstáculo o límite en el desarrollo de la decisión que mayoritariamente adopte el pueblo vasco?». ¿Qué cree que Batasuna quiere decir cuando, en un documento interno, llama a este proceso de paz «proceso para la autodeterminación», y añade que ETA será la «garante» de los acuerdos que se alcancen en la mesa de partidos vascos? ¿Cómo valora el presidente los ataques a las sedes del PSE de los últimos días? ¿Y las cartas de extorsión enviadas después del alto el fuego? ¿Y la quema de cajeros automáticos y otros actos de la mal llamada violencia callejera?

Si todo lo que se le ocurre al presidente por respuesta a estos hechos es pedir sosiego y moderación a la opinión pública, eso sólo puede significar tres cosas: que estamos ante un auténtico irresponsable que no sabe lo que se trae entre manos y a quién tiene enfrente; que se cree imbuido de una pseudomisión divina consistente en conseguir la paz a cualquier precio o que es un gobernante sin valores y sin principios.

Cualquiera de las tres derivadas, por sí solas, sería como para echarse a temblar. Las tres juntas, que es lo que creo que sucede en este caso, sitúan al presidente no ya al borde de, sino en el mismísimo abismo. ¿No hay nadie en su partido o fuera de él capaz de convencerle de que cuente hasta 100 antes de seguir por este camino? Yo también me temo que no.