UNA TROIKA DEL PSE NEGOCIA CON BATASUNA

 

Artículo de CARLOS FONSECA en “Tiempo de hoy” del 2-5-05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Una troika de dirigentes socialistas vascos mantiene desde hace me­ses encuentros periódicos con tres representantes de la izquierda aberzale para sondear la posibilidad de abrir un proceso de paz. Son los "contactos oficio­sos" que el portavoz de la ilegalizada Ba­tasuna, Arnaldo Otegi, reconoció la se­mana pasada en una entrevista al diario belga De Mogen, si bien los limitó al PSE y los desvinculó del Gobierno de Rodrí­guez Zapatero.

Otegi no habla de oídas. Él es uno de los muñidores de los mismos junto al socialista Francisco Egea. Ambos son na­turales de la localidad guipuzcoana de Elgoibar, se conocen desde que eran niños y mantienen una buena relación personal, más allá de las diferencias ideológicas. El segundo, además, vive y trabaja en una empresa de la localidad. Los compañeros de Otegi en estos encuentros son Rafael Diez Usabiaga, secretario general del sindicato aberzale LAB, y el diputado na­varro de la coalición radical Pernando Barrena. Francisco Egea, que fue conse­jero del gobierno Ardanza en represen­tación del PSE hasta la ruptura del go­bierno de coalición con el PNV en 1998, acude a las reuniones acompañado de dos pesos pesados del socialismo vasco: Jesús Egiguren, presidente del PSE, y Jo­sé Antonio Pastor, líder de los socialistas vizcaínos y mano derecha del secretario general, Patxi López. Aunque estas son las delegaciones, no todos sus integran­tes han participado en todos y cada uno de los encuentros. Estos datos han sido confirmados a esta revista por dos fuen­tes políticas vascas distintas.

Las citas se iniciaron el pasado año y tenían como objetivo sondear la posibili­dad de abrir un canal de comunicación entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la izquierda aberzale para buscar puntos de encuentro que sirvan para poner fin a la violencia. El Plan Iba­rretxe aún no había sido aprobado en el Parlamento vasco con los votos de tres di­putados de Sozialista Abertzaleak (el grupo parlamentario de Batasuna) y el lendakari no había anunciado la disolución de la Cámara de Vitoria para convocar elecciones, aunque éstas estaban ya en el horizonte, al cumplirse en mayo de 2005 los cuatro años de legislatura.

 

Mensajes

 

 En los primeros encuentros la coalición radical trasladó a los represen­tantes del PSE su interés por concurrir a los comicios pese a la ilegalización, y pre­guntó por la actitud que adoptaría el Go­bierno si lo hacía con otras siglas. Los socialistas, por su parte, indagaron sobre el anuncio del fin definitivo de la violen­cia como elemento que podría favorecer dicha posibilidad. La convocatoria de los comicios en abril, con un mes de antela­ción sobre la fecha inicialmente previs­ta, dejó en suspenso las conversaciones, y la coalición radical optó por presentar una lista blanca, Aukera Guztiak, cuyas candidaturas fueron anuladas por el Tri­bunal Supremo, primero, y por el Tribu­nal Constitucional, después.

El desencuentro no impidió que ambas partes se emplazaran a mantener los contactos. Los últimos, previos a los comicios, han tenido lugar en el caserío Txillarre (brezo en castellano), un lugar discreto si­tuado en el barrio de Sallobente, a tres kilómetros del casco urbano de Elgoibar. Se trata de un establecimiento dedicado a la agricultura ecológica en el que ser sirven comidas previo encargo. Agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) han controlado el establecimiento. Una fuente conocedora de los encuentros ha asegurado a este semanario que se ha avanzado poco, si bien los portavoces del PSE han trasladado una oferta a la izquierda abertzale y a la propia ETA, y que está pendiente de ser respondida por la organización, y que sería un paso pre­vio al establecimiento de una línea de co­municación entre el Gobierno y la banda. Otra fuente consultada invierte el proce­dimiento y sostiene que ha sido la banda la que ha lanzado una oferta al Ejecutivo que éste está valorando.

Francisco Egea desmintió los encuen­tros a esta revista. "Ese es un tema –dijo-- ­del que yo no sé nada". José Antonio Pastor, por su parte, señaló que "no hay contactos ni oficiales ni oficiosos, y en lo que a mí respecta no tiene nada que ver con la realidad". También José Blanco, número dos del PSOE, incidió en la mis­ma línea en declaraciones a Antena 3. "No hay contactos -dijo-, lo único que hay es una voluntad de superar la ac­tual situación. Esa voluntad hay que ha­cerla hablando y, desde luego, el PSOE no va a renunciar a hablar si con ello se consigue el objetivo de alcanzar la paz, . pero es verdad que tiene que haber al­gún movimiento y, desde luego, ETA tie­ne que decir que abandona definitiva­mente las armas para que se pueda pro­ducir ese diálogo".

En la misma entrevista en la que Ote­gi reconoció la existencia de "contactos oficiosos" con el PSE, el portavoz de Ba­tasuna negó la existencia de ellos entre ETA y el Gobierno. "Lo único que noso­tros sabemos es que ETA está intentando abrir un canal de comunicación con el Gobierno español. No sabemos en qué consiste este intento. Si el Gobierno quie­re un guión sin lucha armada, tendrá que hablar con ETA sobre ese guión". La pro­pia banda había afirmado días antes, en una entrevista publicada por el diario Be­rria, que estaba intentando abrir una vía negociadora con el Ejecutivo de Rodrí­guez Zapatero y admitido que "hoy por hoy no hay en marcha ningún proceso de negociación". Una situación que aparece también reflejada en el último número conocido de su publicación interna, Zu­tabe, correspondiente al mes de marzo.

El proceso irlandés. Las fuentes con­sultadas señalan al sacerdote redentoris­ta Alec Reid, uno de los protagonistas del proceso de paz en Irlanda, como otro de los mediadores en el proceso de contac­tos, y aseguran que en los dos últimos meses ha acudido al menos en tres oca­siones a la sede del PSE en Guipúzcoa. Confesor del líder del Sinn Fein, Gerry Adams, hizo de mediador entre el IRA y el Gobierno británico en unas conversa­ciones que culminaron con la firma de la Declaración de Downing Street.

Reid fue uno de los mediadores inter­nacionales que el movimiento ciudadano Elkarri invitó años atrás para participar en una de sus conferencias de paz. Desde entonces ha seguido de cerca el conflicto y ha jugado un papel fundamental en los trabajos del Foro de Debate Nacional, un foro de diálogo para la resolución del con­flicto vasco creado en julio de 2003 por veinticinco partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales, la mayoría vin­culados a la izquierda aberzale, entre los que destacan Batasuna, EA, Aralar, Zu­tik, el partido vascofrancés Abertzaleen Batasuna (AB) y los sindicatos ELA y LAB, por citar los más importantes.

Los trabajos del foro han pasado prácticamente desapercibidos para la opinión pública, aunque el pasado 5 de marzo sus integrantes aprobaron un Acuerdo Básico para resolver el conflicto, que se an­toja como una de las piezas claves de un eventual proceso de diálogo. El citado Reíd y el ex gobernador republicano de Idaho (EE UU) Pete Cenarrusa actuaron como fedatarios del acuerdo que, en esencia, reconoce la pluralidad de la so­ciedad vasca y establece que - toda la ciudadanía de Euskal Herría ha de ser con­sultada sobre el futuro mediante el procedimiento consensuado entre los agen­tes".

ETA ha respaldado este Acuerdo Bá­sico, al que atribuye "gran valor político". "Si existe voluntad ---dice un documento interno de la banda--- puede poner las ba­ses para un proceso de solución al con­flicto, o al menos reúne las claves princi­pales para ellos".

La ilegalizada Batasuna y el PSE coin­ciden en este momento, más allá de sus

posiciones políticas antagónicas, en la necesidad de abrir un diá­logo multipartito, una mesa de partidos, en la que estén presen­tes todas las fuerzas políticas. Ambas formaciones, además, sos­tienen que el Plan Ibarretxe es un impedimento para ello, ya que es un factor de desencuentro con el sector no nacionalista de la socie­dad. Incluso la propia ETA seña­la en sus documentos la necesi­dad de superar el proyecto na­cionalista de PNV-EA para abrir un dialogo entre los partidos que dé pa­so a otro ---de carácter "militar", en alusión al fin de la violencia y la situación de sus presos--- entre la banda y el Gobierno.

 

Agravios

 

El PSE y Batasuna coinciden también en sus agravios con el PNV, aun­que por distintos motivos. Los socialistas porque acusan a los peneuvistas de la ruptura en 1998 de los gobiernos de coa­lición entre ambas formaciones para lanzarse a la aventura de Lizarra. Los bata­sunos por todo lo contrario: por el aban­dono del Pacto de Lizarra, que llevó a ETA a la tregua más prolongada de su historia. Estos agravios han decidido a ambas formaciones a intentar buscar un acuerdo sin la necesaria intervención de PNV-EA, partido al que quieren incorpo­rar al proceso de paz en su fase final pa­ra evitar que rentabilice políticamente el mismo.

Futuro político

 

 Batasuna quiere que un eventual acuerdo con el Gobierno que conduzca al fin de la violencia terrorista les convierta en la fuerza política de refe­rencia en el País Vasco, y que los 150.000 votos y 9 escaños logrados el pasado día 17-A por el Partido Comunista de las Tie­rras Vascas (PCTV-EHAK), para el que pidieron el voto, se incrementen conside­rablemente en futuras convocatorias elec­torales, la primera de ellas las municipa­les de 2007, hasta convertirla en alterna­tiva de gobierno. En resumen, quiere convertirse en una fuerza con un papel si­milar al de ERC en Cataluña, y traspa­sar al PNV el papel de CiU.

Con este panorama, la constitución del futuro Gobierno vasco ha pasado a un segundo plano. "Los resultados de los co­micios dibujan una situación política muy difícil, de un país ingobernable pero, aun­que resulte paradójico, ha generado una situación interesantísima para resolver el conflicto, porque obliga al diálogo", señala una cualificada fuente nacionalista. Un tesis en la que coincide Amaldo Otegi que, al ser preguntado sobre las dis­tintas combinaciones de cara a la elección del próximo lendakari, afirmó que el cen­tro del debate en este momento es otro. "La paz ---dijo--- es mucho más importan­te que saber quién gobierna. Nuestro candidato a lendakari se llama proceso de paz. Sería un fraude comenzar a ha­blar sobre quién gobierna o quién deja de gobernar. ¿Qué arregla eso?".

El lendakari Ibarretxe y el PNV se in­clinan por reeditar el tripartito que ha gobernado en Euskadi los cuatro últimos años, aunque en este caso dispondría de tan sólo 32 de los 36 escaños con que contaron en la pasada legislatura. Se tra­taría de un gobierno de gestión que tras­ladaría el peso político a la futura mesa de partidos que se cree en el Parlamen­to vasco. De la evolución de la misma dependerían futuros apoyos externos al Eje­cutivo ---del PSE y de EHAK, por ejemplo--- ­o bien la convocatoria de elecciones an­ticipadas en el plazo máximo de dos años, si la situación política quedara bloquea­da como consecuencia de una mayoría clara para poder gobernar. Sólo una tre­gua de ETA a corto plazo, dicen fuentes nacionalistas, podría modificar este esce­nario y abrir el camino a pactos estables.

La coalición PNV-EA considera que las pasadas elecciones han reflejado claramente su liderazgo, con once escaños más que la segunda fuerza más votada, PSE, y casi tantos votos (463.873) como la suma de populares y socialistas (481.224). Resultados que el presidente del PNV ca­lificó de "muy positivos", aunque "no ocultan que la fotografía real del mo­mento ofrece una gran complejidad que va a requerir esfuerzos añadidos.