ENTREVISTA A FELIP PUIG, SECRETARIO GENERAL ADJUNTO DE
CONVERGÈNCIA DEMOCRÀTICA
Por Jordi Barbeta y Neus Contreras, en “La Vanguardia” del
14.10.07.
Por su interés y relevancia he seleccionado la entrevista que
sigue para incluirla en este sitio web.
"El rumbo de CDC es la soberanía y la próxima
estación, la confederación"
Con un comentario al final:
¡ES UN CANCER DE PULMON, ESTUPIDO!
Luis Bouza-Brey, 14-10-07
Felip Puig acaba de ser
nombrado por Artur Mas secretario general adjunto de
CDC, dentro de una reorganización más amplia, pensada para abrir nuevos
horizontes al partido, al nacionalismo y a Catalunya. Puig confirma el nuevo
rumbo soberanista hacia un Estado plurinacional de estructura confederal, sin
renunciar, dice, al pactismo y la moderación que han caracterizado siempre a
CiU.
Perfil: Firmeza sin complejos
Con la cabeza puesta ya en sus nuevas obligaciones, Felip Puig i Godes (Barcelona,
1958) presume de 31 años de militancia en CDC. Tres décadas en las que se
conjugan la experiencia en la Administración pública –del ámbito municipal al
comarcal, sin olvidar sus responsabilidades en diferentes gobiernos de Pujol–
con el trabajo interno en el partido. Como secretario general adjunto, inicia
una nueva etapa en la que se plantea fijar un nuevo discurso nacionalista de
firmeza, que descarta con el mismo énfasis "la autocensura resignada y el
radicalismo estéril".
Empecemos por la actualidad. ¿Cómo vive su orgullo de ser
español?
Con total indiferencia. La españolidad hoy es para
muchos catalanes una circunstancia, no un atributo.
Después no se queje si le acusan de radical...
Estoy a años luz de la actual radicalización
nacionalista española. El nacionalismo de CDC se ha expresado en los últimos
treinta años de una manera tranquila, moderada y, como siempre, pactista.
Pero usted ha condenado la quema de fotos del Rey.
Quemar fotos del Rey hace más grande la bandera
española.
¿Entonces quizá su ideal soberanista es limitar el vínculo entre Catalunya y
España a un pacto con la Corona?
Como reto generacional, sí. Como estación final,
no.
¿Pero usted es monárquico o republicano?
A partir de mis valores republicanos, deseo que el
papel de arbitraje y mediación que la monarquía debe desempeñar en el nuevo
Estado plurinacional y en un modelo más confederal perviva frente al riesgo de
un presidente republicano del PP o del PSOE.
¿Está diciendo que es republicano pero que a Catalunya lo que le conviene es la
monarquía?
Sí, sí. España y Catalunya necesitan un árbitro
neutral que no tome parte y garantice el respeto a lo plurinacional, como en
Bélgica o el Reino Unido.
Confirma pues que CDC se ha desplazado hacia el soberanismo.
Pujol no vivía con tanta incomodidad la referencia española.
Pujol tuvo que asumir hipotecas que
hoy, afortunadamente, están amortizadas. El catalanismo también tenía como
objetivo modernizar España, y eso ya se ha conseguido. No en el ámbito
intelectual, pero sí en las estructuras institucionales, sociales, económicas,
europeas... Ahora, la nueva generación, como admite el propio Pujol, está
obligada por convicción a reorientar el otro gran objetivo del catalanismo, que
es avanzar en el autogobierno hacia la soberanía.
¿Próxima estación?
Empezamos a navegar en una segunda 150 años de
historia y no se liquida en dos semanas.
Pero ha dicho que el catalanismo ya no lidera Catalunya.
Cierto. Por primera vez en la historia democrática
del país, el catalanismo no lidera políticamente Catalunya. Y así nos va. Pero
eso no es fruto de la voluntad de los catalanes, porque existe todavía una
mayoría catalanista en el Parlament y en la sociedad,
sino de que la actual dirección de Esquerra Republicana ha preferido, por
intereses, legítimos, de partido cambiar de prioridad y apoyar a un presidente
claramente españolista como José Montilla.
En Frankfurt, Montilla hizo un discurso inequívocamente catalanista...
Hechos y no palabras. Hoy el president
Montilla ni siquiera está haciendo honor a su compromiso electoral. Nadie con
una mínima sensibilidad catalanista puede negar que vamos
para atrás. Montilla ha aceptado sin rechistar los decretos y las leyes del
Gobierno que reducen el poder político catalán. Corresponde al president dibujar un proyecto de país a medio plazo y en
eso Montilla es muy coherente: lo sitúa en una gran provincia española. Pero
eso no es todo. El catalanismo siempre se ha identificado con una determinada
escala de valores que hoy han desaparecido de la acción de gobierno.
¿A qué se refiere?
El tripartito de Montilla practica un modelo
autoritario de relación con la sociedad que está en las antípodas del
catalanismo y que se basa en la idea de que Montesquieu
ha muerto. Intervencionismo, control sistemático, atentados contra la libertad
de expresión... Si quieren continúo.
Parecía que, dentro de la refundación del catalanismo, buscaban a los
socialistas...
Definitivamente, el PSC es la delegación regional
del PSOE, y queda por tanto una parte del socialismo catalán que cree en el
proyecto de país y que hoy carece de referentes. Pero no sólo nos dirigimos a
los socialistas...
¿A quién más?
Nos dirigimos al espacio nacionalista que pueden
compartir CiU y ERC e incluso sectores de ICV que aún mantienen una cierta
prioridad por el proyecto de país... Y también a todas aquellas sensibilidades
catalanistas que no se mueven en el campo de la política pero que se mueven en
iniciativas ciudadanas, culturales, deportivas, espirituales, empresariales e
incluso sindicales. Hay muchos interlocutores que esperan una reacción que
supere el debate partidista y que priorice el proyecto de país.
Económicamente, el país no va mal.
No diré el nombre, pero un destacado político
europeo, buen conocedor de la realidad catalana, nos decía hace pocos días a Artur Mas y a mí que cunde un sentimiento de que Catalunya
está perdiendo el tren de la primera división en la que estábamos instalados. Y
ya no somos referente para muchas regiones de Europa.
La solución: mejor gestión de gobierno y liderazgo ante los nuevos retos,
dibujando un nuevo imaginario colectivo.
¿Cuál es su dibujo?
En el nuevo diseño tienen que participar muchos
protagonistas. Pero sólo CiU puede aportar la independencia política - la no
subordinación a España- y la capacidad de negociación que nos permita pactar
con cualquiera de los interlocutores de la política española.
En
política española, se pacta con el PSOE o con el PP.
El PP se ha cerrado todas las puertas al pacto con
CiU en este momento. Pero nunca hemos tenido ningún complejo por pactar con
quien fuera. La predisposición de CiU continúa siendo la misma, pero con una
diferencia... Si durante treinta años hemos tenido que contribuir a garantizar
la regeneración española, ahora el campo de maniobra es mucho más claro.
Estamos ante una gran oportunidad de priorizar Catalunya y al mismo tiempo
aportar equilibrio y moderación ante el empate técnico que se prevé en la
política española.
Una oportunidad que va a pilotar Josep Antoni Duran Lleida...
Sí. Voy a trabajar para mejorar nuestros
resultados. CiU será otra vez árbitro de la política española.
Si todo sale tan bien, Duran será ministro...
¿Por qué no? Siempre que se garantice el respeto y
la aplicación del Estatut y que se acepte que nuestra
participación en la política española es incompatible con la pervivencia del
tripartito.
La polarización entre PSOE y PP relega mediáticamente las terceras opciones y
CiU tiene la disputa principal de votos con el PSC, que se beneficia del
tradicional rechazo catalán al PP.
Si el estandarte es Zapatero, el PSOE tendrá una
debacle electoral, porque ha traicionado las reglas del juego. Además, tenemos
un gran activo: defendemos el proyecto de país, recordando que no aspiramos
únicamente a ser decisivos en España, sino también a recuperar el liderazgo en
Catalunya.
¿Qué le ha encargado exactamente Artur Mas en su nuevo puesto?
Mas delega en mí las funciones de coordinación del
partido y de sus diferentes estructuras para poner al día CDC, mientras él
impulsa un nuevo proyecto de país. Ante la desafección de la política, tenemos
que recordar que los partidos no son sólo instrumentos para ganar elecciones,
sino que, asimismo, son fábricas de sueños.
Y Oriol Pujol será portavoz en el Parlament.
Es una decisión que aún no se ha tomado pero que
tiene muchas posibilidades
Comentario final:
¡ES UN CANCER DE PULMON, ESTUPIDO!
Luis Bouza-Brey, 14-10-07
A grandes males, grandes
remedios. No se puede seguir ocultando la realidad, ni aceptando con respeto
las estupideces del Presidente del Gobierno. Ahora, ante la ofensiva
generalizada del nacionalismo radicalizado contra todo lo que signifique España
y democracia española no se puede definir la situación como la de ni siquiera
un resfriado para el país. Esto es una metástasis galopante.
Hoy lo vemos en esta
entrevista de uno de los dirigentes más influyentes de CDC: el objetivo es la
independencia después de una primera estación confederal. ¡Y acusa de radicalismo
a los demás, después de esta muestra patente de deslealtad!
Lo que debe quedar claro
de una vez es que la democracia española se enfrenta al problema de suma
gravedad de que el nacionalismo periférico no la ha aceptado, y que la única
posibilidad de frenar la descomposición y derrumbe de la democracia es una gran
coalición que haga frente de una vez a esta deriva con rumbo a la nada. Es
vital para la democracia española una gran coalición que defina de una vez el
carácter delirante, anacrónico y reaccionario de los nacionalismos, que les
haga frente, y que inicie las reformas constitucionales y electorales
necesarias para salvar la democracia. Pero sobre todo es vital que los dos
grandes partidos, además de recomponer el pacto antiterrorista, firmen un nuevo
pacto antinacionalista, pues el nacionalismo ha estafado al país con deslealtad
total, y ahora ya se ha sacado la careta. Por eso, ya no queda la posibilidad
de más diálogo, ni de bisagras nacionalistas, ni mandangas por el estilo: el
nacionalismo, aunque se vista con ropajes de moderación, es un movimiento antisistema manifiesto o hipócrita, al cual es vital hacer
frente con medidas decididas y enérgicas que hagan llegar a sus sociedades a la
conciencia de lo que nos jugamos todos: si nadie se preocupa del interés
público y cada uno ejerce ilimitadamente su particularismo egoísta, la
democracia no es posible. Ortega ya lo describió agudamente en "La España
invertebrada": todo es particularismo, faltan líderes en todos los
ámbitos, nuestro país está deshilachado... ¿es imposible la libertad?
Solamente es posible si
los dos grandes partidos hacen frente al caos emergente con firmeza y decisión,
haciendo llegar a la opinión pública el conocimiento de la gravedad de la
situación, y no poniendo cataplasmas estúpidas a una crisis galopante. La
democracia se viene abajo si el PP sigue confiando en pactos postelectorales
con los nacionalistas y no ayuda a la emergencia de una bisagra nueva
centrípeta (léase UPyD). La democracia se viene abajo
si el PSOE sigue corrompiéndose por mantenerse en el poder en manos de una
dirección de ineptos. La democracia se viene abajo si frente a la crisis
algunos echan leña al fuego desestabilizando la Monarquía. La democracia se
viene abajo si la población de España ---de toda España, incluidas Cataluña,
las provincias vascas y Galicia--- no es consciente del peligro existente de
perder la libertad, y sigue ensimismada o engañada por la propaganda y la
perversión democrática del Gobierno. La democracia se viene abajo si catalanes
y vascos no se dan cuenta de que si la democracia española se viene abajo los
arrastrará en su caída.
¿Pero qué diablos pasa en
este país? ¿Somos todos idiotas? ¿No tenemos remedio? ¡Despertad de una vez,...!
(pongan en los puntos suspensivos la exclamación que crean más efectiva, a mi
ya todas me salen demasiado gruesas).