Artículo de Elisa Jovellanos en su blog del 17 de julio de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Han
cerrado por vacaciones los blogs de Rosa Díez y Gorriarán,
más bien ha sido porque han perdido la primera batalla por el control del
partido magenta, en consecuencia han izado el puente levadizo, cerrado las
puertas de la fortaleza y han desaparecido del combate que se desarrolla ante
la opinión pública. Algún espabilado de esos que rodean y aplauden a la Divina
Progresista, habrá tenido la ocurrencia que muestra la ausencia de argumentos
para justificar lo ocurrido. Han pensado que como estamos en verano, la presión
crítica cesará y se disipara llegado septiembre.
Craso error, se confirma que no tienen pajolera idea en lo que andan metidos.
Su silencio, es el mismo a que nos tienen acostumbrados Rodríguez Zapatero y el
PSOE, los sindicatos de clase, y la corte parafernalia que les acompaña en las
manifestaciones del nunca mais o la oposición a la
guerra de Irak. Así aún se retratan más.
El efecto será precisamente el contrario, en un verano en el que nadie quiere
hablar de la crisis económica, social y política que estamos viviendo en
España, UPyD se va a convertir en la panacea de los
periodistas. El silencio oficial se suplirá con la protesta crítica. Las afrentas
cometidas contra los militantes se irán desgranando poco a poco, hasta
conformar un escenario desfavorable para las ilusiones de los dirigentes
designados. Será lluvia fina informativa que terminará anegando la formación
magenta. En el otoño, UPyD se habrá quedado en el
mismo rango que Ciudadanos, aunque por otros motivos, su evolución repite las
etapas del declive y descalabro del partido no nacionalista catalán. En las
próximas encuestas se podrá ver que ni Rosa Díez es la figura política mejor
valorada y los votos de las europeas se habrán reducido a la mitad de los
obtenidos.
Los
españoles que han decidido apoyar a Rosa Díez, se están dando cuenta ahora
mismo que su partido es una imitación mala y chapucera de los grandes partidos
políticos españoles, no la novedad que se anunciaba. La UPyD
ha perdido la coherencia en tan sólo un mes, porque hoy no puede sostener
siquiera el Manifiesto Fundacional de su partido, que se ha quedado en papel
mojado, pueden comprobarlo.
El
partido magenta sufre una epidemia de libertad, que los opresores no saben, ni
pueden atajar. Sin democracia, sin libertad, sin justicia, sin respeto a los
militantes y sin pluralidad, la UPyD se ha convertido
en el mejor ejemplo de una secta perniciosa para la política española. Nada que
ver con un proyecto político novedoso.
Haciendo
una lectura retrospectiva de las intervenciones públicas de Rosa Díez, no
resulta difícil comprender, que lo ocurrido no ha sido accidental, sino urdido
por la Divina Progresista, Gatokan, y sus fieles,
para hacerse con el control pleno del partido, los mensajes emocionales eran
pura propaganda, la afiliación de militantes una estrategia para que Rosa Díez
llegara al micrófono, desde su pequeñez intelectual, que suple con un
desparpajo verdulero; ahora que ha alcanzado el micrófono que le permite vender
su proyecto, le sobran los militantes, sobre todo si cuestionan su forma de
actuar desde la más mínima crítica.
La
estrategia de la Divina Progresista ha estado en su cabeza desde el principio,
cuando se disolvió Basta Ya, y se fundamenta en convertirse en un complemento
del PSOE y del PP; del PSOE para servir de castigo a la política pronacionalista de Rodríguez Zapatero, defendiendo las
posiciones históricas del socialismo español; del PP, para suplir la errática
deriva del vuelo de la gaviota con un discurso definido sobre la unidad del
Estado. Sabemos que la idea de España, es decir, la nación española, se la
sopla a Savater y a todos los seguidores del club
magenta.
Regreso al pasado es lo que ofrece el Partido de Rosa Díez, nada que ver con el
progreso. Por eso ha colocado en las coordinadoras más importantes como Madrid
y Barcelona a antiguos miembros del PSOE, expulsados por no compartir las tesis
nacionalistas de su partido, junto con alguno más errabundo que perteneció a la
Unión Comunista Española, aderezado con los trepas característicos que se
llevan preparando desde hace años para su salto a la política, entre los que
hay algunos representantes de la Universidad española, siempre adheridos a postulados
de la izquierda política.
Sin duda la auténtica apuesta por la transversalidad
de UPyD estaba en los que se han ido, porque los que
se han quedado, en las condiciones que se han impuesto en el partido, más bien
entrarían en la categoría de secta. Se han ido o se han echado, a los pocos
liberales que había en la formación magenta, junto con los socialistas honestos
que apostaban realmente por la transversalidad, a los
que se añaden los no adscritos que acudieron a la llamada de la regeneración
democrática, la defensa de la Constitución y la denuncia de lo existente. Todos
los que se han ido han puesto sus principios por delante de sus beneficios,
entre ellos más del 80 % del consejo político fundador, que ahora podrían tener
el detalle de relatar su experiencia, porque tras cada acto arbitrario, “por el
bien del partido”, se ocultan comportamientos ignominiosos, ilegítimos,
auténticas barbaridades que vulneran la Ley de Partidos y la Constitución
Española, y los derechos fundamentales que corresponden a un Estado de Derecho.
Es un
acto de cobardía y de falta de inteligencia, ahora que otros están defendiendo
la democracia interna en UPyD y pagando con su propia
biografía, que los que han tenido que irse por goteo ante las cacicadas de los dirigentes no den la cara, y confirmen lo
que ha ocurrido. Ahora es el momento de limpiar su nombre de cualquier
responsabilidad ante lo ocurrido, porque por su intervención pública, muchos
ciudadanos, confiando en personas conocidas, demócratas, gente a la que respetaban,
que representaban al comienzo a la UPyD, entregaron
su voto a Rosa Díez, y eso le ha permitido hacer lo que ha hecho con su
partido, henchida de poder y soberbia, sin admitir siquiera la posibilidad de
haberse equivocado. Es la hora de que los demócratas no se queden callados.
Pero
si Rosa Díez y Martínez Gorriarán no han admitido que
se han equivocado, es que realmente no lo han hecho, es decir, se confirma que
se han cumplido sus planes, de lo que se deduce que lo que ha ocurrido estaba
planificado en sus cabezas, cuando iniciaron el proyecto desde la Plataforma
Pro, engañando a todo el mundo, militantes y votantes.
Y prueba de que estaba organizado en sus cabezas es lo ocurrido en Cataluña,
donde el partido no ha levantado cabeza, ni electoralmente, ni en apoyos de
militantes, se ha aburrido a los que acudieron, pero se ha mantenido a
Hernández Guardia en la coordinadora, habiendo sido responsable de lo
acontecido. Que este señor haya pertenecido al PSC, tal vez explique algunas
cosas, al igual que el coordinador de Madrid, Marcos Allo,
que ha sido apoyado por los dirigentes, a pesar de haberse cargado el partido
en Madrid, que es su feudo principal.
La
confianza depositada por los máximos dirigentes del partido en los compañeros
que provienen del PSC, más allá de su incapacidad política demostrada, su
habilidad personal en relaciones humanas, es un ejemplo palmario de que los
máximos dirigentes de UPyD solo depositan su
confianza en los que saben que no les pueden hacer sombra, que no cuentan con recursos
propios para hacerse un hueco en la organización y que sólo apoyando a Rosa
Díez pueden aspirar a alguna cosa en el futuro, porque saben que sólo desde su
condición servil a los dirigentes máximos, por su concesión, pueden aspirar a
algún puesto político que por sus propios recursos jamás alcanzarían. Patrón
que se repite para la inmensa mayoría de los que se han quedado, que tragarán
con todo, con tal de ver colmadas en el futuro sus ambiciones personales.
La jornada de puertas abiertas de UPyD comienza
ahora, los más inteligentes se han ido ya, les seguirán los creyentes que ya no
pueden seguir creyendo ante los hechos expuestos; más tarde, los que han
confiaron en los dirigentes y serán defraudados; por último, los que llegaron
para echar una mano a un proyecto político que les agradaba, y que han visto
que se ha estropeado para siempre. Evidentemente alguno nuevo llegará, pero
quien sea capaz de entrar ahora mismo en UPyD, es que
todavía es mucho peor que los que se han quedado, con lo que el conflicto está
asegurado hasta su final.
Pero la pregunta más interesante es: ¿quiénes se quedarán? Sabiendo el precio
que están dispuestos a pagar, se puede cuantificar el valor de su ambición
personal.
La UPyD comenzó siendo un sueño, ahora se ha convertido en una pesadilla tan violenta y estúpida, que sólo se puede acabar, cuando los seguidores del partido magenta se despierten del coma autoritario que les han inducido, antes de que regresen de vacaciones los señores feudales, por supuesto, y comience el nuevo curso político.