PSC, ADIÓS A TODO ESO

Artículo de Juan Carlos Girauta en “Factual” del 15 de marzo de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web


A finales de 2003, los socialistas catalanes acometieron un arriesgado experimento político cuyo principal peligro radicaba en su lógica complaciente: pactar con ERC comportaba tantas amenazas como recompensas inmediatas. A riesgo de desdibujar su mensaje y su proyecto, llovían los premios para el aparato, crecían las compensaciones personales en forma de despachos oficiales, el inmenso poder del DOG (el BOE catalán), la tarta presupuestaria, los informes sin cuento para ayudar a los amigos y clientelizar la universidad, los colegios profesionales, las patronales, los sindicatos…, los retiros dorados y, last but not least, el dulce desquite por tanta humillación pujolista. Ah, el poder. Las viejas siglas separatistas con las que el PSC se casaba para lograr todo lo anterior no transmitían el bagaje completo que traía la Esquerra, aunque sí un regusto inquietante, errores que recidivan a intervalos de setenta años. Completaba la indigesta tarta una guinda rojiverde que ha resultado ser lo más indigesto del trágala.

Maragall era mucho Maragall. Gozaba del prestigio de sus Juegos Olímpicos. Suyos, sí, como se reflejó en la desgana con que Pujol, más sombrío que nunca, aplaudía acrobacias surrealistas pegadito al Rey. Y como Maragall era mucho Maragall, cosechó votos de aquí, de allá y de acullá. Hubo un tiempo que hasta la Asociación por la Tolerancia premiaba a aquel hombre indómito, considerado entonces un defensor de los derechos de los castellanohablantes. Cierto es que los dejó plantados a mitad de homenaje molesto por unos ataques a Pujol. Todo sea dicho.

Tan Maragall era Maragall que casi olvidamos que gobernó habiendo perdido las elecciones, manga ancha con la que no ha contado su sucesor, el implacable apparatchik Montilla, el hombre de hielo, la estatua. Por eso Maragall llevó al PSC a su mayor representación parlamentaria y por eso Montilla, si hay que creer al Instituto Noxa, que suele clavar resultados cuando trabaja para La Vanguardia, va a dejar a los socialistas catalanes reducidos a la mitad de CiU. Números cantan: al PSC de Montilla, a ese partido que arriesga en la misma medida en que se premia, nadie lo ve ya como una alternativa al nacionalismo sino como una excrecencia del mismo. Y de ahí todo.

Juan Carlos Girauta es director de Factual.es.