CONSTITUCIONALISMO ACOMPLEJADO.

Artículo de Rosa Díez en su blog de “¡Basta Ya!” del 20 de marzo de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un muy breve comentario al final:

¿SOMOS REVOLUCIONARIOS O QUÉ?

Luis Bouza-Brey (20-3-09, 10:00)

El Portavoz de la comisión negociadora del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, reconoció ayer en declaraciones a Onda Cero que el PNV les había ofrecido un Gobierno de coalición, pero los populares se negaron. Hasta ahí, todo correcto (aunque no deja de resultar irónico que el PNV considere alta traición el acuerdo del PSE con el PP pero les parezca normal que pacten con ellos...). Pero Oyarzabal ha dicho también que no le parece bien que el PSE quiera "un gobierno monocolor" cuando ese partido le ofreció al PNV "la mayoría de las carteras" si aceptaba a Patxi López como Lehendakari.

Mira por donde gracias a Oyarzabal nos hemos enterado que "el cambio" para los socialistas es que el Lehendakari sea del partido socialista; que el cambio no es cambiar la política; que el cambio es que el poder pase a sus manos. O sea, el cambio para el PSE es la mera alternancia: quítate tú que ahora me toca a mí";  y "no te preocupes, que voy a gobernanr contigo para asegurar a todos los nacionalistas que te han votado hasta ahora que nada cambiará". O sea, cambiar para que nada cambie.

Dice  Oyarzabal: "los socialistas ofrecieran también un Gobierno de coalición al PNV, dándole, además, la mayoría de las carteras, siempre y cuando Patxi López fuese lehendakari". "Esto es lo que ahora sorprende porque, sin embargo, los socialistas, cuando plantean un acuerdo con el PP, en cambio, dicen que prefieren un Gobierno monocolor, no quieren oír hablar de un Gobierno de coalición con el PP. Pero a los nacionalistas sí se lo ofrecieron".

"Es verdad que, como hay una expectativa enorme de cambio, hay quienes opinan que el PP tiene que votar pase lo que pase a los socialistas, aunque no se comprometan a nada". A su juicio, éste es "un momento histórico" y consideró que hay que "actuar con generosidad". "Pero no podemos olvidar que el PSE, hasta antes de ayer, ha estado votando a favor de todas las políticas de Ibarretxe: le ha votado todos los presupuestos y el 96 por ciento de las leyes de Ibarretxe", recordó mientras confirmaba que los socialistas se muestran "reacios a la concreción" de acuerdos con el PP.

Me parece que la jugada es evidente; ya lo dijo el otro día en “El País” Basagoiti: se trata de un papelito con el PSE para salvar la cara ante los votantes del PP. O sea,  otros a los que lo que menos les importa es cambiar la política. Otros que sólo están preocupados por hacer una faena de aliño para evitar que sus votantes en el País Vasco se sientan avergonzados por ver cómo les tratan los que supuestamente van a ser sus socios.

Dirán ustedes que el PSE y el PP están condenados a entenderse. Estoy de acuerdo. Pero lo que van a hacer no es entenderse: es puro teatro. Es una operación de marketing en la que ambos están pensando únicament en sus partidos y haciendo cálculos electorales a medio plazo. El PSE no quiere "contaminarse" en el País Vasco para no "perjudicar" al PSOE en el conjunto de España; porque no tienen las "agallas" suficientes ni la necesaria grandeza  para reconocer que el PP es un partido democrático como otro cualquiera con quien se puede y se debe compartir proyecto común y constitucionalista para el País Vasco. ¿Acaso es más de izquierdas el PNV? ¿Acaso tiene más lábel democrático?

Y el PP tampoco fuerza las cosas (si quisiera, lo haría: sin sus votos Patxi no será lehendakari, y es evidente estaría dispuesto a cualquier cosa para serlo), porque está mucho más interesado en seguir desestabilizando a Zapatero (o en intentarlo) a nivel nacional que en hacer un verdaderao pacto constitucionalista para Euskadi. Por eso ambos coinciden, fíjense por donde, en la táctica y en la estrategia: a ambos les interesa estar en el gobierno y en la oposición a la vez.

Lo peor de esta mediocridad, de esta falta de altura,  es que perderemos un tiempo precioso; y que no haremos lo que nuestra sociedad necesita: grandes acuerdos políticos para enfrentarnos con mayores garantías de éxito a los verdaderos problemas de los ciudadanos, empezando por el paro y por la crisis económica. Si ambos dos tuvieran sentido de estado, si ambos dos demostraran tener ambición de país, si ambos dos estuvieran pensando en las próximas generaciones (en vez de en ver cómo lo hacen para ganar las siguientes elecciones,) PSOE y PP  estarían  desde el mismo día uno de marzo (al menos desde ese día) tejiendo sendos acuerdos a nivel nacional y a nivel del País Vasco. Pero no; prefieren estar en misa y repicando. El PP aparentando generosidad; y el PSOE aparentando que no está con el PP. Sólo así podrán seguir insultandose en cada sesión de control, en cada una de las Comisiones del Parlamento Nacional, en cada uno de los debates, se aborde los que se aborde. Sólo así, manteniendo la esquizofrenia,  podrán seguir con esa política de desgaste mutuo que lo único que consigue es que cada día que pasa las cosas vayan peor; y que cada vez haya más gente harta... de la política. Pena de dirigentes; nos ha pillado la mayor crisis política de nuestra corta historia democrática sin políticos capaces de enfrentarse a ella. Pena de país...

En el fondo, píenselo bien, lo que  van a hacer es un acuerdo vergonzante entre constitucionalistas. Que no se note... Lo dicho: lástima de país.

Muy breve comentario final:

¿SOMOS REVOLUCIONARIOS O QUÉ?

Luis Bouza-Brey (20-3-09, 10:00)

 

Hace unos días Rosa Díez escribía en su blog que UPyD es un partido de revolucionarios, puesto que quiere cambiar a fondo la pseudodemocracia degradada en la que vivimos por algo más auténtico. Y, ciertamente, cuando uno observa el comportamiento de Rosa (R10) en el Parlamento, es obligado coincidir con ella, y UPyD suscita esperanza.

Pero al mismo tiempo, cuando se observa como funciona UPyD por dentro, la contradicción entre objetivos y retórica con las prácticas internas resulta patente: UPyD, en su funcionamiento interno, es un partido contrarrevolucionario, que ni siquiera cumple los requisitos constitucionales y legales de obligado cumplimiento para todos los partidos, en el que el Consejo de Dirección controla toda la estructura institucional; en el que el Consejo Político es un órgano sumiso a los dirigentes, sin que se manifieste ninguna discrepancia; en el que las Agrupaciones locales carecen de democracia interna, y en el que el Consejo de Dirección se impone manu militari mediante DEDOCRACIA y expedientes disciplinarios. UPyD, en su funcionamiento interno, está consolidando una estructura interna dictatorial y oligárquica, creando un partido de muy baja calidad democrática, compuesto por afiliados sumisos y carentes de crítica e iniciativa, y con el que no se puede Regenerar nada.

Por eso, es posible que Rosa Díez sea revolucionaria y no se entere de lo que pasa de puertas adentro, o puede que carezca de la capacidad necesaria para fundar y liderar un partido democrático, o puede que crea que la revolución puede germinar en un yermo político, o puede que crea que la revolución debe hacerse con métodos leninistas en pleno siglo XXI. Pero lo que uno constata es que la ilusión y la esperanza que nos motivaba a muchos de los que asistimos en el 2007 a la Asamblea Fundacional de la Casa de Campo se han esfumado, y la frustración y la desconfianza nos embarga por segunda vez en cuatro años, después de la experiencia fracasada de Ciudadanos.

Quizá es que los que fallamos somos nosotros, por ser demócratas todavía en el siglo XXI y en esta España degenerada y descompuesta plagada de borregos.