LA LÍNEA ROJA DEL «PROCESO»

 

 

 Artículo de EDURNE URIARTE en “ABC” del 19.09.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Hay una cosa en la que estoy dispuesta a conceder una parte de razón a los observadores más optimistas o voluntariosos del «proceso de paz» de Zapatero. El presidente aún no ha hecho las concesiones que tantos y tantos tememos que va a hacer. El desastre anunciado por los agoreros no se ha consumado, o no se ha consumado del todo. Existen las insinuaciones, incluso las promesas, pero la realidad es que la mesa de negociación política no se ha constituido. Ni siquiera la mesa de presos. Hasta cabe la posibilidad de que los acuerdos secretos revelados por ETA disten mucho de la versión de los terroristas.

Los optimistas y voluntariosos incluso añaden más. El proceso de negociación habría entrado en crisis este verano por la voluntad del Gobierno de paralizar la mesa de negociación política. Zapatero teme, esperan, que la mesa sea la línea roja que no puede cruzar, el paso que no tolerarán los movimientos sociales y la izquierda crítica que aún le conceden un margen de confianza.

Pero resulta que está a punto de cruzarlo, que la presión de ETA y el peligro de ruptura de la tregua son más fuertes que sus escrúpulos o su temor a la reacción de la opinión pública. El Gobierno ha anunciado en los últimos días momentos trascendentales y, sobre todo, ha filtrado a los medios de comunicación amigos su contenido concreto: conversaciones con ETA que incluirán la mesa de partidos. Otra cosa es cómo disfrace el Gobierno la mesa de partidos para que parezca algo diferente a lo que es, la negociación política con ETA a través de su brazo político. La estrategia hasta ahora era legalizar previamente a Batasuna, hacer pasar por un partido democrático a los emisarios políticos de la banda. Como Batasuna se resiste a hacer la pantomima de la repentina reconversión a la democracia, veremos qué se le ocurre al Ejecutivo para negociar con ella cambios en el estatus jurídico político del País Vasco como si no lo hiciera con ETA.

Lo que no acabo de entender es en qué han podido sostener los optimistas su esperanza. La paz de Zapatero es como lo de un politólogo, muy zapateril él, que hace algún tiempo publicó un libro en el que contaba con mucha arrogancia que tenía la fórmula mágica, brillante, para acabar con el conflicto que no habían logrado todos los expertos anteriores tras años y años de estrujarse los sesos. Dar a ETA lo que pide; eso sí, explicado en al menos 300 páginas. La fórmula mágica de la paz de Zapatero ha sido exactamente ésa desde el principio. Hacer concesiones a los terroristas en la mesa de presos y en la mesa de partidos. Así lo negoció secretamente con ETA. Y no le ha dado un ataque de sensatez democrática durante el verano. La mesa de negociación política es una línea roja para algunos ciudadanos, para los movimientos sociales y también para algunos intelectuales de izquierdas. No para el presidente.