¿QUERÉIS ADIVINAR EL FUTURO?

 

 Artículo de José Javier Esparza en “El Semanal Digital” del 03.04.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Otegi, Maragall, abulia de destino en una paz que abdica, aire de nación que se deshace. Impresionante, sí. Pero en el paisaje hay más cosas. Separaos de lo estrictamente político, tomad distancia y ved el cuadro en su conjunto. Junto a la crónica política veréis el masivo botellón cotidiano, el tráfico de embriones y el tsunami inmigrante; los "matrimonios" homosexuales y la catastrófica ley de educación, las cifras de abortos y la falsificación de la historia. También veréis, junto a la OPA y sus afanes, el reparto de cadenas de televisión. En el retrato, abajo, a la izquierda, hay un chafarrinón de podredumbre: es Marbella que estalla, pero hay, ocultas, otras marbellas. Ved el cuadro así, con todas sus figuras y colores: lo que tenemos delante no es sólo un problema político.

Ahora imaginad en movimiento este retrato general de la vida de España: no como foto fija, sino como secuencia animada, como una película. Puesto que (todavía) conocemos nuestro pasado, aún podemos reconstruir el camino que nos ha traído hasta aquí: las pequeñas y grandes traiciones, las inhibiciones culpables, las reformas que no nacieron, las perezas y malevolencias. Podemos reconstruir, en movimiento, aquellas bifurcaciones donde escogimos el camino equivocado: la tenaz destrucción del sentimiento nacional, la idolatría mema del bienestar y el consumo, el destierro del espíritu, la perversión de la enseñanza en estabulación de masas, la proscripción de todo sacrificio, el desvanecimiento de una idea elemental del bien común, el zafio desprecio de la virtud.

Recuperad esta secuencia en movimiento, el drama animado de la España reciente, y aplicadle un zoom, una mirada telescópica, de modo que no sólo veamos cómo se ha movido España, sino también cómo ha girado el mundo durante este mismo periodo. Veréis economías que crecen, portentosas, mientras las sociedades se deshacen; veréis un mundo que se unifica sobre el imperio de la técnica y que, en idéntica secuencia, se fragmenta bajo nuevas líneas de fractura, desde el petróleo hasta la religión. Veréis un mundo próspero que se duerme, satisfecho, sobre su propia blandura, narcotizando su memoria para mejor dormir, mientras bajo el colchón surgen muchedumbres que asaltan la cama y piden sitio. Veréis…

Ahora, sobre esa imagen en movimiento del mundo que nos rodea, aplicad los mandos en sentido inverso. No busquéis más el movimiento hacia atrás –nuestro pasado reciente-, sino hacia delante –lo que nos espera. No fijéis el zoom en la generalidad del mundo, sino aproximad el plano hasta nuestro ombligo nacional. Recuperad ahora aquellos puntos donde nuestro camino se extravió: destrucción del sentimiento nacional, idolatría del dinero, destierro del espíritu, perversión de la enseñanza, proscripción del sacrificio, olvido del bien común, desprecio de la virtud… Por último, proyectad todo eso adelante: ¿Hacia dónde nos conduce este movimiento?

Hay una frase bonita de Walter Benjamín: "Las revoluciones son el freno de seguridad del genero humano".

¿Quién guarda aún energías para rectificar el guión –para frenar?