EMPATE… QUE DESEMPATARÁN LOS NACIONALISTAS PARA ACABAR CON EL PARTIDO

 

 Artículo de Carlos Martínez Gorriaran en su blog de “¡Basta Ya!” del 04.01.08

 

  Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Supongamos un escenario postelectoral parecido al que sugieren las últimas encuestas: un ganador, PSOE o PP, que únicamente saca dos o tres escaños a la oposición y que necesita entre diez y dieciséis escaños adicionales para completar una mayoría parlamentaria. Descontemos los tres o cuatro de IU, políticamente irrelevantes y de antemano partidarios de la fórmula actual; si la composición del nuevo Parlamento fuera análoga a la de hoy, esos escaños deberían provenir necesariamente de varios partidos nacionalistas: CIU, ERC o PNV, o una combinación de uno o dos de éstos más CC o BNG y algún posible grupo regionalista.

 

En resumidas cuentas, se repetiría la situación actual, pero a peor: con algunas posibles diferencias y varios agravantes. Vayamos por partes:

 

* diferencias posibles: que fuera el PP y no el PSOE el llamado a constituir mayoría; en cualquier caso, debería hacerla sumando escaños nacionalistas o… renunciando a hacerla para precipitar una crisis que condujera a elecciones anticipadas en un clima de crisis del sistema.

 

* agravantes: fueran PSOE o PP los condenados a pactar con los nacionalistas, ante la exclusión de alianzas de Estado entre ambos, el caso es que cualquier pacto sería al alza, es decir, con los apoyos nacionalistas cotizados mucho más caros. En el precio aparecía incluido de un modo u otro la retirada del recurso de inconstitucionalidad contra el Estatut catalán –si se tratara del PP-, o –en ambos casos- pactar el Plan Ibarretxe y el “derecho a decidir”, es decir, fórmulas de autodeterminación apenas disimuladas por eufemismos. En plata: la secesión mediante hechos consumados de Cataluña y la exEuskadi (núcleo de la Big Euskalherria). La fórmula puede dar para una fórmula a la belga o a la balcánica e incluso a la canadiense, según se desarrollen los acontecimientos. Pero se trataría de una crisis constitucional con todas las letras. A estas alturas, tras la experiencia de la antigua Yugoslavia, nadie en sus cabales podría esperar que la UE hiciera algo para impedir el proceso, por mucho que horrorice a los conocedores del asunto y de su trasfondo viciado de terrorismo y oligopolio.

 

Alternativas: francamente escasas, pero vamos a enumerarlas:

 

1 – Gana las elecciones el PP, pero se niega rotundamente a pactar nada sustancioso con los nacionalistas, renunciando a la fórmula empleada por Aznar en 1996. Poco o nada creíble, porque nunca ha sido la política del PP, a pesar de las toneladas de retórica de sentido contrario empleadas para despistar a la opinión.

 

2 – PSOE y PP pactan entre sí políticas de Estado que permiten al ganador gobernar en minoría a cubierto del chantaje nacionalista gracias al apoyo del otro en los temas de Estado: financiación del Estado, terrorismo, política internacional, etc. Increíble, inverosímil, casi imposible, rozando lo milagroso (y sin recomendación episcopal, hummm…)

 

3 – Hay un retroceso del voto nacionalista tan generalizada que estos partidos pierden poder arbitral. Nadie contempla esta hipótesis. Incluso un ligero descenso del voto nacionalista, posible, dejaría todo como está.

 

4 – UPyD consigue grupo parlamentario y puede desempeñar un papel activo en la oposición al pacto con los nacionalistas y en defensa de políticas de Estado orientadas al cambio de la Ley Electoral y a la reforma de la Constitución, con un consenso suficiente y en el marco de un empeño por regenerar la democracia. Difícil sin duda, pero no imposible. Lo que debería ser motivo de reflexión general es porqué esta posibilidad es más temida por el establishment que la debacle casi segura que resultaría de volver a poner nuestro futuro en manos de los ZP con Ibarretxe, Carod, Pujol (hereu) y similares. Y sin embargo, podría evitarse sin mucha dificultad…