CIU PLANTEA UNA LEY DE CONSULTAS POPULARES PARA NO DEPENDER DEL PERMISO DEL ESTADO



Los nacionalistas basan su programa electoral en el concierto económico



Informe de  Àngels Piñol  -  Barcelona  en “El País” del 13 de septiembre de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El pacto constitucional está agotado y no hay más límite que el que decida la democracia. Bajo esas dos premisas, Convergència i Unió (CiU) aprobó ayer su programa electoral que, con la etiqueta del derecho a decidir, incluye una decena de objetivos, desde el concierto económico a una ley de consultas populares que, a diferencia de la aprobada por el tripartito, no las haga depender "de la autorización del Estado".

La coalición ha apostado en el programa con el que concurrirá el 28 de noviembre por un nuevo sistema de financiación para salir del café para todos como primer trampolín para ganar cuotas de soberanía. Artur Mas, presidente de CiU, sostiene que no es preciso reformar la Constitución para lograrlo y en alguna ocasión se ha referido a la convocatoria de una consulta en particular sobre ese asunto para dotar de más fuerza su reivindicación.

"España ha dado muestras claras de que no quiere ser cambiada [a un Estado plurinacional] y seguramente tiene derecho. Pero tenemos derecho a no dejar de ser Cataluña y a pensar en nuestro futuro nacional", defendió ayer el presidente convergente en Lleida ante unos 500 consejeros nacionales, que aprobaron por unanimidad el programa.

El texto, con siete bloques, da por sentado que CiU no solo prescinde del contenido del fallo del Estatuto, sino que toma como guía el aprobado en el Parlamento catalán en 2005 y que fue limado en el Congreso en 2006. "Pese a la sentencia, desplegaremos el Estatuto de manera ambiciosa y con su máxima potencialidad jurídica", señala el programa que, en cualquier caso, no menciona cómo piensa arrancar del Gobierno compromisos como el del concierto económico, la gestión de las infraestructuras o la exigencia del cumplimiento de las inversiones si no es más allá de la negociación. CiU considera fracasada la vía estatutaria -Artur Mas la da por muerta- y recupera así la histórica estrategia de Jordi Pujol de negociación puntual.

 

LA OFERTA ELECTORAL DE CIU IGNORA EL FALLO DEL ESTATUTO - PROPONE EL CONCIERTO Y LA GESTIÓN DE INFRAESTRUCTURAS SIN CONCRETAR CÓMO ALCANZAR ESTOS OBJETIVOS



El pacto constitucional está agotado y no hay más límite que el que decida la democracia. Bajo esas dos premisas, Convergència i Unió (CiU) aprobó ayer en Lleida su programa electoral, que, con la etiqueta del derecho a decidir, incluye una decena de objetivos desde el concierto económico hasta una ley de consultas populares que, a diferencia de la aprobada por el tripartito durante este mandato, no las haga depender "de la autorización del Estado".

La coalición ha apostado en el programa, con el que concurrirá a las elecciones del 28 de noviembre, por un nuevo sistema de financiación para salir del café para todos como primer trampolín para ganar cuotas de soberanía. Artur Mas, presidente de CiU, sostiene que para lograrlo no es preciso reformar la Constitución y en alguna ocasión se ha referido a la convocatoria de una consulta en particular sobre ese asunto para dotar de más fuerza su reivindicación. "Aspiramos a la soberanía financiera propia para más bienestar para los catalanes", dice el texto.El programa electoral fue debatido y aprobado por 500 miembros del Consell Nacional de Convergència i Unió en el Palau de Congresos de Lleida. La oferta está dividida en siete bloques que responden a las siete letras que componen el lema de la coalición: Canvi sí. Son cohesión, paro (atur), nación, valores, innovación, sostenibilidad e instituciones. Y es en el apartado de nación en el que CiU se explaya en 10 reivindicaciones soberanistas bajo el paraguas del derecho a decidir. El texto no solo prescinde del contenido del fallo del Estatuto, sino que asegura que no renuncia al "horizonte" de las competencias del Estatuto de 2005 y que fue limado en el Congreso en 2006; añade que lo desplegará pese al fallo del Constitucional; que exigirá el derecho a decidir sobre las infraestructuras o la defensa de los derechos históricos.

"Lo hemos intentado durante 100 años. Y España ha dado evidencias muy claras de que no quiere ser cambiada [a un Estado plurinacional] y seguramente tiene derecho. Pero también nosotros tenemos derecho a no dejar de ser Cataluña y a pensar en nuestro futuro", exclamó Mas arrancando aplausos en una sesión menos solemne que la de cuando fue investido candidato en el Monasterio de Sant Benet.

La oferta no menciona cómo piensa arrancar del Gobierno compromisos como el del concierto económico, la gestión de las infraestructuras o la exigencia del cumplimiento de las inversiones. CiU considera fracasada la vía estatutaria y recupera así la histórica estrategia de Jordi Pujol de negociación concreta. Mas ya pidió a los empresarios que le arroparan en la demanda del concierto y ayer lanzó el guante a sus adversarios: "Ya que los socialistas nos interpelan cada día. Podrían junto al PP sumarse a una estrategia de país como hacen en el País Vasco".

En el texto no figura, por otra parte, la idea que Mas lanzó la semana pasada en Olot de sacar a las prostitutas de las carreretas y la de gestionar esa actividad en locales.

La intervención de Mas fue precedida por la de Josep Antoni Duran i Lleida, de Unió, que antepuso la necesidad de que haya "hombres y mujeres catalanes con políticas de Estado" para lograr más soberanía. Y lanzó tres ideas: que Celestino Corbacho regresa a Cataluña para administrar la "derrota" de Montilla; que "no hay ni un duro" en las arcas de la Generalitat y que no pueden dar las elecciones por ganadas. "Incluso los buenos equipos, cuando todo el mundo da por sentada la victoria, pueden perder", avisó Mas en alusión a la derrota del Barça ante el Hércules y ante su seguridad de que, si puede, el tripartito volverá a sumar.