LOS MONTILLAS CATALANES

Artículo de Edurne Uriarte  en “ABC” del 04 de julio de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

Con un breve comentario al final:

¡PERO SON INCONSTITUCIONALES!

Luis Bouza-Brey, 4-7-09

A estas alturas, ya no me sorprende el fanatismo lingüístico de los nacionalistas. Ha sido sobradamente analizado y diseccionado. Los nacionalistas catalanes persiguen al español, se saltan las leyes y desobedecen sentencias judiciales porque consideran el catalán la esencia de su identidad, de su diferencia, de sus derechos étnicos. Y, además, la base de sus privilegios y de su poder. Son fanáticos con causa y con intereses. Los que sí me siguen sorprendiendo son los esclavos voluntarios de ese fanatismo.

Los cientos de miles cuya lengua de comunicación es el español, la mayoría de los ciudadanos de Cataluña, y que, sin embargo, apoyan a los partidos responsables de las leyes del fanatismo lingüístico. En contra de su causa y de sus intereses.

Y es que hay algo incontestable en la nueva Ley de Educación catalana y en otras tropelías cometidas por las instituciones de esa comunidad. Que son plenamente democráticas, al menos en cuanto a sistema de decisión y juego de las mayorías y minorías. Han sido aprobadas por una amplia mayoría de los partidos y refrendadas en las urnas una y otra vez. Por un electorado catalán lleno de Montillas, ciudadanos cuya lengua es el español, que ni son nacionalistas ni fanáticos, pero aceptan gustosamente las imposiciones fanáticas. Hasta las lideran, si hace falta, y no hay más que ver a Montilla, el más nacionalista entre los nacionalistas.

Y éste no es un problema de la política o de la democracia, sino de la psicología. De la fuerza de unos valores sociales y de unos modelos de éxito en los que los ciudadanos «de segunda», hijos y nietos de inmigrantes, o los más miedosos, o los más susceptibles a la presión nacionalista, se apuntan gustosamente al fanatismo para integrarse. Formar parte de los triunfadores, aunque sea a costa de uno mismo y de sus intereses. Esa es la tragedia de los Montillas catalanes.

Breve comentario final:

¡PERO SON INCONSTITUCIONALES!

Luis Bouza-Brey, 4-7-09

Pero vamos a ver: esto es un fallo que un demócrata no se puede permitir. El núcleo de esta situación es que han violado la Constitución desde las instituciones catalanas, han vulnerado el estado de Derecho, y desde entonces carecen de legitimidad, y cada día que pasa se producen arbitrariedades y violaciones constantes de los derechos fundamentales de los ciudadanos catalanes. Y eso deben tenerlo claro todos los españoles: que la democracia ha caído en Cataluña, en donde existe una casta política caciquil y reaccionaria para la que la libertad y los derechos individuales están subordinados a la construcción de una nación étnica inventada y falsa.

Y esa contradicción entre régimen constitucional y construcción nacional no nos lleva al conjunto de los españoles a ningún puerto deseable, sino a la destrucción del orden democrático y a la supresión de la libertad. Mientras esto no se tenga claro y se repita pedagógicamente todos los días para infundir lucidez en los ciudadanos, la libertad irá retrocediendo, en Cataluña y el conjunto de España.

No volvamos a caer otra vez en el oportunismo y las conveniencias políticas a corto plazo de los partidos nacionales: el Estatuto de Cataluña es inconstitucional y ha violado la Constitución, aunque el PP necesite pactar con los nacionalistas para llegar al poder. ¡Ya está bien de vender la democracia por un  plato de lentejas! Si la democracia no funciona con este sistema político, refundemos la democracia, no sigamos suicidándonos.