CUMPLEAÑOS FELIZ

 Artículo de Carlos Martínez Gorriarán en su blog de “¡Basta Ya!” del 07 de octubre de 2008

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Tras el éxito del primer cumpleaños feliz de nuestro invento, celebrado el sábado en el Circo Price –reflejando, como bien indicó Albert Boadella, la involución de la cosa política hispana: de un teatro en la fundación a un circo en el primer aniversario- con 1.200 asistentes (según datos de los amabilísimos y enrollados trabajadores del Price), corresponde lanzar una mirada prospectiva a nuestro futuro inmediato. O sea, ¿qué va a ser de nosotros? En primer lugar, y diga lo que diga Benedicto XVI, seremos lo que seamos capaces de ser, que en nuestro caso es capacidad de hacer. La columna vertebral de un partido no es la organización –entonces sería otra burocracia-, sino la acción política. Primer principio a tener en cuenta. De paso, podemos sacar a relucir la brillante máxima de Aristóteles que uno de sus paniaguados (¿Torres Mora?) le ha chivado fatal y tergiversada: los principios son los fines de la acción (¡no que “el fin es el principio”, qué burricie!). Así pues, la finalidad de nuestras acciones no debe ser otra que la consecución de nuestros principios. ¿Con qué podemos contar para culminar esta ambición de modo razonable, es decir, de un modo incompleto pero sustancial?

A favor: un dicho de alguien muy escarmentado reza aquello de “Señor, protégeme de mis amigos, que de mis enemigos ya me guardo yo”. Alguna experiencia de esta clase de abrazos del oso poco deseables ya hemos padecido, pero es indudable que el camino recorrido hasta ahora hubiera sido cabalmente imposible sin la entrega entusiasta de varios miles de convencidos que han puesto tiempo, capacidad, esfuerzo y dinero, y depositado una gran confianza en los encargados de llevar esta piragua al astillero para convertirla en un buque sólido (el espécimen cibercabra –esa caricatura atroz del ciudadano- y el desengañado por anticipado no han depositado confianza alguna ni las otras cosas que hemos puesto los demás). Dicho de otro modo: UPyD es el primer partido político aparecido en España de la sociedad civil, sin intermediarios financieros, empresariales, mediáticos o de profesionales de la política, y más bien con todas estas instancias en contra en su gran mayoría. Hemos colaborado a demostrar que en España existe la sociedad civil, y que ésta tiene suficiente madurez y autonomía para construir instrumentos políticos que no emanan de otros intereses que de los comunes de la ciudadanía: el interés general. A mi juicio, esta es la principal revelación que aportan nuestro constante crecimiento orgánico y el aumento sostenido en las encuestas de intención de voto.

En contra (1): el establishment, es decir, los partidos grandes y sus socios financieros y mediáticos; se les va a poner todo muy cuesta arriba con esta crisis mundial y nacional que su avidez de control del poder y de ilegítimos beneficios (codicia) ha puesto en marcha, manipulando las instituciones y vaciando de sentido el sistema. Es cosa de tiempo y de buen discurso y mejor práctica que esto sea captado por la mayoría.

En contra (2): tras el inevitable desembarco friki de los primeros meses, llega previsible la hora de los trepas. UPyD aparece como un goloso pastel abandonado a la puerta de un colegio, o como un grupo de colegialas encantadoras e inexpertas perdidas en una convención de viejos verdes con mucha viagra a mano. Pero también pasará sin más, si ponemos barreras al transfuguismo y no confundimos la apertura y la transversalidad con el baile de los vampiros ad libitum, o así.

En contra (3): no es imposible que hayamos llegado demasiado tarde para que representemos una reacción a tiempo contra lo que podría ser una gigantesca crisis donde la pieza económica vaya echando por tierra las políticas, institucionales y emocionales. Basta con imaginarse lo que puede pasar si debemos confiar en el CGPJ o el Constitucional para que pongan orden en la que se avecina.

Y a favor (2): pero no tiene por qué ser así: el resultado de la acción humana depende de ésta, y no está predeterminada por nada, salvo la naturaleza que nos limita (o que el cielo caiga sobre nuestras cabezas, ese temor galo). Una clave filosófica del asunto radica en esta premisa: los seres humanos estamos programados… para no estar programados, es decir, nuestra naturaleza es la de ser libres, estar obligados a elegir y actuar en consecuencia. Así pues, elijamos, y elijamos bien para ser libres. Creo que de momento hemos elegido muy bien, luego seremos libres.

Feliz cumpleaños ya consumado, UPyDeras y upeyderos.