MIREN A OTRO LADO

 

 Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 26.10.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El qué, el precio político, es lo más grave de la negociación del Gobierno con ETA. Pero el cómo va camino de ser comparablemente escandaloso. Se trata de ofrecer un pago político sin que los ciudadanos se enteren ni los periodistas e intelectuales denuncien. Y para eso se ha desplegado una campaña de manipulación y maniobras de despiste que probablemente no tiene parangón en los últimos años, al menos en cuanto a la gravedad de sus consecuencias.

Las maniobras de despiste pueden ser risibles de tan obvias. Como el anuncio de la candidatura de Miguel Sebastián precisamente ayer, cuando el PSOE ya había comprobado que lo de Estrasburgo iba a ser un fiasco y convenía quitarle espacio en las primeras páginas de los periódicos. O el oportuno barómetro del CIS contándonos que la preocupación de los españoles por el terrorismo ha caído a mínimos históricos. O la pretensión de retrasar la confirmación de la autoría etarra del secuestro y robo en Francia aunque sólo les faltara dejar una tarjeta firmada.

La manipulación ha llegado a rozar el ridículo cuando las huestes etarras se han ido de fiesta a Estrasburgo justo después de que Elena Valenciano afirmara que su resolución es contraria a los intereses de los violentos. O Enrique Barón nos contara que sólo se trataba de celebrar la buena noticia con los europeos mientras que por aquí los únicos que la celebraban eran el resto de etarras y los nacionalistas.

Pero por burdas que parezcan las técnicas, la campaña del «Mire usted a otro lado» funciona porque la mayor parte de los círculos progresistas no tienen ninguna prisa en enfrentarse a las evidencias. Hoy es el día en que persisten en ignorar el incumplimiento etarra de todas condiciones exigidas en su día por Zapatero para dialogar. Aún más llamativo, siguen sin admitir las negociaciones para formar la mesa de partidos aunque hayan sido contadas y confirmadas con todo detalle por el propio PSE. Y se niegan a pedir explicaciones a Zapatero sobre su ambiguo y oscuro concepto de paz. Conocer demasiado obligaría a una incómoda toma de posición. Contra el gobierno, quiero decir.