¿Y NO PASA NADA?

 

 Artículo de Cayetano Gonzalez en “El Mundo” del 27.06.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

¿Y no pasa nada? Ésta es la pregunta lógica que muchos ciudadanos se hacen a la vista del contenido de las ni se sabe cuántas reuniones mantenidas entre el PSE y ETA-Batasuna en los últimos cinco años.

 

Cada cual se habrá quedado con un dato u otro de los desvelados por ETA a través de Gara, pero, en cualquier caso, las conclusiones son demoledoras para el Gobierno. Ha quedado claro que tanto Zapatero como sus portavoces en esta cuestión -De la Vega, Rubalcaba, Blanco, López Garrido- han mentido en reiteradas ocasiones. Y lo han hecho, en sede parlamentaria, en declaraciones institucionales, en ruedas de prensa, en entrevistas; es decir, cada vez que hablaban. Han mentido cuando negaban contactos con ETA que se estaban produciendo. Han mentido cuando afirmaban que «primero la paz y luego la política». Y, en esas conversaciones, lo que ha sobrado han sido las cuestiones políticas: derecho a decidir de los vascos, futuro de Navarra, Ley de Partidos y ANV. Han hecho algo más grave que mentir cuando acordaron con ETA denominar «accidentes» a atentados como el de la T-4 de Barajas, equiparándolos a detenciones de terroristas por parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Es tan desolador y miserable lo que han hecho este Gobierno y su presidente en estos años que vuelvo a la pregunta del principio: ¿y no pasa nada? Porque, si al final, el sonsonete gubernamental de «no sé qué tiene de malo lo que hemos hecho, porque lo hemos intentado con toda nuestra buena voluntad al igual que lo hicieron otros presidentes» acaba calando, es que entonces estamos ante una sociedad sin capacidad de reacción, sin resortes morales para hacer frente a tanta indignidad.

La ruptura formal de la tregua y la amenaza de nuevos atentados no son razón suficiente para que hagamos una especie de borrón y cuenta nueva con todo lo que ha hecho este Gobierno en estos años, que ha estado negociando de tú a tú con una banda terrorista que ha asesinado a cerca de 1.000 españoles.

Si ETA vuelve a matar, la única responsable de esos crímenes será la banda terrorista, pero, una vez conocidos los detalles de la negociación, es obvio que Zapatero y su partido tienen una enorme responsabilidad política en lo que supone la actuación más infame, más inmoral y más irresponsable de un presidente y de un Gobierno, mintiendo además a los españoles, porque no se atrevían a decirles lo que estaban haciendo.

En cualquier país con una cultura democrática fuerte, el presidente del Gobierno, después de haber quedado con sus vergüenzas al aire, hubiese tenido que dimitir. Como Zapatero ni va a hacerlo ni va a reconocer que ha cometido graves y profundos errores, sólo queda confiar en que esa responsabilidad política que tiene por el gran fiasco de su negociación con ETA la pague en las cada vez más necesarias elecciones generales. Mientras tanto, sólo cabe desear tres cosas: que los ciudadanos no olviden lo sucedido; que el líder de la oposición cumpla con su obligación y le exija todo tipo de explicaciones al presidente en el Debate del estado de la Nación y que en el PSOE se levanten más voces que las de Rosa Díez o Nicolás Redondo para denunciar tanta indignidad.