A ZP SE LE COMPLICA EL JUEGO

Artículo de Lorenzo Contreras en “La Estrella Digital” del 20 de agosto de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

Dos circunstancias, no exentas de dramatismo político, compiten con la gripe A para complicar la situación que se vive en España. Esas dos circunstancias son el escandaloso embrollo de los plazos para que los parados sin ingresos perciban las ayudas económicas aparentemente prometidas por el Gobierno, y, simultáneamente, el no menos escandaloso retraso del Tribunal Constitucional a la hora de dictar sentencia sobre el Estatuto de Cataluña, demora ya de tres años, nada menos.

En el primer aspecto, el de las subvenciones a parados sin recursos, podría decirse que el zapaterismo, con su líder al frente, pone en peligro la bolsa de votos que parecía dispuesto a garantizarse cultivando la imagen de la protección a los "descamisados" a la española. Una imagen que ha quedado tan a la intemperie del descrédito como la suerte de los afectados por el fracaso de la operación de los subsidios, convertida de repente en un jeroglífico de interpretaciones sobre el alcance o la concreción de los derechos anunciados.

Podría decirse que el verano se encamina hacia su último tercio sin que nuestro país parezca en condiciones de experimentar alguna ilusión respecto a la superación o suavización de la crisis, anunciada en otros países y formulada con cierta firmeza por el presidente del Banco Central Europeo, el señor Trichet.

Cabría sostener la opinión de que al Gobierno le crecen los enanos. La confusión creada en torno a las ya citadas promesas en beneficio de parados sin recursos ha obligado a Pepiño Blanco, en el papel de portavoz de emergencia en ausencia de Leire Pajín, a pedir disculpas con el anuncio de que, en el futuro, el Gobierno se esforzará en informar mejor. Al mismo tiempo, como ministro de Fomento, ha tenido que referirse también al ?apagón? del aeropuerto de Barajas, otro escalón más en la sucesión de calamidades que le vienen afectando y que, por supuesto, lastiman o deterioran el crédito que Zapatero intenta conservar.

En esta coyuntura hay quienes sospechan que las nuevas detenciones de cabecillas etarras en Francia, normalmente gestionadas y preparadas por las investigaciones de las fuerzas de seguridad españolas allí operantes, representan una compensación que el ministerio del Interior, bajo la estrategia oportunista de Rubalcaba, ha buscado para ofrecer algo positivo a la opinión española. La gendarmería francesa colabora sin necesidad de asumir la iniciativa de las acciones. Se sirven de las informaciones que los agentes españoles les proporcionan y se limitan a practicar las detenciones cuando les parece oportuno. En ese sentido, Paris manda.

En cuanto al otro escándalo en marcha, el del Tribunal Constitucional que no se decide a dictar sentencia sobre el Estatuto catalán pese al tiempo que lleva recurrido, la novedad es la irrupción de Carod Rovira, presidente en funciones de la Generalitat, con acosos y presiones a la institución para que no se le ocurra modificar el contenido del articulado que tiene entre manos.

Lo más alarmante es que el ministerio de Justicia intenta rodear de normalidad el desarrollo del asunto, con el argumento de que el Estatuto, con toda su carga de ilegalidad, lleva dos años aplicándose sin que nada pase. Olvida que pasa lo esencial, es decir, que se atenta contra la Constitución, se cuestiona la configuración actual del Estado y se le fuerza a desnaturalizarse desde una concreta comunidad autónoma, la catalana, que busca, más que un federalismo español, una salida confederal y soberanista que dote a Cataluña de un Estado propio. En concreto, se intenta conseguir, por vías aparentemente reformistas, nada menos que la independencia que Pujol preparó y acabó dejando en manos de otros, incluido ese cordobés llamado Montilla, siempre a las órdenes de los dirigentes de ERC, empezando por Puigcercós y acabando por Carod Rovira.