EL AGITADOR

Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 17 de abril de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Muchos piensan que la estrategia de agitación alrededor de Garzón sostenida por Zapatero desde el Gobierno responde a la voluntad de dejar en segundo plano las cuestiones económicas y de demonizar por enésima vez al PP como sinónimo de franquismo y extrema derecha. Lo que permitiría sacar del primer plano político el fracaso económico del Gobierno y movilizar, además, el voto de la izquierda, o «crear tensión», que diría Zapatero.

Sin descartar esa interpretación, cabe añadir una segunda que no tiene que ver con estrategias electorales sino con creencias profundas. Las de una izquierda que persiste en sus dificultades para aceptar la legitimidad democrática de la derecha. Y que agita el fantasma del franquismo cuando teme la vuelta de la derecha al poder. O cuando la derecha está en el poder, como ocurrió con la campaña de agitación en los últimos años del Gobierno del PP.

El consumado agitador que es Zapatero decía en noviembre de 2004 que «hemos cerrado el tiempo de la bronca desde el poder, de la confrontación institucional, de discursos paralelos, de estrategias de choque» y que «tenemos que trabajar por tener una España serena y no una artificialmente agitada». Justamente después de haber liderado una larga campaña contra el Gobierno que culminó con las conocidas y bochornosas jornadas de marzo de 2004.

Y que incluyó otra movilización de intelectuales y artistas, entonces, «contra la contrarreforma democrática del PP». Asamblea de Intervención Democrática se llamaron y en el centro de su presentación, en febrero de 2004, lucía el mismo rector de la Complutense, Carlos Berzosa. La extrema derecha parecía haberse hecho con el control de las instituciones. Era una situación de emergencia nacional, la derecha estaba en el poder. Se repite ahora otra situación de emergencia nacional, la derecha puede volver al poder.