UN PACTO PARA SALVAR A ESPAÑA, NO PARA SALVAR A ZAPATERO

Artículo de Francisco J. Fernández Tarrío, en “Periodista Digital” del 12 de febrero de 2010 a las 17:19

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

¿Acuerdo para sacarle las castañas del fuego?

 

La democracia no es un régimen que esquive a los ciudadanos

Corren ríos de tinta sobre el posible pacto de estado entre PP y PSOE para sacar a España de la crisis bestial en la que ZP y sus huestes nos han metido hasta la barbilla. Nuevamente suenan las voces de siempre para que la oposición salga en defensa del gobierno, y se muestre "leal" y con "visión de Estado".

Pero hasta donde uno sabe, esto es una democracia, es decir, un sistema que basa su legitimidad en la posibilidad de la alternancia pacífica en el ejercicio del poder. La democracia no es un régimen que esquive a los ciudadanos y les hurte la posibilidad de juzgar las actuaciones de sus gobiernos. Por lo tanto, si el gobierno de ZP nos ha llevado a una situación límite por su acreditada ineptitud y atolondramiento planetario, no tiene ningún sentido que la oposición pacte con semejante personaje a fin de sacarle a éste “las castañas del fuego”.

Si el actual gobierno no puede con la crisis, su obligación moral es dimitir y dejar paso a otro equipo que pueda afrontar esta desastrosa situación. Y lo mismo vale para la oposición: si considera que este gobierno es un auténtico desastre y cree que tiene soluciones para hacerlo mejor y ayudar a España a salir de la crisis, su obligación moral no es salir al rescate de quien nos lleva al desastre, sino decir alto y claro que éste debe irse y forzar la convocatoria de elecciones.

La alternancia es la clave de las democracias, que es tanto como decir que en democracia se debe castigar al gobernante que lo hace mal con la única moneda de curso legal en un régimen democrático: mandándolo a su casa tras la convocatoria de unas elecciones. Si, por el contrario, el pueblo lo reelige, estará ratificando su política.

Cualquier pacto que suponga mantener al frente de España al gran culpable de la terrible crisis económica y social de nuestra nación, será un acto que, lejos de ayudar a España, contribuirá a agravar la actual situación. Si la oposición pacta aplicar el programa del PP (el único alternativo, al menos económicamente) pero sin cambiar al gobierno del PSOE, lo que se producirá no será un pacto de Estado, sino una verdadera estafa democrática. Cualquier pacto o gobierno de concentración ha de pasar, ineludiblemente por un examen del ejecutivo en las urnas.

Otra cuestión es que, una vez celebradas las elecciones, el ganador, sea quien sea, debería tender la mano al perdedor y, esta vez con la legitimidad de las urnas, alcanzar los pactos necesarios para realizar las imprescindibles reformas estructurales que España necesita (no sólo económicas: educación, diseño de Estado, Ley electoral, etc.), incluso mediante un gobierno de concentración de los dos partidos nacionales, con dedicación exclusiva a sacarnos de esta terrible crisis, y dejando para otro momento las disputas partidistas.

Porque lo que necesita España es un pacto para salir de la crisis, no un pacto para salvar políticamente a su causante: el "planetario" Zapatero.