DE AQUELLOS POLVOS VINIERON ESTOS LODOS.

 

 Artículo de Rosa Díez en su blog de “¡Basta Ya!” del 11.11.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Ayer fue el Rey Juan Carlos quien tuvo que abandonar una reunión con la que se daba por clausurada la Cumbre Iberoamericana ante los insultos de Hugo Chávez contra el que fuera Presidente del Gobierno de España, José María Aznar. La vispera había llamado fascista a José María Aznar y golpista a la patronal española. Fue en la mañana de ayer, cuando en rueda de prensa el Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, dio respuesta a esos graves insultos limitándose a pedir "respeto"  para con las personas cuyas ideas no se comparten:  "en más de una ocasión he conversado con Hugo Chávez sobre que hay una regla esencial en las relaciones diplomáticas y es referirse a los demás con respeto, aunque se esté en las antípodas ideológicas". "Esa es la norma de conducta que procuro practicar y que me gusta que practique todo el mundo y más cuando hablamos de países amigos como es Venezuela y España".

Como  el Presidente Zapatero no hizo lo que debía hacer,  Hugo Chávez insistió en el día de ayer. Rodríguez Zapatero trató el asunto como si fuera una cuestión de mala o buena educación "entre países amigos", cuando la cuestión era bien distinta. Rodríguez Zapatero tenía la obligación de  exigir a Hugo Chávez que no descalificara de forma infame a José María Aznar y a la CEOE. Llamar fascista al el ex-Presidente del país al que representas, no se puede tolerar por dignidad institucional. No se puede envolver la réplica en ese almibarado "aunque se esté en las antípodas ideológicas". Ni Aznar ni su partido tienen nada que ver con el fascismo; la retórica empleada por Zapatero, hablando de diferencias ideológicas que lo separan de Aznar sin calificar lo que dijo Chavez como un insulto intolerable --cuestión en que como se ve ayer insistió antes de que el Rey se ausentara--, es una perversión del lenguaje impropia de un Presidente que en el ejercicio de su función no ha estado a la altura. Nadie le oyó decir :"Aznar no es un fascista;  ni  la CEOE es una organización  golpista". En su primera comparecencia -- y aún antes de que el Rey se levantara--  Zapatero se limitó a pedir respeto hacia alguien que estaba en las antípodas ideológicas. Como si el fascismo fuera una ideología compatible con la democracia para la que se pide respeto por mucho que esté "en las antípodas ideológicas".

Lo malo es que cuando  Rodríguez Zapatero no exigió inmediatamente la retirada de los insultos, cuando no negó la mayor ( o sea, Aznar es un demócrata, la CEOE no es golpista)  ante los demás representantes de la Cumbre, fue España la que no fue defendida correctamente. Decir --como volvió a hacer ayer-- que Aznar fue "elegido por los españoles" como único argumento para defender la honorabilidad democrática del que fuera Presidente del Gobierno, es de una falta de altura política que asusta. No es porque haya sido elegido por los españoles por lo que merece un respeto, faltaría más. No se puede minimizar el insulto, como intentó hacer Zapatero, para no tener que defender como procedía a Aznar; llamar fascista a un dirigente democrático nada tiene que ver con las diferencias ideológicas y/o con la forma en que fue elegido. Chávez es un golpista no sólo porque llegó al poder merced a un golpe de Estado, sino también por la forma en que gobierna. Aznar es un demócrata no sólo porque fue elegido democráticamente, sino porque sus gobiernos fueron gobiernos democráticos en el fondo y en la forma.  Chávez no hablaba de ideología; Chávez hablaba de democracia. Y negarle a Aznar su condicióbn de demócrata  no puede ser despachado como si fuera sólo un tema de falta de respeto.

Se participe o no de la ideología de Aznar, no viene a cuento que Zapatero utilice ese argumento cuando se ha insultado gravemente y se ha tachado de golpista a quien le precedió en el cargo; el actual Presidente del Gobierno de España  volvió a demostrar ayer su nulo sentido de estado.  A él sí que le pudo la ideología y fue incapaz de actuar con respeto y sentido de la responsabilidad. Claro que se entiende; llevan toda la legislatura llamando al PP "la derecha extrema". Y hace dos días solamente el propio Alcalde de San Sebastián llamó "fachas" a los concejales del PP durante el transcurso de un debate plenario. Y fue José María Calleja quien calificó a Isabel San Sebastián de "defensora de la extrema derecha golpista", --también hace dos días y sin que la conductora del programa de la  Televisión Pública se inmutara--, como si en España existiera de verdad una extrema derecha golpista. Fue la Vicepresidenta de la Vega la que dijo en la intervención final para la aprobación de la llamada Ley de la Memoria Histórica que : "no hay un solo párrafo en esta ley que no pueda ser apoyado por un demócrata", expulsando directamente del reconocimiento democrático a todo aquel que se atreva a estar en contra. La confusión entre ideología y fascismo en España tiene responsables: se llaman PSOE y Gobierno presidido por José Luís Rodríguez Zapatero. De esos polvos vienen estos lodos...

Así las cosas es el Rey de España, el Jefe de Estado, quien se levanta y se marcha. Y el Primer Ministro sigue hablando de ideología: "no seré yo..." . ¡¡Qué vergüenza!!. Y qué fracaso de la política exterior la de un país al que los golpistas se atreven a dar lecciones de democracia.