UPYD: EL ESPLENDOR DE LA
DEGENERACIÓN DEMOCRÁTICA
Artículo de Enrique
Suárez Retuerta en “Ciudadanos en la Red” del 12 de
noviembre de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Disculpen el culto monográfico al más de
lo mismo de las últimas semanas, pero lo que está ocurriendo en el partido
de Rosa Díez requiere, sin duda, la atención de los lectores habituales de
este blog. La cosa lleva difícil remedio, posiblemente ustedes hayan leído algo
por la prensa, pero parece que los medios de comunicación mantienen una
actitud de reserva ante la celebración del primer Congreso de UPyD en los días 20-22 de noviembre de este año, tras
dos años de su fundación. Desde este blog hemos hecho un seguimiento
especial de los acontecimientos, tras la desastros
experiencia que muchos sufrimos en el partido de Albert Rivera.
Hoy, precisamente, se ha celebrado una
vista judicial, porque once expedientados-expulsados han
denunciado a su partido por aplicarles un reglamento que no se aplica a otros
militantes, por ejemplo Rosa Díez. Un reglamento precongresual que se ha
aprobado por el consejo político del partido que nada tiene que ver con el
consejo fundador del mismo, porque por diversos motivos, han desaparecido más del 85% de los miembros
fundadores. Al menos, los consejeros iniciales,
tenían la legitimación de la paternidad del proyecto, aunque nadie los había
elegido, sino designado desde la cúpula de la dirección. Lo que ha hecho la
dirección es ir cubriendo las bajas con nuevos miembros, así, hasta tener un
consejo político a la medida de sus intereses, que es precisamente el
que ha votado el reglamento precongresual.
Como ustedes sabrán, hay dos candidaturas que se presentan al congreso, una la
autoritaria por haber sido hecha por la designación de la dirección que es
la que encabeza Rosa Díez, y otra la democrática, encabezada por Valia Merino y en la que se encuentran representadas
la mayoría de las opciones discrepantes. Las limitaciones que se están
ejerciendo sobre esta candidatura recuerdan al estalinismo más infame. Pueden
ustedes observarlo en la página oficial de UPyD,
donde ni se menciona la existencia de una candidatura alternativa. Así que de
igualdad de condiciones (isogoria) nada de
nada, como tampoco igualdad ante el reglamento (isonomia).
¿Cómo va a ser posible una elección democrática sin igualdad, ni libertad, ni
respeto a las mismas reglas para los contendientes?
Entre otras cosas, por las que las condiciones no permiten el mínimo ejercicio
de la democracia, está la del censo de los militantes al que todavía no se ha permitido el acceso a la
candidatura alternativa, hechos que se han denunciado ante la Comisión
Electoral -¡de la que
forman parte tres miembros de la candidatura oficial!-, y que ha respondido dando largas al asunto a la reclamación de la
candidatura de Valia Merino. No hay ninguna voluntad
de ofrecer garantías democráticas a la participación de la candidatura
alternativa.
Y no es cuestión baladí, porque no se tiene ninguna oportunidad de verificar si
se trata de un censo inflado o con miembros fantasma –que se han dado de baja
pero siguen estando en él- o con personas que se han incorporado de cara al
congreso de UPyD, entre los familiares y amigos de
los oficialistas.
Pero quizás lo peor sea lo del voto
electrónico que se ha previsto para que todos los
militantes del partido puedan ejercer su derecho de elección. El voto
electrónico ha sido rechazado por la Unión Europea por no cumplir garantías
democráticas suficientes, en internet hay numerosas páginas que se ocupan
de denunciar los diversos “errores y “apaños” que se han detectado desde
Venezuela a Florida, así como en otros lugares del planeta en los que se ha
utilizado.
El congreso será impugnado
con absoluta certeza, porque entre los participantes en
el mismo no hay, ni habrá, el grado necesario de confianza para que se pueda
celebrar democráticamente. Esta actitud irreflexiva por parte del actual
Consejo de Dirección del partido, que lo único que pretende es perpetuar su
cúpula vigente, tendrá graves consecuencias para su evolución en el futuro. Un
error extremo, porque no se saldrán con la suya, las condiciones en las que se
celebrará el congreso de UPyD en nada recuerdan a la
democracia más que en su envoltorio, están organizadas para ganar o ganar, por parte de la
cúpula dirigente. Aquí ya no se alcanza ni el rango de congreso búlgaro, esto
es un congreso albano, en el que ni siquiera es necesario acudir a votar, porque ya se sabe
el resultado de antemano, porque se establecerá el resultado antes incluso
de que se celebre el congreso -al menos entra dentro de lo posible-, lo que
reamente parece imposible en un país democrático en pleno siglo XXI.
Si en este país queda justicia independiente de la política, algo difícil de
encontrar, porque si se cuestionaran las formas de UPyD
se abriría el dique que impide juzgarlas en otros partido y las fiscalías
están más al servicio del Gobierno del Estado que del Estado de Derecho, el
congreso terminará siendo impugnado y el estallido mediático será irreversible.
Así que los militantes de UPyD se conforman con su
pertenencia a una secta
totalitaria y ratifican con su voto el fiasco, o
reclaman el cumplimiento de las mínimas reglas democráticas en el partido por
la vía legal, que será la única que les quede, y los electores nunca más volverán a confiar en el partido de Rosa Díez. ¿Quién ha sido tan estúpido para llevar a este abismo al partido magenta,
que debe elegir no democracia con Rosa Díez o democracia sin partido?
Anunciaban que este partido pretendía la regeneración de la democracia para los
ciudadanos de este país, y es en el que la degeneración de la democracia se
puede observar en su máximo esplendor. La política en España, como
indicaba Albert Boadella en fechas recientes
-alguien que apoyó a Ciutadans y a UPyD en su día, no creo que hoy lo haga-, ha alcanzado el máximo grado de corrupción posible en un país
que se reconoce civilizado. Los políticos
españoles, y en particular los dirigentes del partido de Rosa Díez, son unos demagogos
sin paliativos hasta que se demuestre lo contrario, y no hay muchas
posibilidades de que así ocurra.
Ustedes son los que votan, no
beban si conducen.