EL CASO MILLET Y CDC

Artículo de Jordi García-Soler en “El Plural” del 15 de octubre de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

Los más de 630.000 euros –esto es, más de 105 millones de las antiguas pesetas- que la Fundació Catalanista i Democràtica Trias Fargas, vinculada a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), recibió de la Fundació Palau de la Música Catalana, han puesto en cuestión la financiación del partido fundado por Jordi Pujol y liderado ahora por Artur Mas. Sin excepción, todos los partidos políticos catalanes exigen a CDC que dé a conocer públicamente las cuentas de su fundación. Coinciden en ello tanto el PSC y sus socios en el Gobierno de la Generalitat, ERC e ICV-EUiA, como el PP y C’s, mientras los socios democristianos de UDC de la federación nacionalista CiU se desmarcan de CDC y dejan claro que, al igual que las restantes formaciones catalanas, nunca fueron financiadas directa ni indirectamente por la trama delictiva dirigida por Fèlix Millet. Una trama delictiva que podría haber desviado hasta cerca de 20 millones de euros del Orfeó Català y el Palau de la Música no sólo en su propio beneficio personal y familiar sino también en el de CDC, el único partido político que recibió sustanciosas donaciones de Fèlix Millet, si tenemos en cuenta que el entonces ya militante de CDC Àngel Colom recibió de Millet 25 millones de pesetas –esto es, 150.000 euros-, a través de la nonata Fundació Espai Catalunya, se supone que para pagar las deudas del entonces ya extinto Partit per la Independència (PI) creado por el propio Colom junto con Pilar Rahola.

Quedan muchos interrogantes que CDC debería aclarar públicamente y de manera urgente. Porque no está nada claro cómo una fundación privada como la del Palau, dedicada a la música y la cultura, financia a una fundación política como la Trias Fargas, de la que se desconoce que realice actividades musicales ni culturales. Parece extraño que una fundación privada como la del Palau sea comparable a las grandes empresas constructoras, todas ellas con importantes contratos con los gobiernos de la Generalitat presididos por Jordi Pujol, que donaron también cuantiosas cantidades de dinero a la Trias Fargas, aunque sin sumar entre todas ellas la cifra donada por la fundación del Palau.

¿Por qué no da a conocer CDC las cuentas de su fundación, como prometió su actual presidente Joaquim Ferrer, escudándose en que ya son conocidas por el Departamento de Justicia de la Generalitat y la Agencia Tributaria?

¿Por qué el Gobierno de la Generalitat presidido por Jordi Pujol desoyó en 2002 los avisos de la Sindicatura de Cuentas sobre las finanzas del Palau de la Música?

¿Por qué en 2003, en pleno idilio aún entre CiU y PP, Hacienda desoyó también denuncias anónimas sobre las irregularidades financieras del Palau, advirtiendo de la existencia de financiación irregular de partidos políticos?

¿Por qué Fèlix Millet llegó a retirar hasta 1,1 millones en billetes de 500 euros poco antes del inicio de la campaña de las elecciones de 2003?

¿Es cierto que la Fundació Trias Fargas recibió donaciones de Fèlix Millet en dinero negro?

¿Por qué el Gobierno de CiU concedió a Fèlix Millet, a través del Orfeó Català, una licencia de televisión, traspasada posteriormente al Grupo Godó, es de suponer que mediante una sustanciosa compensación económica?

¿Fue la Trias Fargas la única fundación vinculada a CDC beneficiada con donaciones de la Fundació Palau de la Música Catalana?

Estas y muchas otras son las respuestas que Artur Mas, como líder de CDC, debería responder en público.

Jordi García Soler es periodista y analista político