GENERACIÓN DEGENERACIÓN

 

 Artículo de Arcadi Espada en “El Mundo” del 11.04.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

La entrevista con Juan Pablo Fusi que publicó la edición vasca de este diario el domingo tenía un momento de interés casi lacerante cuando el historiador admitía su derrota y anunciaba con triste solemnidad su decisión de abandonar el espacio público. Es inevitable ver en su actitud algo más que una circunstancia estrictamente personal. A punto de cumplirse tres décadas de la aprobación de la Constitución y el Estado de las Autonomías, la intelligentsia española que diseñó y apoyó este pacto histórico, tiene sobradas razones para considerarse fracasada. De la Constitución y del reparto territorial del poder que suponía no ha surgido una nueva y moderna conciencia española. Todo lo contrario: unas elites locales cada vez más anacrónicas y fanatizadas han copado el espacio público y han impuesto sus criterios en asuntos sustanciales de la convivencia. Si durante los Gobiernos de González y Aznar su avance se produjo a pesar de las instituciones del Estado, ahora cuentan con él: la complicidad del Gobierno Zapatero ante el proyecto nacionalista es, probablemente, la causa última de la desesperanza de Fusi, un hombre de la izquierda moderada, buen conocedor de las derivas nacionalistas de la Historia y, como el mismo dice, un intelectual orgánico de lo que hasta ahora ha sido el establishment español.

El rasgo más inquietante de la situación que denuncia Fusi es la imposibilidad de atribuirla a los dolorosos, aunque inexorables, recambios generacionales. La erosión del Pacto del 78 es evidente. Pero ¿qué pacto colectivo está dispuesto a sustituirlo? No, desde luego, el que podría hipotéticamente derivarse del Estatuto catalán, un engendro jurídico, gramatical y político que sólo conducirá al caos interpretativo. Tampoco la propia voluntad política de sus promotores: ninguno de ellos ha dicho que el Estatuto vaya a cerrar el modelo autonómico. Ni los socialistas lo han dicho; y en cuanto a los nacionalistas con solera lo que han dicho es justamente lo contrario: que sólo se trata de un escalón más.Por último: ¿qué pacto, además, que deja fuera del consenso a la mitad política de los ciudadanos españoles podría proponerse como alternativa convincente? No hay nada de eso. Y lo que menos una intelligentsia: piénsese que la teoría la lleva Suso de Toro y la práctica Alfredo Pérez Rubalcaba, sostenidos por el ya célebre pensamiento catalán contemporáneo. Generación degeneración, ése es su nombre.

(Coda: «Cada vez me encuentro más distanciado de la política, pero he sido, con otros historiadores y politólogos, casi intelectual orgánico del Estado de las Autonomías. Y ahora encontrarnos que parece que hay que liquidarlo, o darle un sesgo distinto, pues evidentemente me siento defraudado y derrotado. Paso a mi vida particular y a hacer erudición en la Historia». Juan Pablo Fusi, EL MUNDO, 9 de abril de 2006.)