LA LLAMADA

 

 Artículo de David Gistau en “El Mundo” del 04.01.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

Despertamos, y no eran el dinosaurio ni la Igartiburu en tanga, sino el Estatut, lo que seguía allí.

Arrastrado por su peso, Zetapé parece aquel piloto aerostático del chiste que, inminente el impacto, no soltaba lastre, sino que intentaba hinchar el globo con un secador de pelo. O con unas cuantas entelequias evangélicas adscritas a ese «patriotismo social» de algodón de azúcar que a Zetapé, a la manera del artista anteriormente conocido como subcomandante Marcos, no le queda sino salir a promocionar en moto como quien reparte consignas en vez de pizzas. El Zapa-Tour de Zetapé, o la ocultación del hecho mediante el verbo. El disfraz de redentor quijotesco, sin pipa en los espacios cerrados para no quebrantar la ley antitabaco, como maniobra de distracción para que no se noten los tres lastres que, inminente el impacto, intenta sostener con su secador de pelo: el reflejo autoritario contra la discrepancia, el secuestro del socialismo por el nacionalismo y el tufo a corrupción y amiguismo que exhalan opas y concesiones televisivas. Elegimos un mal año para dejar de fumar.

Y mientras, Rubalcaba intenta ponerle collar al dinosaurio en el transcurso de unas negociaciones que parecen las del pago de un rescate antes que las de una nueva Transición que viniera a renovar un espíritu del 78 anticuado. En cualquier caso, y si en verdad, como sugiere Guerra y no la Caverna, estamos en una encrucijada de consecuencias históricas para el país, lo inconcebible es que ésta vaya a resolverse sin implicar en el proceso a un partido con diez millones de votantes al que la propaganda intenta hacer pasar por excéntrico para justificar su liquidación civil.

Pero, en todos los casos de secuestro, hay una llamada de teléfono que los extorsionadores prohíben hacer. Y que en este caso no es a la policía, sino al PP, partido proscrito para todo según los sagrados mandamientos que el nacional-socialismo se hizo cincelar, no en el Sinaí, sino en el Tinell, para pastorear a su pueblo desde un absolutismo de inspiración antropológica y sentimental, como acaba de decir Azúa. El embrollo histórico está creado, y no se va a resolver con unas negociaciones estancadas ni abandonando a Pérez-Carod, como al abuelo, en una gasolinera.Rajoy ya le ha pedido a Zetapé que haga la llamada prohibida.Con lo cual el presidente se enfrenta ahora a otra encrucijada, ésta personal, que es la que según el tópico diferencia al político, al que sólo preocupa la próxima elección, del estadista, que tiene la mirada puesta en la próxima generación.

Si a pesar de las advertencias de sus propios veteranos, que no de la Caverna, Zetapé prefiere asegurarse el poder aunque sea creando un problema para la siguiente generación, entonces no hará esa llamada. Y no quedará sino comprobar cuánto aguanta en el aire un globo sostenido por un secador de pelo.