URNAS, PASTA Y DEMAGOGIA
Artículo de Erasmo de Salinas en “Ciudadanos en la Red” del 23-3-09
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Otra vez nos hemos encontrado con la realidad, no hay error posible, ni margen para la equivocación. UPyD, el partido de Rosa Díez, no quiere ser una formación democrática, ni ahora, ni nunca.
Los que vivimos la historia de Ciutadans, tuvimos la oportunidad de comprobar como la libertad se va recortando discretamente, hasta que la democracia se acaba asfixiando y deja de existir, estrangulada por sus propios dirigentes. Algo parecido ocurrió con el CDS de Adolfo Suárez hace veinte años.
Del aluvión de ilusos ciudadanos que acuden ante la convocatoria de una nueva propuesta política, por las promesas de regeneración, la “honestidad” de sus promotores y el clima de podredumbre que reina en otras formaciones, poco a poco se van restando y malogrando los que preguntan, los que cuestionan, los que matizan, los que critican, los que no están de acuerdo con todo; mientras que los trepas, los pelotas, los advenedizos, los que tienen sus propios planes –incluidos los de otros que están fuera del partido, en otros partidos-, y los que comulgan con ruedas de molino, van ocupando los puestos de responsabilidad y dirección –gente de confianza-.
Si alguien quiere medrar en la política española actual sólo tiene que adorar
al líder de su partido y a sus profetas reconocidos; lo demás importa poco, ni
su capacidad, ni su esfuerzo, ni sus horas de dedicación, ni su ilusión, ni su
autenticidad, sirven para nada si no pasan por el aro impuesto por “los que
mandan” y cumple con las reglas de obediencia debida, y a los atrevidos que
protestan, se les invita a abandonar la formación, de forma voluntaria o
involuntaria.
Las consecuencias del acotamiento se establecen de forma inmediata, el partido
se vacía de discrepantes con criterio propio al tiempo que se llena de sumisos
con criterio ajeno, dispuestos a cantar a coro los mensajes y consignas de la
voz de su amo, que surgen del discurso oficial de los dirigentes.
Pero el acotamiento lleva implícito en su seno el
agotamiento de alternativas, de creatividad, de “vida”, condenando la
trayectoria de la formación política a la fosilización en un más de lo mismo
ceñida cada vez más a las posiciones, gestos y discursos de los dirigentes que
se han amurallado contra cualquier amenaza a su capacidad, idoneidad o
eficacia.
Surgen entonces los dos males más conocidos de la democracia: el
sectarismo y el autoritarismo. Todo lo que se hace a partir de entonces en la
formación política es tratar de enmascarar la existencia de ambas lacras, para
seguir vendiendo el producto a los posibles consumidores de sueños, cada día
más escasos, el ejemplo se puede contemplar en su esplendor en Ciutadans.
Desgraciadamente, UPyD ha cruzado el umbral de no retorno a la democracia, como ocurrió con Ciutadans, el PSOE, el PP y todas las formaciones políticas de este país. Ahora solo queda que el sueño se convierta poco a poco en pesadilla. Si los cimientos se hacen amorfos y frágiles, como puede esperarse que la construcción sea resistente. Además, a partir de ahora, todo quedará limitado a la arbitrariedad y el monolitismo? ¿Cómo se va a hablar de transversalidad sobre una canica?
Una propuesta de reglamento para el primer congreso de UPyD
que niega en sus fundamentos la democracia, conculca la libertad, se aparta de
la justicia y desprecia a los militantes, es el preámbulo del fracaso más
estrepitoso; pero además un gesto cargado de significado: si hubo tiempo de
sobra –más de un año- para organizar un congreso modelo con un reglamento
exquisito, y se ha hecho un bodrio, que limita la libertad, la democracia y el
sentido común, está claro que las intenciones de los dirigentes que lo han
firmado y las de los que lo han asumido, son las mismas, las de perpetuarse en
el poder y blindarse contra cualquier incidente que ponga en peligro su
perpetuación.
Dicen que seis días le llevó a Dios construir el mundo, y ese es el tiempo que
tiene el consejo político de UPyD para evitar la catástrofe. Es el comienzo del
final, el Titanic no se hundió por la presencia de un gran iceberg, sino por
los errores cometidos por quienes pudieron evitarlo y se estrellaron contra él.
Por eso amigos y enemigos, solo queda despedirse del futuro político de UPyD y la esperanza de armonía en su seno. Buenas noches y buena suerte.