VUESTRA VICTORIA DE HOY, SERÁ DERROTA DE MAÑANA

Artículo de Elisa Jovellanos en su blog del 26 de junio de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

El formateado es mío (L. B.-B.)

Ese implacable juez, que es el tiempo, devolverá las cosas a su sitio, aunque nadie hiciera absolutamente nada por denunciar lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá en el Partido de Rosa Díez. Poco dura la alegría en el hogar de los ambiciosos, especialmente si ejercen la violencia, en forma de opresión, contra los que no asumen los privilegios que ellos mismos se han concedido.

Extraño resulta que un partido que se forjó al albur de la defensa contra la violencia de ETA, se haya contagiado de su desprecio por los seres humanos. ¿Qué nos distingue de los etarras si no es el respeto a las normas que nos hemos otorgado, a la Constitución, a la Democracia, a la Libertad, a la Justicia, a la Pluralidad, a la Tolerancia, y a los demás?

ETA acaba con la vida de ciudadanos españoles, porque su causa está por encima de cualquier vida, desprecia al ser humano, cualquier ser humano, y lo utiliza como herramienta –palanca- para intentar alcanzar sus objetivos. Las personas son el objeto de su acción política. Pero ETA hace algo peor, con cada asesinato que comete, induce el miedo en todos los españoles, que se convierten en sus posibles víctimas del futuro. La muerte de un ciudadano sólo cobra sentido cuando se comprende como una táctica para amenazar a todos los demás.

Ciertamente, en UPyD todavía no se ha cometido ningún asesinato, pero se ha exterminado la vida social y política de muchos compañeros, de forma arbitraria, con argucias y mentiras, en algunos casos por protestar ante lo que hacen los dirigentes, en otros por ofrecer alternativas, por ofrecer una perspectiva diferente de ver las cosas. Hay víctimas en UPyD del despotismo de un Consejo de Dirección que actúa de forma implacable contra cualquier disidencia, hay víctimas por pedir democracia, libertad y justicia, por denunciar que las cosas no se están haciendo correctamente. Y también hay miedo, porque se ha implantado un “petit régime” de terror, que emula las barbaridades del incorruptible Robespierre.

Pero hay algo todavía más infausto, que en el caso de UPyD el terror se ejerce desde el poder, contra sus propios compañeros, en forma de purga y depuración. Dirigentes ungidos por Rosa Díez, que ni siquiera han sido elegidos democráticamente, se permiten ejercer su autoridad ilegítima, sobre los afiliados del partido, segregados, y de forma individual, impidiendo cualquier reagrupamiento, prohibiendo la comunicación entre ellos en internet, utilizando topos y espías, con las peores artimañas del estalinismo, han comenzado una caza de brujas y brujos que haría sonrojarse al propio senador MacCarty. Y todavía hay dirigentes, y militantes, que permanecen callados, soportando como sus compañeros son expulsados por contravenir a los supuestos amos del partido.

Se están produciendo casos de acoso político organizado desde el Consejo de Dirección de UPyD, casos que han sido constatados y denunciados por los militantes que aún creen que este partido puede ser democrático, en un clima de libertad, donde la arbitrariedad sea exterminada, y sueñan con un Congreso que ponga límites a las injusticias que se están cometiendo.

Ingenuos en sus aspiraciones de que la letra pequeña del contrato se cumpla, porque todavía no pueden creerse que Rosa Díez, Gorriarán, Fabo, Pimentel, Marcos, Hernández les puedan defraudar, porque no quieren lo mejor para el partido, sino para sus ambiciones personales. Son los que consideran que el enemigo está fuera, y buscan la cohesión ante la amenaza externa. Ilusos, el enemigo está dentro, detentando el poder, ejerciéndolo sin piedad, de una forma saducea y violenta. Se está exterminando a los críticos, como si la crítica de los propios fuera una amenaza para el partido, cuando en realidad sólo lo es para el poder de los usurpadores, que ejercen su autoridad de forma arbitraria e ilegítima.

Un partido político como la UPyD, no puede ser el cortijo de Rosa Díez, porque la Divina Progresista, y todos sus capos deben someterse igual que el último militante que acaba de entrar en el partido, al imperio de la misma ley para todos. Si un dirigente comete una arbitrariedad contra un compañero, debe ser sancionado. Pero se han cometido muchas cacicadas y nadie ha dicho nada, como cuando ejercía su ministerio la Santa Inquisición, otro régimen de terror.

Que nadie se engañe, ni exculpe a Rosa Díez de la responsabilidad que tiene en todo lo sucedido, porque si no se ha enterado, es porque no se ha querido enterar, y si se ha enterado y no hace nada, es que aprueba lo que ha ocurrido. No se puede culpar a Himmler del exterminio de judíos en la Alemania Nazi, y exculpar a Hitler, o a cualquiera de los demás dirigentes del genocidio. Todos los dirigentes son responsables de lo ocurrido, aunque no hayan participado directamente en su ocurrencia. Mikel Buesa también.

Un partido que se organiza sobre un régimen de terror y violencia contra quienes lo conforman, que administra justicia sin legitimidad democrática, ni los principios que rigen en un Estado de Derecho, como el derecho a defenderse y recibir una sentencia imparcial, es un partido autoritario, fascista o estalinista, una formación totalitaria y absolutista, un engendro que no puede seguir existiendo en el siglo XXI. Al fin y al cabo, hacen lo mismo que las formaciones terroristas que dicen abominar, en las que los objetivos de los más ambiciosos, son más importantes que el respeto a las personas, a los militantes, auténticos propietarios del partido.

Los dirigentes de UPyD han cometido el mismo error que todos los políticos de este país, han confundido la representación política de los demás, con la posesión y la propiedad de los instrumentos de poder, olvidándose que solo son mandatarios de un mandato ajeno, de un mandato de otros, de la confianza de sus compañeros.

Y llegamos al meollo de la cuestión, cada militante es responsable de lo que está ocurriendo, porque si comparten lo que hacen los dirigentes, que es actuar de una forma antidemocrática, liberticida, injusta y totalitaria, es que ellos no son ni demócratas, ni libres, ni justos, ni plurales, son simplemente el soporte necesario para que una colección de impresentables imponga su régimen de terror de forma gratuita, y encima reciban la ovación cerrada de los aspirantes a concejales que les veneran.


Por eso lo dije en el título de esta proclama:
 vuestra victoria de hoy, será derrota de mañana. Los demócratas, los que no sentimos libres, los que amamos la justicia y la pluralidad, nos declaramos desde ahora vuestros enemigos, porque vuestro triunfo sería nuestra derrota, la de las cosas importantes en las que creímos cuando llegamos a este partido y seguimos creyendo, no lo vamos a permitir bajo ningún concepto.

La democracia no admite variaciones arbitrarias. La libertad no se negocia, se conquista. Alea Jacta Est.