UPYD: LO QUE
NO HA SIDO, NI ES, NI SERÁ.
Artículo de Elisa Jovellanos en su blog del 09 de julio de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Que
osadía y contumacia la de los próceres iluminados que se han aferrado a las
riendas de la carroza magenta, tal que si fuera la última oportunidad para su
supervivencia; que fascinante deriva, la de Rosa Díez desde la amenaza de los
chicos de la capucha, hasta el asedio de los demócratas de su propio partido;
que hito inolvidable en historia de la propaganda política española, asegurar
que se va a regenerar la democracia en este país, cuando los dirigentes de la
formación magenta no han sido capaces siquiera de permitir que en su partido
exista algo que disimule la tiranía.
Se han creído los mandamases magentados que los militantes de su partido eran
una especie de masa informe presta a venerar las cosas de la Divina
Progresista, y nada más. Se ha pensado Gatokan que los que pagan 20 euros todos
los meses para mantener su nivel de vida, merecido por su dedicación plena al
partido, sólo iban a asentir, aplaudir y caminar por la senda para borregos que
les ha preparado. Que falta de respeto a sus compañeros, que soliviantados,
aburridos, y hartos, al fin han mostrado los dientes al destino determinado,
que les han confeccionado a la medida de los intereses más inconfesables, de
los dirigentes.
Ahora
se puede constatar lo que no ha sido la UPyD, nada que tenga que ver con lo que
se había prometido, un instrumento de regeneración democrática, una
organización fundamentada en la confianza y la amistad, una poderosa arma
contra los nacionalismos y el terrorismo de ETA, un modelo de las
organizaciones políticas del futuro en el presente, un partido pletórico de
libertad, pluralidad, transparencia, transversalidad y tolerancia. Nada de eso
se ha producido, una voz valiente en la defensa de los derechos fundamentales
de los ciudadanos españoles.
Y todavía, estos ladrones de sueños colectivos, se permiten criticar a quienes
les critican, a quienes cuestionan su capacidad, a los que se han cansado y han
prorrumpido en un: hasta aquí hemos llegado.
Sólo
la osadía que proporciona la ignorancia suprema y el desprecio más altivo para
con sus semejantes, han debido inducir este comportamiento despótico, que ni el
más iluso imberbe podría suponer que saldría bien: aunque se tratara de cortar
la lengua a los disidentes para que no hablasen, todavía les quedarían las
manos para seguir tecleando y denunciando lo ocurrido, lo que está ocurriendo
ahora mismo, porque estamos en el siglo XXI y no en el siglo XI, donde el
feudalismo hacía estragos.
No es
por tanto ninguna alternativa a lo existente, porque si bien la propaganda
efectiva que emite Rosa Díez, redunda en beneficios electorales en proporción
directa a las veces que aparece en los medios de comunicación, no se puede
hacer un partido exclusivamente soportado sobre las palabras de la divina
progresista, ni siquiera sobre las espaldas agradecidas de los militantes
mudos, que callan ante lo ocurrido, esperando su oportunidad de ser concejales,
o incluso alcaldes.
La UPyD se ha vaciado de vida, para llenarse de agonía y muerte. Los electores
no son idiotas, por mucho que piensen en el Consejo de Dirección que sí lo son.
Los electores españoles están aún más hartos de las estafas políticas que del
bipartidismo inmisericorde y su extraña fertilidad política.
Tras
el próximo Congreso, si hasta allí se llega, los avezados dirigentes prepararán
una candidatura perdedora y otra ganadora, para que parezca que hay democracia
en la formación magenta, y así poder legitimarse y pasar a ser legales,
cumpliendo por primera vez, tras dos años, con la Constitución Española y la
Ley de Partidos. Se representará una magnífica pantomima, como cuando la duma
soviética aprobaba por unanimidad, menos los 50 votos de rigor, previamente
ordenados, los planes quinquenales de agricultura
Pero
así UPyD no pasará de club social feudal, porque no habrá más facciones que las
que se invente la dirección para darle sombra al triunfo de la ejecutiva
elegida por Rosa Díez, y no por los militantes. Esta restricción democrática,
vulnera la Ley de Partidos, y posiblemente sea denunciada tras la celebración
del Congreso e impugnada ante los tribunales, a los que se llegará
próximamente.
Pero
lo peor será una nueva oportunidad perdida para que en este país surja una
opción que defienda la tercera vía y no el triunvirato de mendaces que hoy
dirige la cosa. El miedo a la libertad de Rosa Díez, dice mucho en su contra,
tanto que por mucho que traten desde la dirección de ocultar el sol de la
libertad con la mano de la opresión, hoy por hoy, UPyD es una operación fallida
y fracasada, sin ninguna probabilidad de supervivencia.
Con
cada arbitrariedad cometida en el partido, se han forjado diez militantes en la
afrenta, el rencor y la venganza, como se han cometido decenas, hoy por hoy,
hay posiblemente más fuerza de persuasión o disuasión fuera del partido que
dentro. A partir de ahora, la UPyD se ha convertido en un proyecto de muertos
vivientes, que serán denunciados en cada oportunidad que se presente como unos
falsarios, que han estafado a los que han acudido noblemente para apoyar el
proyecto. Todos los trepas que se queden en el partido en estas condiciones,
están descalificados por sus tragaderas para ocupar cualquier cargo público.
En
UPyD ha surgido una delgada línea que rodea al partido de Rosa Díez como un
foso a una fortaleza, todos los que se queden dentro habrán demostrado que lo
único que les importa es lo que puedan obtener del partido, y todos los que se
hayan quedado fuera, habrán demostrado que estaban dispuestos a brindarse para
que el partido pudiera obtener lo mejor de todos ellos. Los que se han ido son
precisamente los más cualificados, con una idea propia de lo que es la política
y de que derechos fundamentales son los que no han sido respetados en el
partido de Rosa Díez. Los que se queden a partir de ahora, son los que
aplaudirán a rabiar, hasta que los ungidos para la gloria por la designación
personal de la Divina Progresista y Gatokan se hayan colocado en la política y
entonces llegue su oportunidad para hacer lo mismo. Cuan miserables y
ambiciosos han de ser, para mirar para otro lado mientras los designados les
organizan la vida, sin libertad, sin democracia y sin justicia.