EL PRÍNCIPE DE LA PAZ ATACA DE NUEVO
Editorial de “La Gaceta” del 28 de julio de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web
La legendaria capacidad de Zapatero para no dejar que la realidad le
arruine una de sus ocurrencias es, como se sabe, perfectamente compatible con
su impavidez para decir digo donde había dicho Diego.
Con un breve comentario al final:
¿DÓNDE ESTÁ LA EXTREMA
DERECHA?
Luis Bouza-Brey, (28-7-10, 19:30 hs.)
Hay asuntos en que, sin embargo, Zapatero nunca dará marcha atrás, porque forman parte de su más íntima vocación, de sus deseos más hondos. Uno de ellos es el anhelo de pacificar, a su manera, las relaciones con ETA. No se trata de una rareza, porque se encuentra en perfecta sintonía con la idea de que la España constitucional está mal hecha, y que esa mala hechura debe ser modificada y rota para que españoles, catalanes y vascos, como él lo diría, puedan vivir en paz. La fórmula política que ha de garantizarlo será la nueva izquierda que él está creando: una coalición que impida definitivamente el triunfo de la derecha, de quienes son los responsables de las tensiones que rompen este país, según la sectaria e interesada historia con que se nutre.
En
su virtud, Zapatero tendrá que pasar por encima de la sentencia del
Constitucional y, sobre todo, tendrá que lograr la paz con ETA. En una
entrevista reciente se ha apresurado a declarar que el fracaso del proceso de
paz sembró la “solución definitiva”, o sea, que él sigue en ello. A un tiempo,
y de manera harto sospechosa, el órgano oficial de la banda se las promete muy
felices: algo sabrán. Este Gobierno es un desbarajuste, salvo en la
coordinación de sus feos negocios con ETA, como lo demuestra la férrea armonía
con que se coordinan sus acciones y sus despistes. Es imposible atribuir a la
casualidad las delicadezas del señor Rubalcaba con los inquilinos de Nanclares,
los acercamientos de presos, la desaparición de De Juana Chaos o la liberación
de Usandizaga, para que se ocupe de su mami. Los gestos del Gobierno hacia los
asesinos, que se nos presentan como dóciles corderos deseosos de ser concejales
de la unión de izquierdas, se multiplican y se aceleran, es decir, que el
Gobierno tiene un plan porque Zapatero tiene una obsesión, y necesita exhibir
algún triunfo, por más que sea aparente y vaya manchado de sangre, ante el
período electoral en el que estamos entrando.
Todo indica que estamos ante una repetición del escenario de 2005. Lo que
entonces podía ser visto como síntoma de la fortaleza política del Gobierno que
se atrevía, insensatamente, con todo, es hoy consecuencia de su debilidad, de
la necesidad de ofrecer algo que justifique de algún modo una política cobarde,
miope, indistinguible de la alta traición.
España no es tan débil como Zapatero y no tiene que pagar con gestos y con
prebendas el uso de las bombas y el asesinato indiscriminado de inocentes. La
banda está débil, pero nuestro Gobierno lo está todavía más, y pretende sacar
pecho a costa de un nuevo paso en falso que dará nueva vida a ETA para que nos
amargue un poco más la nuestra. Hasta el más lerdo de los analistas reconocerá
que cuando una banda de asesinos obtenga premio por sus crímenes, lo que se
garantiza es que cometa tropelías mayores, porque cualquiera de sus asesinos
entenderá que las mercedes han sido logradas a golpe de pistola, y que sería
una necedad dejar las armas, aunque, como es obvio, haya que disimular que así
se ha hecho. Hoy mismo publica este periódico que la banda ha robado coches,
matrículas y troqueladoras en el sur de Francia. Como
se ve, todos a lo suyo, la banda a extorsionar y matar, y Zapatero a engañarnos
de nuevo, a ver si su sueño le convierte en Príncipe de la Paz, a ser posible,
a título vitalicio.
Breve comentario final:
¿DÓNDE ESTÁ LA EXTREMA
DERECHA?
Luis Bouza-Brey, (28-7-10, 19:30 hs.)
En este país, de un tiempo a esta parte, se
descalifica a los que dicen las verdades, reputándolos como miembros de la
extrema derecha. Pero ser de extrema derecha es resistirse a la modernización
del país mediante técnicas golpistas que destruyen la democracia, y esa
definición corresponde a la política del actual Gobierno. Éste, en efecto, ha
promovido y promueve un golpe institucional para violar la Constitución
mediante su derogación implícita por un Estatuto que persigue la ruptura de la
unidad del país, y la realización de los objetivos de un etnonacionalismo cuya
obsesión ideológica es la destrucción del pluralismo étnico y cultural en sus
territorios, y la imposición forzosa de la cultura de una etnia sobre las de
las demás.
Este monolitismo reaccionario destruye la
libertad y la igualdad de los españoles, viola los principios democráticos y el
Estado de Derecho, desarticula el Estado común y crea una crisis moral,
política, económica y cultural que nos hace retroceder hacia la época precontemporánea.
A esa política si que se la puede calificar
como de extrema derecha. Reúne todos los rasgos: reaccionarismo, golpismo,
sectarismo etnicista y oposición a la democracia. Y todo
ello, mediante la traición del PSOE-PSC a sus electores, a sus principios fundacionales
y a sus programas electorales, permutándolos por la obtención de apoyos para
alcanzar el poder y mantenerse en él. Indignidad al cuadrado: llevan años
representando un espectáculo repugnante para cualquier demócrata.
La democracia española ha muerto: demos
gracias al PSOE-PSC, a su Secretario General Rodríguez Zapatero, y a sus
aliados. Y ampliemos nuestro agradecimiento a la reciente incorporación de Felipe
González al club etnonacionalista. Ya está clara la definición del “socialismo”
“nacional” del PSOE: ¡Todo por… las
lentejas!