UN NUEVO PARTIDO… CONTRA EL HEROÍSMO

 

 Artículo de Carlos Martínez Gorriarán en su blog de “¡Basta Ya!” del 22.05.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 Bien, no podemos quejarnos de la acogida que ha recibido nuestra propuesta de plataforma-pro nuevo partido. Desde las extremadamente generosas y expectantes, como la de Arcadi Espada -“la noticia más importante del día, y una de las grandes noticias políticas de los últimos tiempos”-, a las que se aprestan a poner por delante una rigurosa advertencia: “pues si fuera perfecto, vale; pero como no va a serlo, conmigo que no cuenten”. O todavía quien encuentra que le falta el glorioso fundamento de unas Termópilas previas, esto es, unos trescientos promotores muertos con la espada en la mano defendiendo la Constitución –como reza el himno de Riego, aunque el general muriera fusilado.

 

Nuestra propuesta es algo diferente, y nos gustaría mucho que nadie tuviera que morir por ella; todo lo contrario, que sirviera para evitar muertes provocadas, por ejemplo, por un recrudecimiento del terrorismo como el que está permitiendo la política absurda y antidemocrática –la burla sistemática de la justicia ataca frontalmente la democracia- del gobierno de Zapatero. Precisamente se trata de que la intervención en política deje de ser una tarea para héroes, y llegue a ser la ocupación habitual de los ciudadanos. Aunque haga falta un poco de heroísmo para echar a andar el proyecto, sobre todo en sitios como el País Vasco, donde ahora mismo hablar de campaña electoral democrática es, por ejemplo, un sarcasmo, del que nadie prefiere hablar demasiado.

 

El modelo de partida es, lógicamente, Ciutadans-Ciudadanos. El punto de llegada será el que seamos capaces de anudar, con Ciudadanos y cualquier otro colectivo español interesado en cuatro o cinco cosas, ya saben: reformar la Constitución, regenerar el sistema, ajustar la Ley Electoral, poner al nacionalismo en su sitio y no dar premio ni respiro a ETA. Cosas en las que pueden estar de acuerdo, con distinto grado de intensidad, gente de muy diversa procedencia e historia personal: lo que nos une es más bien lo que esperamos y queremos hacer juntos. Esto va a costar, me parece: acostumbrarse a la idea de un partido más instrumental que ideológico en el sentido clásico, definido por sus objetivos y su modo de hacerlos realidad, no por su visión del mundo o su ambición de cambiar la sociedad para llevarla a un modelo ideal. Nosotros nos conformamos con cambiar el Estado a mejor en la medida que sea razonable, que no es poco: se ruegan sugerencias realistas y constructivas. Perfectos, visionarios y hérores de tertulia, abstenerse por favor.