ZAPATERO SE VIENE ARRIBA TRAS CEDER LA PRESIÓN DE LOS MERCADOS SOBRE ESPAÑA

Cambia de opinión y dice que no hará crisis de gobierno de forma inminente

 

 

Informe de  J.C en “El Confidencial” del 23 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

José Luis Rodríguez Zapatero se ha venido arriba. Ha bastado que los mercados hayan aflojado un poco la presión sobre España en los últimos días para que el Presidente haya decidido aplazar la remodelación de su Gobierno, esperada por casi todos de forma inminente. Tal es la versión que ayer circulaba en ambientes empresariales madrileños, uno de cuyos protagonistas aseguró a este diario haberle visto “muy tranquilo”. El resultado es que, después de haber hecho consultas en distintas direcciones, Zapatero quiere ahora echar el freno de una crisis que, antes o después, las fuentes siguen juzgando inevitable.

El vodevil de esta crisis refleja mejor que mil tratados la psicología de un personaje convencido de que el tiempo arregla los conflictos políticos sin necesidad de arremangarse con medidas drásticas. Obligado por la presión de los mercados y de sus socios de la UE, el inquilino de Moncloa no tuvo más remedio que abordar un plan de ajuste del gasto, con recorte salarial para los funcionarios incluido, unido a una tímida reforma del mercado de trabajo que ayer refrendó el Congreso de los Diputados, y a la promesa de retocar también las pensiones.

Este plantel de medidas recibió el pasado viernes el refrendo de los socios europeos en de Bruselas. Zapatero no solo pasó un examen que le mantenía en vilo desde hacía semanas, sino que recibió el respaldo de Angela Merkel, presidenta del país que ha sido acusado reiteradamente desde instancias oficiales de atentar contra la estabilidad económica de España. Como consecuencia de ello, los mercados han relajado su presión sobre la deuda española (el diferencial con el bono alemán estaba ayer situado en los 170 puntos básicos, tras haber llegado a los 221 el 16 de junio), de forma que Zapatero ha podido respirar tranquilo por primera vez en muchas semanas.

La consecuencia más directa de ese alivio es que el leonés ha vuelto a su ser. “Lo ocurrido ha venido a reforzar su creencia en que el tiempo arregla las cosas y en que los problemas terminan siempre por encontrar una solución natural. Desde hace unos días piensa que tal vez pueda tirar con el actual equipo de Gobierno sin necesidad de hacer sangre y crearse más enemigos dentro de las filas del propio PSOE”, asegura una fuente conocedora de la situación. “la llamada de respaldo de Obama, filtrada de inmediato por Moncloa, no ha hecho sino reforzar esa tesis. Lo dijo José Blanco ayer en un desayuno en Madrid: todo el mundo apoya nuestras reformas. No es necesario hacer más”.

El aplazamiento de la crisis fue difundido la tarde del lunes por la cadena SER y ayer martes por El País. Ambos aludían a una reunión en Moncloa -cuya veracidad algunos medios llegaron ayer a poner en solfa- del presidente con sus tres vicepresidentes (De la Vega, Salgado y Chaves) y “algún otro ministro del núcleo duro”, con posterioridad a los habituales maitines de los lunes, en la cual les habría anunciado su intención de no proceder a remodelación alguna de su Gobierno, al menos de forma inminente.

Zapatero rechaza las presiones felipistas

Otras fuentes, cercanas al PSOE, sugerían ayer a este diario que la relajación de la tensión en los mercados le ha venido a Zapatero como anillo al dedo para parar en seco una remodelación que “algunos han querido imponerle desde los medios y desde determinados sectores del propio PSOE. Aquí hay que preguntarse quién está presionando a favor de la crisis y por qué”. Según esta tesis, la presión de los felipistas en pro de la entrada en el Gobierno de pesos pesados con capacidad para controlar las iniciativas del Gobierno y del propio Zapatero es lo que le habría llevado a plantarse y aplazar la crisis.

Fue precisamente el diario El País quien, el pasado 6 de junio, aludía a la necesidad de “un Gabinete fuerte contra la crisis”. Díez y Aizpeolea, las dos estrellas de la sección política del diario, incluían el siguiente párrafo: “La veintena de dirigentes del partido consultados coinciden en que el actual Gobierno no es el adecuado para afrontar con garantías este reto. En otros momentos, de bonanza, hasta las ocurrencias pasaban más inadvertidas. Ahora, ante esta crisis, hace falta un Gobierno, por decirlo de alguna manera, felipista”.

La alusión no debió gustar en absoluto a un Zapatero que ha roto completamente amarras con el PSOE de González, un PSOE al que ha cambiado de arriba abajo hasta hacerlo irreconocible. A El País, le siguió Público, y después El Mundo, entre la prensa de papel. “Al decir ahora que no habrá cambios, Zapatero no hace sino reclamar el derecho que le compete como Presidente del Gobierno a hacer crisis cuando a él le de la gana”, asegura la fuente citada, “es decir, haré lo que quiera cuando a mí me convenga. ¿Capítulo cerrado? En absoluto: lo que ha dicho sirve tanto para negar la crisis como para confirmarla…”

“La filtración de ayer [por el lunes] negando la crisis ha generado cierto desconcierto en el partido”, aseguraba ayer un diputado socialista a este diario, “porque después de llevar semanas preparándonos para explicarla, ahora resulta que no hay crisis. Una rectificación más. La verdad es que nadie sabe nada ni en el Comité Federal ni en el grupo parlamentario”. En el mundo empresarial y financiero, no obstante, es opinión general que la crisis terminará por producirse, y antes del verano. Pero, como ocurría con Felipe y después con Aznar, cuando le convenga a Zapatero.