¿ZAPATERO, «EL ASESINO»?

Artículo de Edurne Uriarte  en “ABC” del 16 de abril de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Con un breve comentario al final:

LA ERA ZAPATERA

Luis Bouza-Brey (16-4-09, 18:00)

No es una ocurrencia mía, por supuesto, la idea de tildar de asesino a nuestro presidente. Es más, condenaría a quien así lo calificara. El problema es que la posibilidad de llamar a Zapatero tal barbaridad se deriva de un argumento utilizado por el hoy celebrado nuevo secretario general del Grupo Socialista, Eduardo Madina, en el año 2002, cuando aún estaban en la oposición. Posibilidad según las tesis de Eduardo Madina, claro está.

Sus palabras pueden encontrarse en YouTube y no tienen desperdicio. Corresponden a unas declaraciones realizadas por Madina para La pelota vasca, aquel documental en el que Julio Medem teorizaba sobre las «dos partes» del «conflicto» vasco, los terroristas y las víctimas. No contento con las dos partes del conflicto nacional, Madina extendía sus teorías a la política internacional. Para llamar, unas cinco veces en dos minutos, asesino a Bush. ¿Por qué? Pues he ahí la madre del cordero, para Zapatero, quiero decir. Porque Madina decía estar contra todos los modelos de terrorismo, también la respuesta terrorista y asesina de Estados Unidos y de Bush con... Afganistán. Por lo que me pregunto cómo califica Madina a un presidente, Zapatero, igualmente metido en la respuesta terrorista y asesina con Afganistán.

Añade Madina otras acusaciones de asesinato contra Bush: Kosovo, Cuba, toda Latinoamérica, la pena de muerte en Estados Unidos. Es un asesino a gran escala, afirma, con argumentos que son, uno por uno, perfectamente aplicables a Barack Obama, el nuevo aliado de Zapatero.

Lo mejor de él, dicen los compañeros de Madina en el Congreso, es su ausencia de sectarismo y prejuicios. Es más, incluso han dicho cosas parecidas personas de otras tendencias ideológicas. Lo que significa que, o bien aquello fue un extremismo ya superado de su juventud. O bien, lo más probable, que en este país los extremistas de izquierdas gozan de bula infinita.

Breve comentario final:

LA ERA ZAPATERA

Luis Bouza-Brey (16-4-09, 18:00)

Hoy escribe Carrascal un poco más arriba, en este mismo periódico, un magnífico artículo sobre la popularidad de Zapatero, en el que atribuye el éxito del Presidente del Gobierno actual a que su autoridad se basa en el fomento de los peores vicios de nuestro pueblo, como la improvisación, el desprecio del mérito, la envidia, la chapuza nacional, etc. etc.

Es cierto, pero sería conveniente añadir a lo anterior el análisis de nuestros peores vicios en la esfera estrictamente política, tales como el sectarismo, el cainismo, el hacer de la necedad virtud, el progresismo obtuso y esclerótico, el aborregamiento de la fe ciega en los líderes, la falta de claridad y honestidad de los políticos, la corrupción generalizada, la miopía de los líderes taifales, el sentimentalismo obtuso de la cultura política de los nacionalistas, el anquilosamiento generalizado de la vida política, la degradación de la conciencia y los valores democráticos…

El fomento de todo ello ha sido impulsado neciamente en la era zapatera, por lo que no es de extrañar que las figuras sobresalientes de su gobierno sean el ceporro agresivo protagonista de la caza mayor, la ministra del todos somos Rubianes y la deslealtad a los aliados internacionales, o el jovencito agresivo de los mantras “progres”.

¿Qué se puede esperar de la era Zapatera, sino la falta de consistencia, la demagogia facilona, la propaganda obtusa, la frivolidad, la superficialidad basada en etiquetas ideológicas propias de neófitos simplones, el radicalismo de la nada, y el comportamiento egoísta e interesado de gentes sin oficio ni beneficio?

Esta es la espuma de la era zapatera; el poso que dejará será el retroceso histórico, la frustración de las esperanzas en la democracia y en la apertura de una época nueva para España, la vuelta a los demonios familiares, y la destrucción del país.

Pero lo que asombra es la pobreza de la cultura política de los españoles, que han premiado toda esta patología zapatética reeligiendo al protagonista del desastre y manteniéndole el apoyo a él y a su degenerado partido hasta la actualidad. ¿Está condenada España a la frustración histórica de sus esperanzas más nobles, debido a que el pueblo español no ha superado la cultura política borreguil inducida por el franquismo y la ignoracia manipulada por élites culturales indignas?

De momento, ese parece el diagnóstico correcto de la situación. Ojalá me equivoque y el pueblo español despierte de una vez, poniendo fin a esta era desdichada.