SE BUSCA SUCESOR… PRESENTABLE

Artículo de Rafael González Rojas en “El Semanal Digital” del 03 de febrero de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

La cosa no es para entusiasmar. Aparte de que a mí, por tantos fracasos y equivocaciones cometidas, me entusiasman ya pocas cosas. Me ilusiona, sí, o me ilusionaría, ver a mi patria en firme proceso de superación, de empatar en competencia en todos los niveles con los principales países europeos. Y quien no quiera reconocer que con la presidencia de José María Aznar es cuando hemos estado más cerca de ese ideal, pues… que no lo reconozca.

Dicho lo cual, cambio de tercio. La situación actual de España, en el interior y en el concierto internacional, es de pena. Eso lo gritan ya hasta las piedras. Y eso se debe al Gobierno socialista. Precisaré, al zapaterismo. El socialismo, como todos los sistemas políticos, tiene graves defectos. Y si se eleva a régimen, ni les cuento. Pero el zapaterismo es la repera. Lo estamos sufriendo, y a estas alturas, la verdad, no merece ni un análisis. El único análisis que puede hacerse es que, después de Zapatero, cualquier cosa será mejor.

Y en esas estamos. La cosa, ya digo, no es para entusiasmar, pero a mí, que haya surgido el nombre de Javier Solana como posible sucesor o sustituto de Rodríguez Zapatero, me ha aliviado un poco el estado de pesimismo con que sufro los males de la patria mía. Si no se consolida otra cosa –esa otra cosa no puede ser sino el Partido Popular-, que ofrezca una alternancia firme al desastre que estamos viviendo, yo creo que un político de indudable prestigio internacional como Francisco Javier Solana de Madariaga, madrileño de 1942, catedrático de Física, que ha desempeñado varias carteras ministeriales, ha sido secretario general de la OTAN y Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Comandante en Jefe de la EUFOR, premio Carlomagno y que posee, además, el Toisón de Oro… pues parece que le sobra curriculum para ser jefe del Gobierno de España, sobre todo si se le compara con el pobrísimo curriculum del que ahora rige nuestro triste destino.

Que haya estudiado en el prestigioso colegio del Pilar, de Madrid, que sea sobrino nieto de don Salvador de Madariaga y que hable idiomas, no añade nada a sus méritos. Lo primero, porque en el colegio del Pilar han estudiado también muchos soplagaitas; lo segundo y tercero, que sea sobrino nieto de don Salvador de Madariaga y que hable idiomas, tampoco, porque ya dijo Ortega y Gasset del tal tío abuelo "que era tonto en cinco idiomas". Herman Van Rompuy, presidente del Consejo de Europa, también habla, según testimonio de Vidal-Cuadras, cinco idiomas con soltura. Y además, porque yo, que me he pasado la vida estudiando francés e inglés, no he conseguido pasar del "Au clair de la lune, mon ami Pierrot, prête-moi ta plume…", etc. ni del "tomorrow, McMillan, all is not gold that glitters", que ni siquiera se le puede aplicar a Zapatero, porque en nada reluce.

Yo no sé si sería una premonición que el Consejo de Ministros, en vísperas de las pasadas Navidades, le encomendara a Javier Solana, liberado de sus compromisos con la Unión Europea, la elaboración de la Estrategia Española de Seguridad, que estará basada en el análisis de los intereses vitales de los españoles y en el estudio de los riesgos y de las amenazas que afectan a España. Un cargo de escaso nivel para un político como Solana, y de escaso brillo, pero tiene guasa que Zapatero le haya pedido que trace un plan para la estrategia de la seguridad española. No sería poca seguridad reemplazar al propio Zapatero. Por muy mal que lo haga, parece ser un hombre sensato, no ha hecho nunca el ridículo, ha sabido dialogar con todo el mundo, abandonó hace muchos el pelo de la dehesa revolucionaria que hacían al socialismo un régimen estatalista, igualitarista, intervencionista, demagógico, oportunista, federalista, laicista y, en muchas cosas, falsario, justo en lo que está convirtiendo Rodríguez Zapatero al PSOE.

Quienes conocen a Solana aseguran que es la antítesis de Zapatero. A diferencia de éste puede pasearse por el universo mundo sin hacer el ridículo, y que, dado su natural dialogante, cabría esperarse de él que con el PP de Rajoy podría llegar a una entente cordiale en políticas de Estado, imprescindible para sacar a España del callejón sin salida en que nos ha metido Zapatero.

Así que, no con entusiasmo, pero sí con una pizca de ilusión, espero a ver en qué quedan esos rumores.