EMPEZAR DE NUEVO

 

  Editorial de  “El Correo” del 12.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con una apostilla a pie de título:

 

 ¿QUE ES EMPEZAR DE NUEVO?

 

 No parece que sea volver a Perpiñán, sino al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo con el PP. Un Gobierno débil que tenga que apoyarse en el independentismo no puede negociar la disolución de ETA sin pagar precio político a todos los nacionalismos. Esto es el "b" a "ba" (L. B.-B., 12-11-06, 8:30).

 

La envenenada oferta de Arnaldo Otegi, prometiendo esforzarse en parar la kale borroka a cambio de que la acción de la Justicia sea puesta en suspenso, se vio acompañada en la noche del pasado viernes por la sádica acción de unos jóvenes desalmados que, con premeditación y de manera organizada, sembraron la destrucción en Bilbao e intentaron quemar a un servidor público. Ayer, miles de manifestantes recorrieron las calles de la misma ciudad tras el lema 'Euskal Herria autodeterminazioa' sin que ni los convocantes ni los dirigentes de Batasuna allí presentes quisieran referirse a tan abominable actuación de terrorismo callejero. Una estremecedora combinación de terror y ejercicio de las libertades que permite adivinar el deseo que en estos momentos anima a ETA: forzar al Gobierno a sentarse a su mesa mientras la violencia se hace patente tanto por acción como por omisión.

Hace unas semanas era un lugar común referirse al 'bloqueo del proceso de paz'. Hoy el propio Gobierno parece admitir que no tiene más remedio que congelar su iniciativa de procurar un final dialogado del terrorismo etarra. La ruta trazada por el presidente Rodríguez Zapatero no puede abrirse paso frente a la barbarie. Pero las apariciones de ETA, el discurso de los dirigentes batasunos y la persistencia de la kale borroka han acabado dejando las cosas en su sitio: por si a alguien le cabía alguna duda, no existe otro obstáculo para alcanzar la paz que ETA. Es ETA la que debe proceder a dar por finalizada su existencia. La que debe reconocer la derrota que le han infligido el sistema democrático y la sociedad. Además, sus activistas tienen que asumir que nada de lo que ocurra a partir de ahora servirá para que justifiquen su sanguinaria trayectoria o para atemperar el rotundo reproche que merecen por parte de la ciudadanía y, en especial, por parte de las víctimas del terror.

Pero la congelación de lo que ni siquiera había llegado a ser el inicio de un 'proceso de paz' obliga al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero a empezar de nuevo. A exigir la inmediata y definitiva renuncia al uso de la violencia como requisito previo al diálogo político con quienes continúan siendo ilegales porque siguen resistiéndose a condenar el terrorismo. Porque sólo empezando de nuevo podrá el Gobierno reorientar su iniciativa hacia un terreno en el que no quepa duda de quién pierde y quién gana este pulso: pierde ETA y ganan la sociedad y el Estado de Derecho.