EL WATERLOO DE ZAPATERO
La economía española va
irremediablemente al despeñadero con este capitán al mando.
Artículo de José Luis González Quirós en “La Gaceta” del 01 de diciembre
de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Las
elecciones catalanas marcan de manera inequívoca el final definitivo de una
estrategia que ha condicionado desde 2004 el conjunto de la política española.
Los resultados del domingo muestran con toda claridad que los catalanes han
dado la espalda a una política basada en dos ideas complementarias, un
catalanismo impostado y absurdo, y una política netamente izquierdista, unas
ideas que han llevado a Cataluña a su peor situación en los últimos ocho años.
Con
ser eso importante, hay todavía más: el triunfo del PSOE en las generales de
2004 hubiese sido imposible sin los votos catalanes, los de esos electores que
aún no se habían dado cumplida cuenta del chantaje político al que estaban
sometidos. Es extremadamente improbable, al menos en el medio plazo, que pueda
volver a darse un triunfo nacional del PSOE apoyado en el nacionalismo catalán
de izquierdas.
El
socialismo ha hundido Cataluña y lo peor es que lo ha hecho a lomos de una
mentira burda, pero políticamente eficaz, como se ha visto. El PSC gobernaba
administrando el descontento y los agravios frente a las regiones en que se
dilapidan los fondos públicos que esos mismos catalanes creían pagar en
exclusiva.
Lo
chusco de la situación es que el PSOE ha sido el responsable de ambas
políticas, de irritar a los nacionalistas con España (esa fue la idea directriz
del fallido Estatuto), y de extorsionar a Cataluña, pero también a Madrid, con
lo que ellos venden como solidaridad en Andalucía y Extremadura, por ejemplo, y
que en realidad es un manejo irresponsable de los caudales públicos para
mantener a los electores en situación de dependencia. Esta mentira parece haber
agotado su poder, y bien haría el PP en no recrearla cuando le llegue el
momento.
No se
trata de que a Zapatero se le haya descuajaringado su estrategia de fondo en
unas elecciones regionales. Se trata de que este descalabro colma
un vaso ya bien repleto de sinsabores y decepciones para cualquier buen
socialista. Zapatero lleva una racha que derribaría de su sitial a cualquier
político con un mínimo sentido de la realidad. En política hay una ley
inexorable: los plazos se cumplen y las hipotecas se pagan. Zapatero ha
pretendido torear la crisis negando su existencia e insultando soezmente a
quienes se atreven a contravenir sus delirios. Ahora está empezando a sentir en
sus carnes el precio de una actuación sin otro sentido posible que un
cortoplacismo extremo y el empeño en sobrevivir a toda costa. Sus aliados
pueden pretender que mantener la calma y la estrategia del disimulo sirva para
algo, pero es suicida hacerlo. El periódico de cabecera del viejo PSOE incurrió
ayer en ese feo vicio relegando la noticia de los resultados catalanes a una
leve esquina de su portada, como si se tratase de un suceso curioso acontecido
en las antípodas.
El
todavía líder acaba de comprobar el caso que le hacen en Madrid, cuna y cabeza
del socialismo español, ha pactado su continuidad por unos meses con quien está
cercando al más digno de sus Gobiernos, el de Patxi
López, y continúa mareando la perdiz con las medidas necesarias para atajar el
desastre, como si su figura política fuese susceptible de un arreglo. Se
parapeta detrás de Rubalcaba o de Salgado como si él estuviese dedicado a
fabricar la piedra filosofal, fuera del día a día de un Gobierno que no acierta
ni cuando rectifica y contempla, aparentemente impávido, como hasta en su
propio partido le pierden el mínimo respeto.
¿Qué
dirá ahora de estas elecciones, él que se atrevió a echar en cara al Partido
Popular y a Convergència i Unió el conjunto de los
males que afligen a los catalanes? ¿A dónde irá que pueda esconderse? ¿Qué
viajes emprenderá para que nos olvidemos de su mala sombra? Si tuviera algún
amigo sincero le podría aconsejar que se fuese, ahora que todavía puede
hacerlo, y que buscase una fórmula alternativa de Gobierno o que, mejor aún,
convocase elecciones de manera inmediata. Serían medidas que habría que
agradecerle y que despejarían de manera inmediata el panorama, porque cada vez
está más claro que la economía española va irremediablemente al despeñadero con
este capitán al mando.
Zapatero
es un tipo tan aventado que es posible que no haya caído en la cuenta de que no
le queda ningún as en la manga para seguir jugando esta absurda partida contra
el interés de todos. Los catalanes han despachado con claridad a un tipo que se
ha travestido de catalanista, que ha derrochado el dinero para ganar adeptos,
que se ha sometido al vasallaje indigno de los independentistas de ERC, que
también se ha llevado lo suyo. No es de extrañar en un personaje que ha pisoteado
la dignidad nacional, que ha pagado a piratas, que se ha escondido siempre que
ha habido un problema con el moro, que está destrozando por dentro al partido
que, insensatamente, le sigue apoyando. Es la hora del PSOE, de que su instinto
de supervivencia le indique que en política es siempre mejor prescindir de
quien yerra con tanta gravedad que perecer todos en su infausto nombre.
* José Luis González Quirós es
analista político.