LA INFAMIA Y LA HIPOCRESÍA

 

 Artículo de Rosa Díez en “ABC” del 03.01.08

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Las consecuencias de la política de permisividad practicada por Zapatero se hacen notar dolorosamente en nuestras vidas.

Gracias al «invento» del «proceso», ETA volvió a las instituciones a embolsarse unos siete millones de euros al año, que son destinados a facilitar la comisión de atentados contra los demócratas.

Gracias al relativismo presidencial, la banda terrorista -que estaba en las últimas- recuperó la esperanza y volvió a salir a la calle; y el terrorismo callejero, que era al inicio de la legislatura un recuerdo del pasado, se convirtió en cotidiano.

Gracias al relativismo presidencial, al sometimiento del sistema judicial al poder político, la ley de Partidos dejó de aplicarse para proteger a la democracia de sus enemigos; y el fiscal general del Estado la calificó como «una especie de guantánamo electoral».

Gracias a la debilidad de Zapatero y del PSOE -empeñados en convertir en enemigos de la democracia al PP y a todos los que no nos conformamos con menos que la derrota de ETA- los socios del Gobierno de España se subieron a las barbas del sistema y pasaron de ser autonomistas a reivindicar formalmente la secesión.

Ahora que se acercan las elecciones, el Gobierno de Zapatero, el mismo que cuestiona la nación, se viste de «Gobierno de España». Y pronuncian los discursos más duros contra ETA. Después de haber violentado las leyes para posibilitar que ANV/ETA volviera a las instituciones, dicen que están encontrando pruebas para ilegalizar a esos terroristas que ellos mismos seleccionaron. Recuerden el criterio que utilizaron para «aplacar a la bestia»: por debajo de tres terroristas, la lista es legal. ¡Qué vergüenza!

Ahora se ponen duros contra ETA y ponen «morritos» contra los discursos infames del PNV y del Gobierno vasco, esos en los que los gobernantes nacionalistas equiparan a los terroristas con los que sufren las consecuencias del terror.

No se dejen engañar por el gesto adusto de Ares, López, Rubalcaba, la vicepresidenta....Todo forma parte del juego. Son los socialistas -que llamaron «hombres de paz» a los terroristas e «interlocutores imprescindibles» a los dirigentes de ETA- los que han provocado que el PNV suba el listón de sus reivindicaciones e incremente sus descalificaciones hacia la democracia. En el PNV ha cuajado la idea de que ellos han de ir tan lejos como fue el propio Zapatero; no se van a dejar «pillar» otra vez, como en la etapa de Imaz. Recuerden que las negociaciones de Aránzazu se rompieron cuando la delegación presidida por Imaz se levantó de la mesa mientras los socialistas seguían sentados.

Y el lehendakari no va a ser quien se levante de la mesa; el PNV tramontano no consentirá que los socialistas vuelvan a estar más cerca de los batasunos etarras que ellos mismos. Además, y aquí está el otro quid de la cuestión, los nacionalistas saben que con los socialistas pueden permitirse cualquier lujo. Pueden aguantar que Ares, o López, o Pastor, critiquen su complacencia para con los terroristas; porque saben que no tienen más que tirar de hemeroteca para encontrar declaraciones de los dirigentes socialistas en las que éstos muestran grados de comprensión hacia los terroristas comparables a las suyas. Como ejemplo, vean esta parte de una entrevista de José Antonio Pastor publicada en «Gara» el cinco de febrero de 2006:

«Pregunta: El Comité Nacional de este sábado abordaba que si va a haber medidas de flexibilización en la situación de los presos, que se consulte con las víctimas...»

Respuesta: Es una reflexión (...) ese proceso de reconciliación que no va a ser fácil, necesita del concurso de las más de 1.000 víctimas del terrorismo y necesita también de ejercicios de generosidad y de flexibilidad por parte de todos.

«Hay que atender el criterio de las víctimas, que básicamente piden que se les reconozca el daño causado y se les sido pida perdón; pero, por otra parte, también hay que pedirles una cierta dosis de generosidad, a ambos sectores que, si se quiere, los personalizamos en las víctimas y en los presos de la banda terrorista ETA que, de una forma u otra, en función de las circunstancias de cada uno y a lo largo del tiempo, deberán ir reintegrándose con cierta normalidad a la vida política».

O estas declaraciones de Patxi López, hechas también al diario proetarra «Gara» el 31 de mayo de 2006:

«Patxi López, afirmó anoche que «es necesario pasar de los contactos actualmente existentes a una fase de negociaciones incluyentes tendentes a construir un diálogo multipartito en Euskadi que permita ampliar los consensos políticos, asentar la convivencia y alcanzar acuerdos sólidos sobre la construcción del futuro de nuestro país superando así los conflictos del pasado». Para ello, aseguró que, una vez que Zapatero comparezca ante el Parlamento, intensificarán los contactos con las fuerzas políticas vascas. En ese camino, anunció una próxima reunión con la izquierda abertzale, un «interlocutor necesario» cuya legalidad estima necesaria».

Además, los socialistas están pillados: el PNV les votó el presupuesto en Madrid y el PSE hizo lo mismo en el País Vasco. Ese Presupuesto en el que se incluye una partida para el Banco Público Vasco; y otra para la Seguridad Social Vasca. Ahí es nada. Al fin y al cabo, entre pillos anda el juego.

La perversión de la política, la perversión de las instituciones, el fariseísmo, está nuevamente servido. Mucho discurso de condena para la galería (o sea, para los votantes, a los que el PSOE sigue sin querer tratar como a ciudadanos mayores de edad), pero los acuerdos políticos se hacen con los que quieren la secesión y con los que comparan a las víctimas con los terroristas; los acuerdos con quienes queman en San Mamés -ante el complaciente silencio del lehendakari, del vicepresidente del Gobierno de Cataluña, de miembros del Gobierno de Galicia - los símbolos del orden constitucional...

Para que nadie tenga ninguna duda, ya lo ha dicho el presidente Zapatero: si gana las elecciones del nueve de marzo volverá a pactar con los nacionalistas. Que nadie se deje pues confundir por las soflamas de condena. Que nadie olvide que si existen dificultades para echar a ANV de las instituciones es porque Zapatero les cedió gustosamente el paso como parte del pago a la banda. Que nadie olvide que quien hoy se viste de bombero ha sido el pirómano ayer.

No sé lo que es peor, si la infamia o la hipocresía; ambas me resultan vomitivas. Juzguen ustedes. En todo caso, que nadie se olvide de quién es quién y de qué hizo cada cual en cada momento. Recordar es un deber.