LA ‘VIEJA GUARDIA’ DEL PSOE LANZA A CHAVES PARA DESBANCAR A ZAPATERO

Informe de  Enrique Morales en “La Gaceta” del 23 de febrero de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web

 

El vicepresidente prepara el asalto al poder desde Andalucía y para ello tiene el apoyo del Grupo Prisa.

 

Madrid.- La vieja guardia del PSOE se ha movilizado para lanzar al vicepresidente tercero del Gobierno y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, como puntal de su asalto al poder, con el fin de sustituir al presidente José Luis Rodríguez Zapatero como candidato de los socialistas en las próximas elecciones generales, según han reconocido a LA GACETA diversas fuentes de esta formación.

Aprovechando la mala imagen del Gabinete y su debilidad para dar una respuesta a la crisis, la vieja guardia ha diseñado una estrategia a medio plazo para que Chaves maniobre la candidatura del PSOE en las generales.

La jugada de los socialistas veteranos pasa por reforzar el peso del vicepresidente tercero del Ejecutivo en el Partido Socialista de Andalucía tras la celebración del congreso extraordinario de la formación que tendrá lugar los días 12 y 13 de marzo y en el que José Antonio Griñán tomará las riendas del partido, según admite  uno de los consejeros andaluces fieles al actual presidente andaluz.

Andalucía es la región que más delegados aporta al Congreso Federal del PSOE y, por tanto, es determinante a la hora de designar el candidato.

Según reconoce un alto cargo de la provincia  por la que es diputado el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para llevar a cabo su objetivo Chaves cuenta con el apoyo del Grupo Prisa, que en las últimos semanas ha estado salvando la cara al ex presidente andaluz frente a un Ejecutivo obligado adoptar ahora medidas impopulares como el jubilazo o la reforma laboral.

El pasado 8 de febrero El País aseguraba en una de sus informaciones que Chaves trató de frenar el recorte de las pensiones y que para ello se opuso a prácticamente todos sus compañeros de Gobierno.

El vicepresidente, según la información, dio la cara por el  ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, en ese  momento ausente, y por los sindicatos, cuestionando la modificación del método del cálculo de las pensiones, porque supondría una rebaja sustancial de las prestaciones.

La noticia dejaba claro que el vicepresidente se oponía a la línea más dura del Gobierno, encabezada por la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y respaldada por Zapatero.

Desde Ferraz se ha asegurado que lo publicado en El País era una filtración interesada, que contó con el apoyo de Prisa, con el objetivo de ir consolidando una imagen de Chaves como sustituto viable de Zapatero, con capacidad de frenar una reforma, la de las pensiones, impopular y antisindical.

Otras fuentes, estas de los socialistas madrileños, admiten las intenciones de Chaves, pero aseguran que es la vieja guardia la que está detrás de la estrategia, en la que el vicepresidente sería un simple ejecutor, primero como una operación de desgaste y reforzamiento de su imagen, y luego aportando su poder en Andalucía.

Si en un primer momento la vieja guardia socialista tanteó al veterano Javier Solana, un político con un reconocimiento y un prestigio internacional más que acreditado, para sustituir a Rodríguez Zapatero, ahora es Chaves el que personalmente mueve todas las fichas a su alcance para relevar al presidente.

En los últimos meses han sido muchas la voces dentro del Partido Socialista las que han reclamado un cambio en el liderazgo en la formación con el fin de contrarrestar unas encuestas que dan un claro el triunfo al Partido Popular si en las actuales circunstancias se celebrasen elecciones.

Chaves asumió hace menos de un año la vicepresidencia tercera del Gobierno, un cargo sin competencias reales y cuyo principal cometido es la celebración de la Conferencia de Presidentes, un auténtico fiasco tal y como se demostró en la última que tuvo lugar el pasado diciembre.

La cartera de Política Territorial es un área que con anterioridad gestionaba un secretario de Estado, adscrito al Ministerio de Administraciones Públicas. Dentro de este departamento, el otro área de peso, la de Función Pública, está ahora gestionada directamente por la vicepresidenta Fernández de la Vega.

La pomposidad del cargo de Chaves, unida a las mínimas competencias que lo acompañan, evidencian que su entrada en el Gobierno fue una estratagema de Zapatero para sacarlo a la fuerza de la Junta de Andalucía, en la que llevaba casi dos décadas gobernando. El vicepresidente tercero ha estado años enfrentado abiertamente a Zapatero.

Chaves por Griñán   

El sustituto de Chaves en la Junta de Andalucía fue José Antonio Griñán. Ambos, que tienen casi la misma edad y fueron ministros de Trabajo con Felipe González, siempre han mantenido una relación de amistad y junto a sus esposas y a las socialistas Amparo Rubiales, Carmen Hermosín y Rosamar Prieto, han compartido numerosos fines de semanas de cine y cenas.

Sin embargo, esa íntima relación ha ido empeorando, fundamentalmente porque Chaves no ha sabido apartarse de la política andaluza y dejar su espacio a Griñán.

El congreso

Griñán, apoyado por el aparato de Ferraz y personalmente por José Blanco, decidió hace unas semanas lanzar un órdago a su amigo Manuel Chaves forzando un congreso extraordinario a mediados de marzo, dos años antes de lo que estaba previsto y pactado.

Con la convocatoria anticipada del congreso, el actual presidente de la Junta trata de consolidarse como líder de los socialistas andaluces.

La precipitación del cónclave se debe, en parte, a los malos resultados para el Partido Socialista que recogen encuestas como la elaborada por la Consejería de Presidencia de la Junta y Confederación de Entidades para la Economía Social de Andalucía, Cepes-Andalucía, ambos organismos afines al Gobierno regional.

En la primera, se evidenciaba que siete de cada 10 andaluces desconfiaba de la política de la Junta, pese que los socialistas sacaban ligera ventaja a los populares, y en la segunda, el PP ganaba al PSOE por seis décimas.

Sin embargo, la verdadera razón es acabar con la bicefalia en el socialismo andaluz. Griñán y Blanco tratan de apartar de los actos internos del partido a Chaves, en los que hasta ahora había sido protagonista. El instrumento, un congreso que refrendará a Griñán como secretario general del PSOE-A y que posiblemente impulse su imagen, menos conocida por ejemplo que la de su consejera de Obras Públicas, la ex comunista Rosa Aguilar.

La intención de Chaves, pactada con anterioridad con Griñán, era que el cónclave de los socialistas andaluces se celebrará entre las municipales y las autonómicas, de forma que así podría mantener todo el poder orgánico del partido en la comunidad.

Pero los cuestionamientos de su liderazgo no sólo desde el PP, sino también desde su partido, han cambiado radicalmente su decisión.

Ahora el temor en Ferraz es que el congreso de mediados de marzo deje demasiado poder a Chaves si se concede un papel relevante a jóvenes del partido como al diputado cordobés, Rafael Velasco –actual secretario de organización del PSOE-A–, o el secretario general del PSOE de Huelva, Mario Jiménez.