RAJOY, ANTE EL RETO DEL LIDERAZGO PARA DAR LA VUELTA A LOS SONDEOS

 

 Artículo de Enrique de Diego en “El Semanal Digital” del 02.12.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Las encuestas comienzan a serle favorables, pero más por desgaste de Zapatero que por la ilusión que despierta el PP. Si busca la mayoría absoluta, es hora de propuestas regeneradoras.

2 de diciembre de 2006.  Mariano Rajoy asumió, tras el 14 de marzo, la responsabilidad de mantener unido a su partido. Y lo ha conseguido. Lo fácil hubiera sido tirar la toalla y no lo hizo. Eso hay que reconocérselo.

Sorteó con buenos resultados unas elecciones europeas inmediatas y no se ha caído en las catalanas, aunque el resultado de Piqué no puede ser tildado más de que mediocre y decepcionante. Sin embargo, las elecciones catalanas han abierto la posibilidad de pactos futuros con una Convergencia despechada, aunque ese horizonte no resulta alentador. Las encuestas empiezan a serle favorables a Rajoy. La radicalización de Zapatero está haciendo que las zonas más centradas de la población oscilen hacia el PP. En buena medida, se trata de una corriente cada vez más intensa contra Zapatero. No se percibe un entusiasmo con el liderazgo de Rajoy.

El presidente del PP está manteniendo una posición firme y clara en contra de la negociación con ETA, y eso se lo están agradeciendo los ciudadanos.

Existen, sin embargo, contradicciones en el PP sobre el modelo de Estado. Mientras se anuncia una reforma clarificadora de las competencias del Estado y las autonomías, en la periferia los barones del PP se han sumado, en diversa medida, a la fronda de reformas estatutarias y al desmantelamiento del Estado.

Si Rajoy no quiere depender, en un hipotético gobierno presidido por él, de los nacionalistas ha de situar como meta la mayoría absoluta y eso exige mayores dosis de claridad. Un liderazgo nítido y propuestas regeneradoras. Hay expectación por lo que el PP dirá este fin de semana, pues por ahora el discurso de los populares es básicamente a la contra.
 
Desalentador resulta que ni tan siquiera se vaya a analizar la reforma de la Ley Electoral. Un cambio que resulta imprescindible, porque nos lleva inexorablemente al desastre.

Rajoy tiene la oportunidad de convocar a los españoles a un gran proyecto nacional. A esa gente desencantada que se abstiene o vota en blanco. A los socialistas que no participan de la destrucción de España que perpetra el Gobierno con tal de mantenerse en la poltrona. No puede aspirar a ir tirando, a recoger el malestar y el deterioro. Debe empezar a plantear una alternativa que ilusione y que concite el respaldo de quienes se resisten a caer en el desánimo y en la desesperanza.