RENEGAR DE LAS AUTONOMÍAS

Artículo de Edurne Uriarte  en “ABC” del 02 de febrero de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

El formateado es mío (L. B.-B.)

Al PSOE de Zapatero le pasa con el sistema autonómico algo parecido a lo ocurrido con la economía. Que no se ha enterado o que no se ha querido enterar de la crisis, que ha mirado hacia otro lado, que se ha instalado en un mundo imaginario. Y cuando los hechos, el despilfarro autonómico, la desigualdad, la insolidaridad, el permanente conflicto nacionalista, se han instalado en la percepción social y el debate es inevitable, el PSOE ha respondido con tres movimientos de impotencia en el Manifiesto Autonómico del fin de semana.

El primero, la defenestración de la crítica. Con la identificación de los críticos con opositores al sistema autonómico, con centralistas, con renegados. «No es hora de renegar del Estado de las Autonomías», dice el Manifiesto, en un argumento que equivale a colocar en el bando de los renegados de la democracia a quienes pidan, por ejemplo, una reforma del sistema electoral, una reforma constitucional, o, simplemente, un recorte de gastos de los políticos.

El segundo, la grosera confusión entre sistema autonómico y democracia, como si el primero fuera condición esencial del segundo, enviando así a la hoguera de los autoritarismos o de las democracias imperfectas a todos los países centralizados.

El tercero, la entonación de loas al sistema autonómico completamente aisladas de los hechos y de los datos. Sobre todo, cuando el Manifiesto destaca que tal sistema ha garantizado la cohesión social y territorial de España y ha contribuido a la igualdad de los ciudadanos.

Y todo lo anterior en un momento agónico del socialismo de Zapatero en el que la supuesta magnífica salud del sistema autonómico va a tener su reflejo en una escalada de nuevas reivindicaciones de CIU a las que Zapatero va a decir que sí. Porque fortalecen la «cohesión social y territorial de España» y la «igualdad de los ciudadanos» que diría el Manifiesto socialista.