UN PRESIDENTE PROVINCIANO.

Artículo de Rosa Díez en su blog de “¡Basta Ya!” del 11-11-08

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

El formateado es mío (L. B.-B.)

Lo queramos o no, esa es la imagen que ha dado el presidente Rodríguez Zapatero y toda la diplomacia española buscando el hueco para meterse en la reunión del G20. La desenfrenada tarea emprendida por Zapatero y todo su gobierno para conseguir que alguien le dejara entrar en una reunión a la que no le habían (ni le han) invitado, da una imagen patética de país. Que un país con gravísimos problemas económicos y sociales como los que tiene España haya dedicado lo mejor de sus esfuerzos en las últimas semanas para conseguir una foto y una imagen para los medios afines, certifica de forma indubitable hasta qué punto tenemos un gobierno mucho más preocupado por la demoscopia que por la política. 

Todo el Gobierno de Rodríguez Zapatero y todo el el PSOE han reiterado hasta la saciedad que "España tiene que estar", sin explicar a nadie lo que España puede aportar en esa reunión. No lo han explicado porque lo único que les importa es que Zapatero salga en la foto, que de la impresión de que se ha sentado "entre los grandes", que se le ha considerado uno de gobernantes cuyo criterio ha de ser tenido en cuenta. El PSOE y Rodríguez Zapatero creen tener tomada la medida a los ciudadanos españoles. Y piensan que la gente no se dará cuenta de que está allí sin que nadie hubiera reclamado su presencia, sin que nadie hubiera considerado necesario que participara en ese foro. Rodríguez Zapatero y el PSOE consideran que los ciudadanos españoles no tenemos criterio propio; los socialistas del PSOE creen que si le vemos en las fotos, la propaganda surtirá efecto y nadie se percatará de cómo y por qué ha conseguido sentarse en ese foro.

Quizá tengan razón los socialistas de este PSOE. Pero yo voy a hacer el esfuerzo de que los ciudadanos no olviden que este gobierno ha convertido a España en un país perfectamente prescindible. Este gobierno ha "pasado" de comprometerse colectivamente en la solución de los problemas comunes, ya sea a nivel europeo o a nivel internacional. Este gobierno sólo se ha sumado a las fotos cuando conocía la opinión pública y ésta era favorable. Este gobierno, en política internacional también, ha ido siempre por detrás de los acontecimientos. No ha dedicado ni un minuto a dialogar con los demás para encontrar un acuerdo sobre las política comunes; puso en marcha una política de inmigración al margen y en contra de la opinión de la Unión Europea; rompió el consenso  de la política Europea respecto de  Cuba; dejó de liderar el proceso del Mediterráneo; rompió el consenso del Parlamento Europeo respecto de la política antiterrorista; se quedó solo (hasta físicamente solo) en las cumbres europeas a las que asistió (porque no a todas iba el Presidente)... Este gobierno se ha convertido en prescindible a costa de serlo.

Y ahora se vuelven locos buscando un pase para la reunión  del G20. Y los líderes de nuestro entorno; y los de América Latina a los que incluso ofrecido "representar" (es el colmo del despropósito); y los demócratas norteamericanos a los que el equipo de Sebastián manda recados; y los de la Alianza de Civilizaciones-- empezando por Turquía--, a los que han pedido manden telegramas a la Casa Blanca recordando que somos miembros de la OTAN... todos, sin ningún género de duda, piensan que somos patéticos.  Zapatero se va a parecer a ese tipo que  se cuela en las bodas y al que todos preguntan: "¿Tú de quien eres, de la novia o del novio? Patético, sí señor.

Pero bueno, ya que va a ir, si le dejan hablar debiera de utilizar el turno para explicar algunas cosas. Por ejemplo debería explicar por qué y cómo hemos conseguido ser el país del mundo que más empleo destruye, a mayor velocidad y sin que se visualice un cambio de tendencia en nuestro horizonte. Más que nada para que el resto de gobiernos hagan justo lo contrario de lo que ha hecho el nuestro.

Debería explicar por qué España es el país que más dinero va a destinar a "no rescatar" entidades financieras. Debiera de explicar que somos el único país en el que se ha decretado (de común acuerdo con la oposición del PP, todo hay que decirlo) la opacidad respecto de las entidades financieras receptoras de las ayudas y respecto de los requisitos  y cuantía establecidos.

Debería  explicarles que los tres grandes bancos --Santander, BBVA y Popular, cuyo capital representa el 90 por ciento de los bancos-- ya han anunciado que no van a solicitar ni avales ni van a vender activos. Debiera de explicarles que el Gobierno va a destinar  esa cifra astronómica, el diez por ciento de nuestro Producto Interior Bruto, a resolver, sin ningún tipo de control democrático y con total opacidad, los problemas "políticos" de las Cajas de Ahorro, instituciones estas trufadas por los partidos políticos y que sirven a sus intereses menos altruistas y más sectarios. Debiera de explicar todo esto con detalle, para que las economías emergentes y las democracia asentadas descubran cómo en la Europa democrática hay un país en el que es posible burlar el control democrático. Más que nada para que nadie se apunte a este modelo de degeneración democrática.

Debería  explicarles que una buena parte de nuestras dificultades económicas estriban en que hemos mantenido un modelo de crecimiento y desarrollo económico completamente obsoleto, basado en el empleo de baja calidad y en un sector productivo que incorpora escaso valor añadido. Debiera de explicarles que él se limitó a heredar el modelo Aznar-Rato y a no tocarlo, hasta que ha agotado los ahorros.

Debería explicarles que otro elemento de inestabilidad y de debilidad es nuestra enorme dependencia energética; pero que aún sabiéndolo hemos decidido seguir así porque preferimos comprar la energía a terceros países y poder seguir diciendo que estamos en contra de la energía nuclear. Aunque la que compramos provenga de esa fuente de producción. Debiera de decirles a sus colegas que lo importante es aparentar, y que si uno hace el esfuerzo suficiente, se puede engañar durante bastante tiempo al común de los ciudadanos.

Debería explicarles que otra de nuestras debilidades --como adecuadamente señala The Economist-- es nuestra falta de cohesión política y territorial. Y nuestros localismos, que privan a España de poder desarrollar una auténtica política nacional, tanto económica como social.

Debería  explicarles también que en España hay diecisiete leyes educativas; que ni la geografía ni la historia que se estudia en una Comunidad Autónoma tiene que ver con lo que se estudia en la de al lado. Debería explicarles que la consecuencia de que el instrumento más cohesionador y más igualitario que tiene un país, la educación, esté repartida entre las diecisiete comunidades es que España está a la cola de Europa en cuanto a la calidad de nuestro nivel educativo y a la cabeza en los ratios de fracaso escolar. Debiera de explicar todo esto con detalle; para que si alguien no tiene claro lo que no hay que hacer lo descubra de un solo plumazo.

Debería explicarles también que hemos decidido  que uno de nuestros principales factores de competitividad, el idioma común, que lo hablan más de cuatrocientos millones de ciudadanos en el mundo, sea excluido del espacio público. Y que los ciudadanos no lo puedan elegir para educar en él a sus hijos o para acceder a plazas de la administración pública. Debería  explicarles que se multa a los comerciantes por poner los letreros en el idioma común. O que para ser neurólogo, por ejemplo, se puntúa hasta veinticuatro puntos el conocimiento de otra lengua oficial y un máximo de cinco puntos la especialidad conseguida en el mejor hospital y/o Universidad del mundo. Debería explicar todo esto en detalle para que si los interlocutores de esa Cumbre no se habían dado cuenta por la forma en que consiguió colarse en la reunión (haciéndose amigo del "segurata" de la puerta), lleguen a la conclusión de que las cosas que hace este gobernante que a los españoles nos ha tocado en suerte son justamente aquellas que nadie con un  mínimo de  sentido de la responsabilidad debe hacer.

Así que, ya que va, que le dejen hablar y lo cuente.