ASÍ NOS ENGAÑARON

 

 Artículo de Rosa Díez en su blog de “¡Basta Ya!” del 11.06.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Todo el mundo tiene derecho a equivocarse; a mentir, no. El Gobierno tiene derecho a poner en marcha una más que  una incierta política antiterrorista; a mentir, no. La mentira no tiene disculpa ni perdón. Y nos han mentido con premeditación y alevosía. Nos han mentido para que siguiéramos arriesgando nuestra vida en su nombre. No nos merecemos un gobierno que nos mienta. Ni un partido político que arriesgue la vida de sus cargos públicos en nombre de una mentira.

Y eso es lo que han hecho los dirigentes del Partido Socialista Obrero Español primero y el Gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero después. Engañarnos a todos; mentirnos a todos. Mintió cuando desde la oposición, nada más firmar el pacto por las Libertades y contra el Terrorismo mandó a sus interlocutores a negociar con ETA. Sí, a negociar con ETA, porque eso es lo que hacen Otegui--dirigente de una organización que está en la lista europea de organizaciones terroristas y Eguiguren cuando se reunen: hablan de política, negocian sobre escenarios políticos, establecen compromisos, cautelas, condiciones, supuestos... No es diálogo; el diálogo está reservado a iguales; un dirigente terrorista y un dirigente de un partido político cuando hablan de escenarios políticos, negocian. Los representantes  del PSOE iniciaron  negociaciones políticas mientras de cara a losciudadanos españoles hacían el paripé de que  estaban apoyando al Gobierno en la lucha contra ETA y para la derrota de ETA.

Como no tienen ningún tipo de pudor, ayer, el diario oficial del PSOE, El País, lo cuenta con pelos y señales. ¿Por qué lo cuenta la víspera de una reunión en la que se supone que el Presidente del Gobierno buscará el apoyo del Partido Popular? Porque no quiere ese apoyo, sino echarle la culpa al Partido Popular del fracaso de la reunión. Por eso cuenta todo ese contexto infame de reuniones y engaños: para que el Partido Popular tenga elementos nuevos para decirle al Presidente que no es posible fiarse de él, que no es posible acompañarle en un camino de nuevos engaños, de nuevas mentiras. En un camino como el del pasado,en el que mientras se defendía el acuerdo con los demócratas se pactaba con los terroristas.

Nos han engañado. Al conjunto de los españoles y, particularmente, a todas aquellas personas que arriesgaban la vida y la seguridad pensando que estaban haciéndolo para apoyar una estrategia de derrota de ETA. Mientras arriesgábamos la vida, en nombre de la democracia y en nombre del Partido Socialista, ellos, aquellos a los que creíamos representar cuando pedíamos el voto a los ciudadanos, negociaban a nuestras espaldas en las tinieblas. Nos han mentido; a mí me han mentido. A mí me dijo el Presidente que el pacto antiterrorista era para él lo más importante; a mí me dijo el Presidente que no tuviera ninguna duda, que aunque él apostaba por un relevo al frente del PSE --cargarse a Redondo, poner a López-Eguiguren-- la política antiterrorista no iba a cambiar. A mí me dijo el Presidente que estuviera segura de que arriesgaba mi vida por defender las libertades y para derrotar a ETA, que no lo hacía para acabar pactando con ETA. Me lo dijo porque se lo pregunté; porque le dije que teníamos derecho a saber para qué arriesgabamos  la vida; que teníamos derecho a decidir si queríamos  serguir haciéndolo.

Y me engañó. Desde el 2001 dice El País. El pacto se suscribió en diciembre del 2000. Desde el 2001 los socialistas empezaron a hablar formalmente con ETA;  con permiso o impulso de Ferraz primero y  de Moncloa después. Desde el 2001, mientras enterrábamos a nuestros amigos y compañeros y venían a los funerales a darnos el pésame. Desde el 2001, mientras se manifestaban con nosotros, los de Basta Ya, en las calles vascas. Desde el 2001, mientras hacíamos los discursos más radicales contra ETA. No tienen perdón. No merecen perdón.

 

Y ASÍ NOS SIGUEN ENGAÑANDO.

 

El Presidente del Gobierno dijo a Iñaqui Gabilondo el pasado jueves que hubo contactos superficiales con ETA,  sí, que  se habló de una mesa de partidos, sí pero por encima, todo superficial, sin profundizar... Le dijo que el proceso se rompió tras el atentado de Barajas. Le dijo que no había habido negociación política... Ayer en el Comité Federeal del PSOE insistió, más o menos, en los mismo: él hizo lo que debía hacer, se rompieron los contactos cuando ETA planteó reivindicaciones políticas... Pura contradicción en sus propias palabras. Si hablaron de la mesa, hablaron de política con la banda. Hablar de política con la banda ya es una concesión. Y lo hicieron; ni siquiera el Presidente se atreve a negarlo. Supongo que espera las actas, y por esos empieza a soltar lastre.

No dice verdad cuando niega el caracter político de una conversación entre el gobierno y una organización terrorista sobre la consticución de una mesa que sigue reivindicando desde  una mesa hace ya mucho años y que hizo fracasar las negociaciónes de Argel. El Presidente no parece ser consiciente que les ha dado lo que González les negó en los ochenta: les ha reconocido que una mesa paralela para hablar de política es negociable.  Y eso significa que  ETA ha ganado posiciones de partida para el futuro.

Y tampoco dice la verdad cuando manifiesta que se rompieron los contactos tras el atentado de Barajas y  cuando ETA planteó reivindicaciones políticas; el Gobierno siguió sentado a la mesa hablando de política y despuiés de los asesinatos de la T4. Fue ETA la que se levantó. Al contrario de lo que hizo González en Argel y Aznar en Suiza.

No dice verdad cuando dice que el atentado de Barajas supuso el fin de la negociación. Y El País lo cuenta con pelos y señales. Cuenta que siguieron manteniendo lo que ellos llaman diálogo y sabemos que es negociación; a través de los suizos; a través del Sinn Fein; a través del PSE:

 

"La bomba de Barajas y la consiguiente ruptura del proceso  ya puso de manifiesto que, desde julio, ETA apostaba por un proceso que condujese a la soberanía de Euskadi mientras el Gobierno quiso un proceso de fin de la violencia, con la incorporación de la izquierda abertzale a la política. Fueron dos visiones distintas de un mismo proceso”.

 

O sea que desde julio, tres meses después de declarar el alto el fuego, ya ETA estaba en otro proceso. Mientras Rubalcaba anunciaba que estaba verificada su voluntad inequívoca y el Presidente, en sede parlamentaria pero no en el Congreso, anunciaba que iba a iniciar la negociación. Ni hubo verificación, ni hubo nada parecido. Ni se cumplió la resolución del Congreso de 17 mayo que establecía las condiciones para iniciar los contactos. Estaban "trincados" desde hacía mucho tiempo y decidieron seguir adelante para evitar que ETA contara la verdad.

 

“En los cinco meses que han transcurrido desde la ruptura del proceso hasta su formalización, con el comunicado de ETA del 5 de junio, la banda ha tratado de ganar "legitimidad" ante sus bases, sorprendidas por el atentado de Barajas. Su gran baza ha sido, según dice el comunicado del 5 de junio, "la falta de libertad en las elecciones" por la eliminación por los tribunales de todas las listas de Batasuna y la mitad de las de ANV. Pero, junto a ello, ha reconocido, sin tapujos, que su objetivo en el proceso eran la independencia y la constitución de una Euskadi con los siete territorios (las tres provincias vascas españolas, las tres francesas y Navarra)”.

 

Y de esto, ¿cuando se han dado cuenta?

 

“Batasuna, después de Barajas, mantuvo tres reuniones con el PNV en las que planteó un referéndum sobre Euskadi y Navarra para 2010 en el que el Partido Socialista de Navarra (PSN) hiciera campaña a favor. El PNV no lo aceptó”.

 

O sea que le tenemos que agradecer al PNV que le pusiera a ETA los puntos sobre las íes, que se negara a repetir Lizarra pero con el PSOE dentro.

 

“El Gobierno, a su vez, cortó el proceso de diálogo con ETA con el atentado de Barajas. Sólo le cabía la remota esperanza de que una reacción de Batasuna forzara a ETA a reconocer su "equivocación" y abandonar la violencia. Pero, fuera de algunos gestos tímidos de dirigentes de Batasuna como Otegi, no hubo tal.

No obstante, el Gobierno sí utilizó el cauce del Centro de Diálogo para saber las intenciones de ETA, tras el atentado del 30 de diciembre. E incluso pidió al Sinn Feinn que reclamara a ETA el abandono de la violencia. No sirvió de nada. Los gestos realizados por el Gobierno estos meses, tan criticados por el PP, como el traslado del etarra Iñaki De Juana al hospital de San Sebastián y la aceptación de la mitad de las listas de ANV para las elecciones municipales, no tuvieron como objetivo "contentar a ETA". El Ejecutivo ya tenía información de que eran inútiles desde esa perspectiva. Los hizo, sobre todo, para no ofrecer argumentos victimistas al entorno etarra. Y lo que terminó de convencer al Ejecutivo de que ETA iba a formalizar su ruptura fue la publicación en Gara, durante la campaña electoral, de la versión de Batasuna de las conversaciones previas al alto el fuego.En diciembre de 2006, ETA aparta a Ternera y plantea los temas de Navarra y la autodeterminación. Y el día 30 llega el atentado de la T-4 de Barajas”.

 

O sea que el Gobierno siguió hablando después del atentado de Barajas. Lo cuenta El País. O mintió Zapatero ante Gabilondo o miente Rodríguez Aizpeolea. Y la excarcelación de de Juana Chaos y la permisividad para que ETA volviera a las instituciones fueron GESTOS para no "ofrecer argumentos victimistas". Manda narices. Para que los terrroristas no tuvieran argumentos victimistas nos dieron argumentos a las víctimas. Qué enorme vergüenza y qué deshonor. No tienen perdón. No merecen perdón.