RUBALCABA, EL SUCESOR

Artículo de Edurne Uriarte  en “ABC” del 10 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

La popularidad de Zapatero y de su Gobierno se deteriora a ritmo vertiginoso salvo en un caso, el de Rubalcaba. La última encuesta de Metroscopia para «El país» lo mostraba. Rubalcaba es el único ministro con una imagen positiva y, además, ha mejorado respecto a anteriores encuestas.

Y dado que Rubalcaba es, junto a Blanco, el socialista que más suena para una posible sucesión de Zapatero, es indudable que él mismo se encargará de hacer valer ese dato para hacerse con el puesto. Siempre que tal sucesión se plantee, algo incierto por el momento puesto que Zapatero no tiene intención alguna de retirarse y confía en recuperarse antes del 2012, como va pregonando allí donde le dejan.

Otra cosa es que el partido le obligue, si puede, a ese retiro y tengamos ocasión de poner a prueba la popularidad de Rubalcaba como candidato y líder del PSOE y no como ministro del Interior. Y he ahí su problema, el del difícil salto entre ese ministerio y el liderazgo político. Y no sólo porque el ministerio del Interior, al igual que el de Defensa, otorga popularidad a cualquier político que ocupe estas carteras independientemente de sus cualidades y de su quehacer.

Además, Rubalcaba sería muy frágil como candidato por otras dos razones. Primero, no tiene liderazgo político. Lo suyo ha sido la propaganda y la conspiración, extraordinariamente bien vendidas, eso sí, a través de su gran capacidad de comunicación y las incesantes horas de relaciones públicas con los periodistas. Rubalcaba es el conspirador temible y el propagandista eficaz, dudosa carta de presentación para un candidato.

Y aún peor es su oscuro curriculum político, adornado, sólo en los últimos tiempos, con la agitación del 11-M, la negociación de ETA y la extraña investigación Gürtel. Difícil, si no imposible, que ese curriculum resistiera la implacable evaluación pública de un candidato.