EL ODIO A AZNAR
Artículo de Edurne URIARTE en “ABC”
del 04/12/04
Por
su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo
en este sitio web. (L. B.-B.)
Con un muy breve comentario al final:
ESTAN IDOS (L. B.-B., 5-12-04, 20:30)
PARECÍA
que lo sabíamos todo sobre la demonización de Aznar protagonizada por la
izquierda española en estos últimos años. Pero la explosión de odio progresista
que ha provocado su comparecencia del pasado lunes ha superado todas las
previsiones. Desde aquello del «matón de la derecha» espetado por Alfonso
Perales, significativos periodistas e intelectuales han obviado todo argumento
en una orgía de descalificaciones personales, insultos e intolerancia con la
que personas que presumen de liderazgo intelectual en España han perdido
patéticamente los papeles.
Ni las formas ni el contenido de la comparecencia de Aznar pueden explicar la
incontrolada agresividad provocada en sus enemigos. O, lo que es lo mismo, la
palanca que azuza su odio no es Aznar sino lo que representa Aznar. Y es aquí
donde se encuentra el aspecto más tenebroso y preocupante de estas reacciones y
lo que debería llevar a los dirigentes del PP a extremar su cautela para no
caer en esa trampa tendida por el Partido Socialista en los últimos meses y que
pretende provocar su distanciamiento del líder apestado, de Aznar. Porque las
razones de la intolerancia hacia Aznar son las mismas que las de la
intolerancia hacia el PP.
El lado más tenebroso de este odio es el 11-M. Porque si escarbamos tan sólo un
poco en las reacciones progresistas encontramos el mismo fondo terrible que ya
emergió en los días posteriores al 11-M y que es la inculpación de Aznar, es
decir, del PP, del Gobierno, por el atentado del 11-M. Si descargan tanta rabia
y frustración en Aznar, si persisten en que se debe disculpar, es porque
mantienen la acusación que ya hicieron entre el 11 y el 14-M: la intervención
en Irak provocó el atentado, Al Qaida respondió al Gobierno, Aznar atrajo la
furia fundamentalista.
Algunos intelectuales progresistas sugieren veladamente lo que los
manifestantes convocados por la Asociación de Afectados del 11-M gritaban
impúdicamente en las afueras del Congreso el pasado lunes: «Aznar, responsable»,
con manos ensangrentadas junto al nombre del ex presidente en una vergonzosa
traslación de las responsabilidades de los terroristas a un líder democrático.
Pero, además, hay un segundo aspecto del odio a Aznar que afecta de lleno al
papel del PP en la política española, y es la incapacidad que ha tenido una
buena parte de la izquierda para aceptar y tolerar la mayoría popular durante
dos largas legislaturas. Aznar tan sólo es el símbolo principal de la
instalación en el poder de una derecha a la que la izquierda antifranquista
todavía no ha conferido plena legitimidad. El lunes, algunos visualizaron
durante unas horas el retorno de quien representó el poder usurpado a su
mayoría natural, y los fantasmas de ese insoportable pasado reciente afloraron
sin control. Denuncian que la derecha no ha aceptado la legitimidad de la
victoria socialista el 14-M y, sin embargo, sus reacciones desvelan que ellos
aún no han podido aceptar las dos victorias anteriores del PP, de Aznar.
MUY BREVE COMENTARIO:
ESTAN IDOS (L. B.-B., 5-12-04, 20:30)
Han llegado al poder después de un año
de delirio y oportunismo en política internacional ,
sin haber sabido orientar al pueblo, y ahora se encuentran braceando en el
vacío, dando traspiés, y haciéndonos caer a todos.
Han llegado al poder sin haber dejado
madurar la situación del país, moviéndose con demagogia, manipulación y
oportunismo, y ahora se encuentran hipotecados por alianzas imposibles, carecen
de proyecto y no saben que hacer. Y aún encima, a
quienes les cantan las cuarenta les acusan de histéricos o locos.
Lo que sí es una locura es desperdiciar
el tiempo y las energías del país haciendo estupideces: dando patadas a EEUU
---creo es más preciso fijar el trasero que la espinilla como objetivo de las
coces: fue por la espalda---; dejando en manos de los independentistas la
definición de la estructura y los objetivos del desarrollo político del país;
fijando una política y su contraria como metas distintas cada día que pasa;
poniendo a homosexuales y colgados como referentes de la libertad del país, en
lugar de dejarlos vivir en la intimidad de su vida privada; rompiendo el
proyecto fundacional y la trayectoria de medios de comunicación importantes
para la democracia española, degradándolos desde la profesionalidad y la libre
opinión al sectarismo, el partidismo y la manipulación; destrozando, en fin,
las posibilidades de un proyecto de izquierda española y europea para el siglo
XXI, y sustituyéndolo por la chapuza, la incoherencia, la degradación, el
oportunismo y la demagogia.
Pues sí, sigan ustedes encerrados en
sus muecas estereotipadas, en su soberbia vacua, en su inanidad intelectual y
en su falta de ideas, que el batacazo que nos vamos a llevar todos por su culpa
va a ser brutal. En lugar de proceder a catarsis, algunos de los voceros de
nuestra pseudoizquierda se dedican al delirio autista
y a perder el tiempo y los papeles. Allá ellos y peor para todos.