Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 11
de julio de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
La
deslealtad a la nación de Cataluña es sólo uno de los problemas de la
financiación autonómica. Hay otro peor que es un sistema de decisión completamente
corrompido. Una disputa de todos contra todos para comerse la mayor parte del
pastel, un pastel que resulta ser el Estado común, la nación, los recursos de
todos los españoles. Con el agravante de que el más caníbal, nacionalistas con
ausencia total de lealtad al Estado, se lleva la mejor parte, entre otras
cosas, porque le da exactamente igual lo que ocurra con el Estado común. Y,
sobre todo, porque hay un Gobierno de la nación que estimula y lidera el
canibalismo con el planteamiento de la financiación como una negociación entre
pequeños estados, con trato especial al voraz estado de Cataluña, con premios a
los pequeños estados de abundantes votos socialistas y con castigos a los poco
agradecidos electoralmente al Gobierno.
Y
esta autoliquidación del Estado no tiene ningún remedio sin un cambio en el
liderazgo del Gobierno de la nación. En esta orgía caníbal en que se ha
convertido la financiación, todos asumen que, o comes o te comen. O te
comportas como otro pequeño estado dispuesto a quedarse con todo, exactamente
igual que Cataluña, o te quedas con las sobras. Y las autonomías del PP, al
igual que las autonomías socialistas más leales al Estado, han entrado al juego
del canibalismo exactamente igual que los más tragones comedores de esta partida.
A
estas alturas de la orgía, se me hace cada vez más difícil distinguir entre lo
que se quiere comer Cataluña, lo que quiere morder Galicia, lo que exige La
Rioja o lo que le apetece a Extremadura. Y tampoco parece que a ellos mismos
les interese mucho que lo distingamos, no vaya a ser que sus ciudadanos los
tomen por tontos, por anteponer el interés de la nación al interés de su
autonomía. Prefieren exhibir sus colmillos más afilados.