ESTATUT,
PP Y Z : DE INCUMPLIDORES E INCOHERENTES
Artículo de Juan Carlos Girauta en “Libertad Digital” del 29.04.08
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Es
una verdadera lástima que el PP haya optado al final por la incoherencia: no tendrá
barcos ni honra.
El artículo 210 del Estatut
prevé un órgano bilateral Estado-Generalidad para todo lo relativo a la
financiación autonómica. Resumiendo, la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y
Fiscales Estado-Generalidad concreta, aplica y actualiza el sistema de
financiación y canaliza todas las relaciones fiscales y financieras de la
Generalidad y el Estado.
Hay dos cuestiones
diferentes sobre las que todos deberían pronunciarse: a) el grado de afinidad
con el espíritu de esa norma; b) la postura a adoptar ante leyes vigentes. En
las múltiples discusiones sobre financiación autonómica se entrelazan ambas
cuestiones, lo que es erróneo, o se elude una de ellas, lo que es parcial.
Empezaremos por la segunda, más sencilla porque admite la invocación de un
axioma: las leyes hay que cumplirlas, nos gusten o no.
Zapatero no debería
impulsar normas que no piensa cumplir, pero prefiere obtener réditos políticos
agradando a sectores que amplían su base electoral. Del mismo modo, Zapatero
podría instar derogaciones de normas que no cree adecuadas, pero prefiere
incumplirlas sin más y eludir el coste político de un cambio explícito.
En cuanto al grado de
afinidad con el espíritu de la norma, subrayo que el mío es nulo con respecto
al citado artículo y a muchos otros del Estatut, pero voy al axioma: hay que
cumplirlo en tanto no lo anule el Constitucional. El grado de afinidad del PP
se aproximaba a cero: recogió millones de firmas precisamente por no admitir el
fundamento de la bilateralidad que impregna toda la pieza, la llevó al TC, etc.
Sin embargo, ha acabado extendiendo a sus autonomías la filosofía que rechazaba,
y hoy bendice un lobby Cataluña-Valencia que eleva parejos memoriales de
agravios ante Madrit.
A Zapatero, comadrona
del Estatut, ¿cómo no suponerle una total afinidad? Pues no. La verdad es la
opuesta, y se dispone a ignorar las previsiones de la norma. Ergo impulsó una
ley que no pensaba cumplir. ¿Por qué? Para cosechar votos catalanes de todas
las latitudes políticas mientras obligaba al PP a tomar decisiones que
supusieron su definitiva satanización mediática y política en Cataluña. Es una verdadera
lástima que el PP haya optado al final por la incoherencia: no tendrá barcos ni
honra.
¿Y Cataluña? ¿Cómo
queda? Tal como la vio Josep Pla hace setenta y seis años: “Una serie de largos
errores, de equivocaciones políticas profundas, de diletantismos
gratuitos, han dado a la política catalana una ineficacia completa. En Madrid,
la política catalana ha tenido, comparado con otros momentos, un trato de favor
que habría podido aprovecharse fácilmente (…) La única oposición se la ha hecho
Esquerra a sí misma con su incompetencia. Pero inevitablemente Cataluña pagará
las consecuencias un día u otro”. (La Veu de Catalunya, 28 de febrero de
1932)
Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.