EL PELIGRO NO SON LOS NACIONALISTAS

 

 Artículo de Rosa Díez en su blog de “¡Basta Ya!” del 02.01.08

 

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

Con un comentario al final:

 

TRAICION EN LA ELITE, DESERCION EN LAS MASAS

 

Luis Bouza-Brey, 2-1-08, (10:00hs)

 

 

Si hombre, que a nadie se le olvide. Lo que podemos esperar de los nacionalistas ya está probado: son insaciables. El riesgo no está en ese Ibarretxe que vuelve a afirmar que someterá a referéndum el "derecho a decidir de los vascos" mientras nos conmina a actuar  "como si ETA no existiera". Él que puede; porque los centenares de personas que vivimos con escoltas y nuestros escudos, que se juegan la vida para asegurarnos un poco de libertad, no podemos hacer como si ETA no existiera... El peligro no es ese lehendakari indigno; ni el presidente Montilla, que--abducido por el discurso nacionalista-- anuncia que en el próximo año 2008 "toca revisar el sistema de financiación". Ni ese partido heredero de CIU, que con el hijo del "honorable" al frente se declara independentista.  

No, ese no es el verdadero peligro; porque los nacionalistas y sus homologados (caso PSC)  saben que se les acaba el tiempo. Que han de aprovechar la circunstancia de un presidente del gobierno que abjura del sentido de Estado para sacar ventaja. Los nacionalistas saben que la gente normal, los que amamos la sociedad plural y democrática, --a pesar de que estén mayoritariamente callados--, está harta. Y que más bien pronto que tarde, estallará. ¿Qué más tendrá que ocurrir para que estalle? No lo sé; pero ellos, --los nacionalistas y abducidos--,  saben mejor que nadie, que el tiempo corre en su contra.

Por eso aceleran el paso; por eso se han mostrado independentistas los que hasta hace nada se emboscaban detrás del autonomismo. Ellos nunca tuvieron límites; nos costó algunas legislaturas comprobarlo. Pero hoy ya lo sabemos. Por eso no debemos esperar nada de ellos; no debemos  esperar nada de su sentido de la responsabilidad, de su razón de estado. Para ellos "el pueblo" --o sea, lo que ellos quieran que sea el pueblo-- está por encima de los ciudadanos.  Por eso digo que el riesgo, el peligro, no viene de los nacionalistas. El peligro se llama Zapatero.

Porque si de los nacionalistas no podemos esperar nada--demostrado está, sin ellos en los gobiernos hace tiempo que ETA sería cosa del pasado--, a quien sí se le debe exigir y de quien sí cabe esperar sentido de Estado es del Jefe de Gobierno. Pues de éste de hoy no esperen ustedes nada. Mejor dicho: esperen la repetición de lo que ya ha hecho: tirar por la borda el consenso constitucional. Y, además, presumir de ello. Recuerden su último discurso oficial tras la reunión del Consejo de Ministros la pasada semana: "mis socios preferentes serán los nacionalistas". Esto es lo que hay.

Quien parece que por fin se ha dado cuenta de que el tema--el cuestionamiento del orden constitucional practicado por el gobierno--  también va con él es el Rey. Su visita a los soldados en Afganistán así me lo ha parecido. Ya era hora de que la Casa Real se enterara de que el cuestionamiento y la revisión del espíritu de la Transición que han hecho Zapatero y el PSOE les afectan también a ellos. ¿O creían que la Corona iba a estar al margen?

Pues eso, que a nadie se le olvide: el riesgo no está en los nacionalistas sino en quien afirma que está dispuesto a seguir entregado a ellos. Se llama José Luís Rodríguez Zapatero. Es el Presidente del Gobierno y el candidato del PSOE. Que nadie se confunda.

 

Comentario final:

 

TRAICION EN LA ELITE, DESERCION EN LAS MASAS

 

Luis Bouza-Brey, 2-1-08, (10:00hs)

 

 

Desde hoy voy a cambiar el formato de los colores de mis comentarios, pues me llegan protestas indicando que se lee mal el amarillo sobre fondo rojo.(Admito sugerencias dirigidas auténticamente a mejorar mi trabajo, no críticas malévolas de internautas sin criterio ni buena voluntad. En lbouzab@lbouza.net podrían ayudarme a mejorar este trabajo artesanal que vengo realizando)

 

El peligro que comenta hoy Rosa es real, pero falla el sistema de alertas de la sociedad: nuestra democracia es muy débil, no cuenta con mediadores autónomos que difundan información y creen opinión entre los ciudadanos, y éstos desertan de su obligación de vigilancia de la salud de la "res publica". Entre otras razones, por la falta del sistema de mediación que acabo de mencionar, pero además porque a nuestra democracia le falta consistencia, y la gente vota por tradición y fidelidades ciegas, más que por razón y espíritu crítico. Falla la ciudadanía y el espíritu "respublicano".

 

De manera que cuando se produce traición en la élite, los mediadores se someten al nuevo rumbo definido desde arriba, y la mayoría de los ciudadanos no se enteran del peligro, pues la información y opinión que les llega es la sumisa a la traición o la basura narcotizante. Quizá, por ello, crece el número y relevancia de los blogs, como expresión de la opinión de mediadores despiertos y rebeldes que alertan del caos que se avecina.

 

Pero el peligro es real, gravísimo e inmediato: el órdago está activado y la sociedad vegeta inerte, sin percibirlo. Fallan todos los controles, y no parece que la democracia, en sus condiciones de corrupción actuales, sea capaz de redirigir el rumbo en el corto plazo. Por ello, la corrección habrá que hacerla quizá cuando transcurra algo más de tiempo y a más alto costo, porque el sistema se va a hacer inviable. Pero inviable para todos, incluso para los que no creen en él, que deliran encerrados en mitos anacrónicos inadaptados a la situación actual del mundo.

 

Estos días, un amigo comparaba al nacionalismo con el escorpión, que es subido a lomos de un nadador obsequioso e ingenuo, y empieza a picarle compulsivamente en el lomo en medio del rio, hundiéndose los dos. La democracia española ha pecado de obsequiosidad e ilusoriedad con el escorpión nacionalista, que no puede detener su propensión insaciable a la destrucción del huésped. Pero si además de ello, el huésped se ha transformado en un zombi masoquista suicida y ciego, que ha confundido al escorpión con una bella mariposa, la situación ya resulta aberrante y de difícil remedio: quizá haya que esperar a una nueva era, en la que no lleguen zombis ciegos masoquistas a la orilla del rio, y la especie de los escorpiones se haya extinguido.

 

En fin, dejando ya las imágenes, el problema de España es como hacer conscientes a los ciudadanos del peligro, aún en contra de la corrupción sistémica que bloquea el mensaje, y de las miserias que genera la inercia de la misma corrupción. España es un país que podría generar energías revitalizadoras, pero estamos en un fin de ciclo, y  éstas todavía no se han condensado. Existe un problema de tiempo, y se trata de vencer a nacionalistas, zombis traidores, abducidos y parásitos, que han acelerado el proceso para imponer los hechos consumados a una sociedad todavía durmiente. Es frustrante, tener que repetir la tragedia eternamente como Sísifo. España parece un país condenado por los dioses a hundirse eternamente en las aguas turbulentas, acribillado por las picaduras de especies diversas de escorpiones. Si algún día es capaz de romper su destino trágico, quizá por inmunización al veneno, llegará a transformarse en un organismo de enorme potencialidad. Probablemente eso es lo que temen los escorpiones suicidas.