UNA CONSPIRACIÓN EN ETA

 

 Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 06.11.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Si Zapatero no estuviera aún tocado por ese carisma del poder que disfraza su frivolidad de inspiración y sus improvisaciones de genialidades, la manipulación del robo de armas de ETA ya lo habría convertido en chanza generalizada de los humoristas y en objeto de indignación de los ciudadanos. Que se haya inventado una conspiración de escindidos para hacer descarrilar su brillante «proceso de paz», que ayer mismo volviera a poner en cuestión todas las evidencias policiales sobre el robo, que insista en hacernos creer que hay una ETA, la De Juana Chaos, que está por su proceso y otra que se resiste, o que parezca completamente ajeno al último Zutabe tiene la comicidad del disparate analítico y de la supina ignorancia presidencial.

Pero, sobre todo, tiene la gravedad de una manipulación más en lo que ha sido una historia de torpeza y ocultación. Por responsabilidad democrática y obvio sentido de Estado,el PP está obligado a apoyar al Gobierno en lo que está a punto de convertirse en su más grave fiasco. Se trata de recuperar los principios de la lucha antiterrorista cuanto antes. Pero eso no quiere decir que Zapatero no deba responder en su momento por sus graves responsabilidades en la negociación con ETA. Y por sus mentiras.

Ahora que la negociación hace aguas, a la mentira de que no se ofreció un precio político, se nos quiere añadir la mentira de que no se ha pagado nada. Que el Gobierno está inmaculado, a pesar de todo, como si aquella promesa de respetar la decisión de los vascos y las negociaciones para formar la mesa política fueran una ensoñación de la oposición.

Lo que está ocurriendo no es que Zapatero no esté pagando el precio político sino que, en su pasmoso desconocimiento de ETA, pensó que el precio sería menor, que se pagaría en cómodos plazos y que Batasuna se camuflaría lo suficiente para hacerlo presentable. Pero resulta que la única ETA que existe por el momento, la del Zutabe, le ha recordado lo que todos, menos su Gobierno y él mismo, sabíamos desde el principio. Que su precio es la autodeterminación y que quieren cobrarlo inmediatamente.