LA DIVERSIDAD

 

 Artículo de Arcadi Espada en “El Mundo” del 02.05.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Deprimentes conversaciones andaluzas. Mucho más deprimente aún la lectura de su proyecto de reforma del Estatuto. Las conversaciones, incluso las más acérrimas, mantienen esa punta de escepticismo sureño que permite una leve confianza en el futuro. Pero los textos hay que tragarlos a palo seco. Este párrafo monstruoso del Preámbulo estatutario, por ejemplo, que no sólo ha sido aprobado, sino escrito: «Andalucía ha compilado un rico acervo cultural por la confluencia de una multiplicidad de pueblos y de civilizaciones, dando sobrado ejemplo de mestizaje humano a través de los siglos.La interculturalidad de prácticas, hábitos y modos de vida se ha expresado a lo largo del tiempo sobre una unidad de fondo que acrisola una pluralidad histórica, y se manifiesta en un patrimonio cultural tangible e intangible, dinámico y cambiante, popular y culto, único entre las culturas del mundo». Hay que repetírselo. Otro trago. Parecía imposible, pero ya puede decirse que Andalucía es más nación que Cataluña. De momento: porque ahora se teme la vuelta de tuerca que pueda venir del nordeste.

Las conversaciones andaluzas giran en torno a la diversidad.De una manera manifiestamente cómica y surreal. «No nos podemos permitir ser menos diversos que nadie», vienen a concluir. La diversidad es, desde hace décadas, la piedra filosofal del nacionalismo.Más piedra que filosofal, desde luego, y muy usada como principal arma de combate. Las consecuencias están perfectamente a la vista: cada vez hay menos diversidad. Desde hace 30 años, los ciudadanos españoles sufren un paulatino achique de espacios, político, cultural y moral. En cada comunidad autónoma se vive hacia dentro, fiados de encontrar tesoros, con ruidosa y percutiente voluntad petrolífera. Aunque los hallazgos son ridículos. Gusanos y momias, es decir, lo que suele encontrarse en el centro de la tierra.Y muy parecidos unos a los otros: la putrefacción del mito nos iguala.

Paradójicamente, la razón principal del proyecto español es la diversidad. El acceso a la diversidad. Humilde, posibilista, desde luego, ya que no parece sencilla la anexión de Francia y Gran Bretaña. El máximo interés, por no decir el único, de ser andaluz, catalán o vasco es la posibilidad de ser español.Una habitación ventilada. Una vida diversa frente al muermo, la corrupción, el despotismo y la arbitrariedad, fenómenos todos ellos tan locales. Es extraordinariamente instructivo comprobar cómo en nombre de la diversidad se ha acabado con ella.

De las conversaciones y de los textos andaluces surge otra evidencia.Que la exponga Jean-François Revel, que ha muerto, y que lo vio y lo anunció muy temprano.

Coda: «En los últimos decenios se ha visto aparecer una separación, por no decir una ruptura, entre la complejidad del mundo y la simplicidad del poder político: iba a decir, el arcaísmo persistente de este poder». (¿Hay que ser ignorante para gobernar?, Le Point, 2 de julio de 1984, en El rechazo del Estado.