PP DESHILACHADO

 Artículo de Carlos Martínez Gorriarán en su blog de “¡Basta Ya!” del 13 de octubre de 2008

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

La consecuencia lógica de la conversión del nacionalismo o el localismo en la principal preocupación de los partidos grandes está apareciendo con toda claridad en el PP. Y tal consecuencia es la pérdida de capacidad de esos partidos para representar intereses generales de ámbito nacional, quedando reducidos a federaciones de intereses locales con mayor o menor peso en el conjunto de la organización. Ya ha pasado en el PSOE, y ahora está pasando –saliendo a la superficie- en el partido de Rajoy que tantos entusiastas despistados defendían como la última esperanza blanca de la España Cañí. ¡Lo que no tuvimos que oír los promotores de UPyD de tales entusiastas, cuando calificaban de traidores o cosas peores a todos los que nos negábamos a poner el futuro de nuestra ciudadanía en manos de Rajoy y sus huestes!

El fin de su acuerdo con UPN, tras negarse el grupo navarro a votar contra los Presupuestos del Estado, es un síntoma muy claro de esta pérdida de carácter nacional del PP, y todavía peor es el acuerdo con los socialistas manchegos a cuenta de la reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha.

UPN siempre ha sido lo que es, el grupo político del establishment navarro, unificado en torno a la defensa intransigente de la autonomía de Navarra –el Fuero y el ventajoso Huevo del Concierto Económico- y a la resistencia contra las ansias expansionistas y colonizadoras del nacionalismo vasco. Para lo segundo necesitan al Estado, aunque para lo primero se bastan solos. Eso ha llevado al aflojamiento de los lazos entre UPN y el PP, una vez que el papel del Estado –cada vez más vacío y lábil- como garante de la autonomía navarra ha quedado amortizado por los acuerdos y pactos entre los partidos, que han conseguido neutralizar todas las instituciones responsables del equilibrio de poderes. Y dado que el perfil político de UPN es poco más que una mezcla de navarrismo a ultranza, antinacionalismo vasco y vaguedad en todo lo demás, no tiene demasiados problemas para abandonar el pacto con el PP en beneficio del PSOE, si éste partido le garantiza la gobernabilidad de Navarra, que es todo lo que le interesa. Al PSOE esta vez le interesa, y de ahí el cambio de compañero de cama. UPN cambia sus cromos y vende sus apoyos exactamente igual que el PNV, CIU o CC. Eso es todo.

Ahora bien, mientras que sería absurdo atacar a UPN por su localismo egoísta, porque siempre ha sido eso y nada más, lo de Castilla La Mancha es mucho más grave. Primero, porque la decisión de suspender el trasvase Tajo-Segura mediante un artículo del Estatuto de Autonomía, acordada por PSOE y PP manchegos, no sólo invade escandalosamente las competencias del Estado en materia de cuencas fluviales, sino que, siguiendo el modelo catalán, convierte el Estatuto en una especie de cámara blindada donde atesorar todo lo que interesa a los gobernantes de un territorio, pasándose por el arco del triunfo la Constitución, el interés general y todo lo que se nos ocurra. Y segundo, porque está claro que PSOE y PP manchegos han echado cuentas y encuentran mejor para sus ambiciones romper con sus “iguales” de Valencia y Murcia que desafiar la tendencia implosiva a un localismo insensato que asume todo lo malo del nacionalismo. Es decir, que han renunciado a ser partidos nacionales para asumir la condición de federaciones o confederaciones de franquicias y marcas regionales. Y si en cada comunidad hay que defender lo contrario de lo que se dice en la otra, pues qué se le va a hacer. Total, la mentira es la figura retórica dominante en el discurso político español.

La tendencia a convertir el Estado en una Monarquía Bananera parece imparable. Y peligrosísima, en un país donde el historial de agravios regionales está siempre bien dispuesto, actualizado y preparado para pasar la factura al vecino de al lado. Sobre todo si tiene lo que tú necesitas y se niega a compartirlo. Como dinero o recursos vitales como el agua, por ejemplo. Bueno, la que están armando…