CAMBIO DE RÉGIMEN: LAS CONSECUENCIAS NO SERÁN VIRTUALES

 

 Artículo de Juan Carlos Girauta en “Libertad Digital” del 28.04.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con un muy breve comentario al final:

 

 ¡ESTE ES EL DIBUJO! (L. B.-B., 28-4-06, 6:00)

 

 

La revolución en marcha es de nuevo cuño, posmoderna y, en gran medida, virtual. Pero no lo serán sus consecuencias. Presenciaremos efectos bastante tradicionales: degradación política, creciente abuso de poder, violación flagrante e impune de las leyes, derrumbe de legitimidad, desprestigio institucional y un período de general incertidumbre (mortífero en lo económico, en el menor de los casos) donde la defensa de derechos y libertades en peligro de desaparecer por el desagüe de la fractura territorial se convertirá en cuestión urgente y capital. Esto no es extraño; la cuestión capital siempre es la libertad, las libertades individuales, aunque las sociedades acomodaticias no reparen en ello mientras no las vean muy seriamente amenazadas. Y algunas, ni siquiera con las amenazas consumadas.

Está en el origen de esta involución el apego insensato de la izquierda y los nacionalismos a un error que la nación había pagado ya muy caro: el sometimiento moral y simbólico de la derecha, su premeditada expulsión del sistema, amortiguada con prebendas a algunos de sus actores políticos, medios de referencia y eventuales financiadores. Lo sabido: la habitual administración de amenazas y promesas para consolidar una desigualdad estructural.

Siendo de nuevo cuño, los precedentes que encontramos son parciales. El cuadro general se pinta sobre una España más próspera, más solidaria y más llena de oportunidades que nunca. Nuestra maldición no está en las gentes sino en la clase política; en concreto, en aquella parte que, sin recato, se reconoce en los forjadores del desastre de los años treinta. Tiene bastante el gobierno –o así lo creen sus miembros– con conducirse como si no pasara nada. Descalifican, tratan de amordazar, ridiculizan a cuantos advierten del peligro. ¿No invocan los gobernantes la Constitución? Pues eso basta en el universo congelado de lo nominal. Será catastrofista, apocalíptico, crispador quien extraiga conclusiones lógicas de las premisas llamadas Estatuto de Cataluña, proceso de paz u 11-M. Los que coinciden en sus siglas con las del fratricidio van bebiendo sorbito a sorbito de fuentes de legitimación alternativas mientras se secan la nación soberana, el régimen del 78 y, con ellos, cualquier garantía eficaz de nuestros derechos fundamentales.

 

Muy breve comentario final:

 

 ¡ESTE ES EL DIBUJO! (L. B.-B., 28-4-06, 6:00)

 

Girauta acierta de pleno en el dibujo y el diagnóstico de la situación: lo demencial de todo esto es que gratuitamente para un país que ni se lo olía, por exigencias de mantenerse en el poder y de sectarismos de ineptos, se ha dinamitado desde el Gobierno y el nacionalismo catalán la primera Constitución de nuestra Historia que no se definía como un trágala de una parte del país sobre la otra, y se ha puesto en marcha un proceso de degradación política que producirá consecuencias muy graves para todos.

Y esto ya no va a ser un asunto de responsabilidad política únicamente, sino que en cuanto comiencen a manifestarse los efectos de esta locura se van a comenzar a exigir responsabilidades penales, si el referéndum estatuyente y el Tribunal Constitucional no frenan en seco todo el proceso.

Y luego se asombran de que algún militar avise: cuando se viola la Constitución, cuando se la transforma de normativa en nominal, cuando la irresponsabilidad y la frivolidad políticas se convierten en la actualidad de cada día, volvemos a las andadas y a los peores momentos de nuestra Historia...la inestabilidad política se hará endémica, el Estado se debilitará estructuralmente, los inversores internacionales se irán a otro sitio, la economía se deteriorará,  la radicalidad del enfrentamiento y los conflictos concretos se irá incrementando, ¿ y volveremos a los pronunciamientos?

Todo esto no es ninguna broma, pero el país sigue en la inopia. Lo que me intriga es qué hará el pueblo de Cataluña, que es por donde comienza todo este proceso. ¿Entrará en juego el "seny" para reenderezar el rumbo? ¿o este combinado letal de élite política inepta y sentimentalismo popular primitivo tienen noqueado al país hasta el suicidio?

Vuelvo a confirmar mi acierto en el diagnóstico: en 2003 escribí un artículo que se preguntaba "Cataluña en picado, ¿y España detrás?" La respuesta es sí. Lo peor es que dentro de tres años volveré a confirmar el diagnóstico de Girauta y el de este comentario. Así que,

 

¡CIUDADANOS DE CATALUÑA Y DE ESPAÑA, DESPIERTEN!