ALTA TRAICIÓN
Artículo de Edurne Uriarte en “ABC”
del 27 de enero de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
El
formateado es mío (L. B.-B.)
Creo que
uno de los momentos más tristes y desoladores de la lucha antiterrorista tuvo
lugar cuando una buena parte de este país sonrió con displicencia, incluso rió,
ante aquella petición de las actas de las reuniones del Gobierno con ETA
realizada por Rajoy en el Congreso en la pasada legislatura. Porque no sólo rió
por ignorancia, con tantos «analistas» que desconocían a esas alturas la
existencia de las actas o la importancia de tales documentos en los métodos de
trabajo de ETA. Lo hizo espoleada más bien por aquel clima de impunidad moral
en el que se desarrolló la negociación de Zapatero con ETA. Cualquier cosa
valía, incluido Faisán.
Si el
caso resucita ahora y ya nadie parece querer reírse, ni siquiera sonreír, no es
porque haya cambiado el clima de laxitud moral sobre los tratos con
terroristas, sino porque al Gobierno socialista se le ha ido la mano en sus
turbios manejos para paralizar las investigaciones. Y una cosa es que el Estado
se manche las manos con la sangre de los crímenes terroristas y otra que lo
haga de forma chapucera y nos enteremos, que es lo que pasa con el caso Faisán
y lo que ya no pueden admitir ni los que se reían con lo de las actas. La
porquería, vale, pero si es secreta.
Y en
este asunto ya casi nada es secreto. Ni las propias actas, los párrafos sobre
el Faisán incluidos. Ni las llamadas entre responsables policiales la noche de
autos, con el segundo de Rubalcaba de por medio. Ni las presiones del Gobierno
para apartar a Grande Marlaska del caso. Ni las presiones mucho mayores, sobre
Varela, para proteger a Garzón de los procesos judiciales que amenazan con
sacarlo del Faisán.
Las
cloacas del Estado han emergido a la superficie, la sonrisa ha quedado helada
en tantas bocas complacientes y la calificación de «alta
traición», empleada por la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, se
abre paso.